"—Dormido soñé, amor soñé contigo...".
"Trata antes a las personas y júsgalas después; también tú cometerás injusticias si tratas a todo el mundo con idéntica desconfianza".
"¡Aquí está el pequeño corazón de fantasía que te regalé hace mucho! ¿Me permites que me lo lleve y te ofrezca el verdadero, a cambio?".
"¿Serás capaz de decir "no", aun cuando tu corazón esté gritando "sí"?".
"—Las mujeres esperan de uno que se comporte como un hombre perfecto, de intachable moral y honradez. Creo que es pedir demaciado a un simple mortal".
"—No eres justo, Charlie .—se indignó Mac.
—¿Qué sabes tú del asunto?
—Poco, pero... si nosotros exigimos de ellas que se comporten como santas no tenemos derecho a protestar cuando no aceptan los estropeados corazones que le ofresemos".
"—Quisiera decirte que sí... pero no puedo... no te quiero de la manera que esperas y no sé si llegaré a quererte nunca. No me ates a promesas que luego me pesaría cumplir.
—Es que yo creí que me amabas. Hace un tiempo te mostrabas mejor dispuesta.
—Estaba empezado a amarte. Pero no te olvides que fuiste tú quien hizo que tuviera miedo de entregarte para siempre mi corazón".
"Trata antes a las personas y júsgalas después; también tú cometerás injusticias si tratas a todo el mundo con idéntica desconfianza".
"¡Aquí está el pequeño corazón de fantasía que te regalé hace mucho! ¿Me permites que me lo lleve y te ofrezca el verdadero, a cambio?".
"¿Serás capaz de decir "no", aun cuando tu corazón esté gritando "sí"?".
"—Las mujeres esperan de uno que se comporte como un hombre perfecto, de intachable moral y honradez. Creo que es pedir demaciado a un simple mortal".
"—No eres justo, Charlie .—se indignó Mac.
—¿Qué sabes tú del asunto?
—Poco, pero... si nosotros exigimos de ellas que se comporten como santas no tenemos derecho a protestar cuando no aceptan los estropeados corazones que le ofresemos".
"—Quisiera decirte que sí... pero no puedo... no te quiero de la manera que esperas y no sé si llegaré a quererte nunca. No me ates a promesas que luego me pesaría cumplir.
—Es que yo creí que me amabas. Hace un tiempo te mostrabas mejor dispuesta.
—Estaba empezado a amarte. Pero no te olvides que fuiste tú quien hizo que tuviera miedo de entregarte para siempre mi corazón".
Louisa M. Alcott
No hay comentarios.:
Publicar un comentario