"Por favor, doctora. Si me ve como a una flor, permita que siga viviendo como un capullo que aún no ha florecido".
"Si tanto quieren estudiar, yo le cedo mi puesto. Aunque solo fuera un día, me gustaría intercambiar mi cuerpo por el de ustedes.
Entonces quizá entenderán lo que siente una persona que no puede hacer lo que quiere hacer".
"¿Es algo que no se puede entender si no se experimenta? Aunque no puedas entender lo que siente otra persona, quiero que al menos intenten ponerse en mi lugar".
"Que la gente se ría de mí es una buena experiencia porque me ayuda a convertirme en una persona más fuerte".
"Los momentos más difíciles de la vida de una persona se dan cuando está creciendo".
"Una mañana tranquila, llena de luz, con pájaros cantando y el olor de las rosas blancas...
Me pregunto dónde está la felicidad.
Me pregunto qué es la felicidad".
"Aya, ¿eres feliz ahora mismo?"
"Claro que no. Estoy hundida en el pozo de la tristeza. Es tan difícil. Mental y físicamente...".
"Lo cierto es que estoy a un paso de convertirme en una rara.
Porque el cuervo que estaba llorando ya se está riendo".
"Sé que aún faltan dos meses, pero tiempo, por favor, ¡párate! Enfermedad de
Aya, ¡detente tú también!".
"Algunos médicos jóvenes juegan conmigo. “¡Ponte de puntillas! ¡Cierra los ojos! ¿Puedes hacer esto?” Y algo sobre mi pelvis…
Después me preguntan, “¿Ha sido divertido?”. No puedo soportarlo. Me dan ganas de gritar, “¡No soy un conejillo de indias, así que vale ya!".
"No se puede medir lo inteligente que es una persona solo por las notas que saca".
"Yo soy tan joven y cuando miro mi cuerpo… Me he sentido tan miserable que he empezado a llorar".
"No debería decir nada nunca más. Después de escribir lo que quería escribir me siento mejor. La razón por la que estudio tanto es porque es lo único que se me da bien. Si me quitarais los estudios, solo me quedaría mi cuerpo inútil. No quiero sentirme así. Es triste, duro, pero es la realidad. No me importa ser tonta, solo quiero un cuerpo sano".
"¿Por qué esta enfermedad me eligió a mí?
¡La palabra destino no es una explicación suficiente!".
"Mi madre enseñando: “No pasa nada porque seas lenta, no pasa nada si cometes errores, lo más importante es que lo hagas lo mejor que puedas”.
"¡Mi enfermedad es peor que un cáncer!
Se ha llevado la belleza de mi juventud.
Si no tuviera esta extraña enfermedad, podría tener un amor para toda la vida… Solo quiero alguien en quien confiar.
¡Ya no puedo soportar esto!".
"Piensas demasiado en por qué no puedes hacer algo nunca más y las emociones te superan. Siempre empieza todo en la lucha contra tu mente".
"Pero cuando damos una opinión o discutimos, somos sinceros, ¿verdad? Porque pensamos en ti como en un ser humano con una vida normal y como una hermana. Así que tómalo como palabras llenas de amor que te ayudarán a ser más fuerte mentalmente. Esto también es un entrenamiento para que puedas continuar cuando alguien te diga algo que te rompa el corazón. Aprendes a amar y ese amor es lo que conoces…".
“Quiero escribir una novela, pero mi vida en sociedad es bastante pobre así quesupongo que no funcionará”.
“Eso lo puedes decidir después. De momento, tienes que hacer lo que puedas ahora y esforzarte. Sí, esforzarte”.
“Aya-chan, ¿te acuerdas de aquel día que lloraste tanto? Estabas adorable”.
“¿De verdad? Vaya, no me habían dicho eso nunca. Ese día me miré al espejo
después de haber estado llorando… y no era una vista agradable”.
“Bueno, yo no vi tu cara. La forma en la que llorabas era adorable”.
“¡Ja, ja! ¡Eso ha sido cruel!”.
Lo que le resultó encantador no era mi cara sino la atmósfera que me rodeaba mientras estaba llorando. Las dos nos hemos reído.
Los amigos son fantásticos. Quiero estar con ellos para siempre".
"Y-ko-chan y S-chan están a mi lado como si fueran mi sombra.
“Siento causaros tantos problemas”.
“Somos amigas, ¿no?”.
Eso me hace sentir muchísimo mejor.
“Los amigos son iguales”. Pero no siempre. Especialmente en mi caso, dependo de ellas porque si no no podría sobrevivir en el instituto.
Al fin entiendo por qué los profesores me dicen de forma cortante, “Esfuérzate más por caminar tú sola”.
Solo hay un camino para mí.
No tengo derecho a opciones. Nunca podré seguir el camino de mis amigos.
Si intento sentirme mejor conmigo misma pensando que podré seguir el mismo camino que ellos, el mío propio desaparecerá…".
"Últimamente me he peleado con la gente. Las relaciones son complicadas. No porque alguien esté equivocado sino porque se equivoca sin darse cuenta.
Supongo que es como mi enfermedad".
"Pero… quiero hacer algo. Tengo tantas ganas de hacer algo que no puedo soportarlo. Tengo las piernas y los brazos fuertemente atados. La gente que es amable conmigo me supone un problema".
"¡Una víctima es un humano que también tiene corazón! No ser capaz de oír no es una desgracia, es oportuno. Quiero ser feliz así que tengo que encontrar algo en lo que pueda competir de forma igualitaria contra una persona normal.
Tienes solo dieciséis años. ¡Todavía eres joven así que inténtalo con más ganas!".
"Estoy a punto de perder contra la enfermedad.
¡No! ¡No voy a perder! No importa cuánto lo intente o lo feliz que finja estar, cuando veo a mis profesores, a mis hermanos y a mis amigos caminar normalmente, me siento miserable".
"Observarme a mí misma corriendo, caminando, rodando y jugando contigo…
Pero después vuelvo a la realidad. ¿Realmente tengo que volver a la realidad?
¡No quiero crecer! Tiempo… ¡por favor, párate! Lágrimas… ¡dejen de caer!
Ah… Aya parece que no puede dejar de llorar. Ya son las nueve de la noche. El tiempo seguiría su curso aunque rompiera todos los relojes del mundo. No puedo detener el tiempo mientras siga viviendo. No se trata de rendirse… Es que no puedo hacer nada".
"Quiero ser como el aire. Una persona con gran corazón y cuya amabilidad desbordante hace que los demás se den cuenta de lo importante que era cuando ya no está. Quiero ser ese tipo de persona".
“Tú no has escogido estar enferma. Hay muchas cosas que puedes hacer aunque estés discapacitada. Si fueras una persona que no tuviera capacidad de pensar, no serías capaz de sentir la amabilidad ni el cariño de la gente, algo que percibiste cuando te pusiste enferma”, me ha dicho mi madre".
"S-chan y yo hemos hablado junto al lago, en la puesta de sol, mientras los pájaros cantaban. “Aya-chan, eres una chica extraña. Dices, “El cielo es hermoso, es tan azul” y te emocionas fácilmente. Tu corazón tiene que ser puro”, ha dicho S-chan".
“Yo creo que cuando alguien muere, muere en mi lugar".
"He renacido. Aunque soy físicamente discapacitada, creo que mi inteligencia es la misma que la de cualquier persona sana. Me siento como si me saltara un escalón y me cayera por las escaleras hasta el principio".
"Voy a dejar Higashikou y viviré sola llevando este pesado equipaje llamado discapacidad.
He necesitado al menos un litro de lágrimas para tomar esta decisión y necesitaré más en el futuro. No quiero llorar más. Perder hace que me sienta frustrada. Si te sientes frustrada, ¡haz algo!
No puedo seguir perdiendo".
"Me ha dado algo de esperanza, aunque sea tan frágil como una burbuja".
"¡Supéralo ya! ¿Cuánto tiempo vas a permanecer así? ¡Tienes que ser capaz de confiar en que puedes superar esta enfermedad!".
"No pasa nada si te caes. Puedes volver a levantarte. ¿Por qué no miras al cielo mientras yaces en el suelo? El cielo azul se extiende ante ti ¿Puedes ver cómo te sonríe? Estas viva".
"He llorado delante de mis amigos. Me ha puesto muy triste que mi profesor me preguntara: “¿Te vas del instituto?”. ¿Te sientes bien cuando lloras? ¿No es cierto que no solo hace que la gente que está a tu alrededor se sienta mal sino que te hace sentir vacía? ¡Entonces deja de llorar! Estás más guapa cuando sonríes. Y si tienes algo que decir, ¡dilo antes de ponerte a llorar!".
"Lloré en mi interior, “¡no quiero oírlo más! ¡No quiero dar lástima!”.
"Dios, escucharé a mi madre. Sentí un amor profundo en sus palabras. Voy a convertirme en una persona mejor y más fuerte".
"Motoko-san me ha dicho… “Tanto si decides ir a la escuela para discapacitados o quedarte en Higashikou, la última decisión está en tus manos. Eso es lo que significa vivir”.
"Me hace feliz que deseen mi felicidad… pero me gustaría que dijeran, “Ayachan, ¡no te vayas!”. Mi corazón está lleno de odio hacia mis amigas por no haberme dicho eso y hacia mí misma por no haberme esforzado más para lograr que me lo dijeran".
"He hablado con Motoko-san por última vez. Ha escuchado todas mis quejas.
“No seas tan dura contigo misma. La vida no solo se compone de estudios y de institutos. ¿Qué pasaría si tuvieras que valerte por ti misma solo con conocimientos académicos? Los estudios solo han sido una vía de escape para ti".
"En el Festival de Tanabata escribí: “Quiero ser una chica normal” y mi hermana se enfadó conmigo y me preguntó: “¿Qué es lo que te diferencia tanto de una chica normal?”. Quería replicar: “¿Qué tiene de malo escribir la verdad?".
"De repente, me puse triste. Dentro de unos días iré al internado y dejaré a mi familia. Me prometí a mí misma no llorar más, pero no puedo evitarlo. Sé fuerte. Sé una persona fuerte que pueda superarlo todo".
"Me he sentado en la silla. He movido la palanca ligeramente y la silla se ha movido hacia adelante lentamente. Solo hace un ruido suave cuando se mueve y gira. He estado practicando, pero después de un rato, he empezado a llorar. ¡Soy así y lo odio!
“¿Qué ocurre?”, me ha preguntado mi madre.
“¡Me siento muy feliz de poder volver a moverme libremente después de tanto tiempo!”, he contestado. Aunque no he podido expresar mis complicados sentimientos muy bien".
"En vez de buscar lo que has perdido, mejora lo que tienes".
“Un trébol de cuatro hojas es solo una versión deformada del trébol de tres hojas, ¿verdad? ¿Por qué algo deforme debería dar suerte?”. Emi ha pensado durante unos minutos y luego ha dicho. “Porque es único”. Quizá tiene razón. No es tan fácil encontrar la felicidad".
"¡Siento que hasta la ciencia se ha rendido
conmigo! Ha sido como si empujaran desde un precipicio. Ahora estoy llena de desesperación. Es como si me hubieran dado en la nuca con un martillo…".
"Me pregunto cuántos años tendré que seguir luchando contra ella hasta que Dios me perdone… No puedo imaginarme a mí misma con la misma edad que mi madre (42). No podía imaginarme a mí misma pasando a segundo en el Instituto Higashi y ahora me temo que no llegaré a los 42. ¡Pero yo quiero seguir viva a esa edad!".
“Soy de los Salones…” “Su compañero ha venido hace unos minutos”, he gritado desde arriba.
“¿Es tu abuela?”, ha preguntado la mujer.
Mi hermano, que estaba en la puerta, se ha echado a reír.
“Habla muy despacio”, ha dicho la mujer, “así que he supuesto que era…”.
¡Venga ya! ¿Soy una abuela de diecisiete años?".
"Y he cambiado de opinión: ahora me he dado cuenta de que si me esfuerzo lo suficiente puedo hacer cosas que jamás pensé que podría por mi condición".
"Me siento muy frustrada.
Me enfado.
Me siento deprimida.
Me siento triste.
Y, al final, lloro".
"Mientras paso por toda esta preocupación, sé que nada se va a solucionar pidiéndole a alguien que me escuche pero, yo solo quiero que intenten entender cómo me siento y que me apoyen, aunque solo sea un poco".
"Estoy en un pozo de desesperación. Pero, extrañadamente, no me siento morir porque creo vendrán tiempos mejores en el futuro...".
“No dejaré que las pequeñas cosas puedan conmigo”, me dijo mi madre, “así que, Aya, tú también tienes que prepararte para una guerra larga”.
"Me siento avergonzada por pensar solo en el presente. La primavera pronto terminará. Y mientras saco la mano por la ventanilla del coche para tomar los pétalos de flores, siento la profundidad del amor de mi madre. Eso me da paz".
"He visto un mundo transparente. Supongo que el cielo es así... pongo mi mano en mi pecho.
Puedo sentir cómo late mi corazón.
Mi corazón está trabajando.
Estoy encantada. ¡Estoy viva!".
"Muchos voluntarios han venido con nosotros para cuidarnos. Como si fuera una niña de tres años en fase rebelde, yo no he parado de decir: “¡Puedo hacer esto sola y lo haré!”. Luego me remordía la conciencia".
"Rika, mi hermana de cuatro años, estaba con nosotros. Ha dicho algo cruel:
“Aya, tú no eres guapa, ¿sabes? Te tambaleas”.
He escupido mi té involuntariamente al oír eso. Los niños son crueles porque dicen cosas de un modo demasiado directo sin pensar que pueden hacer daño".
"Nosotros no vivimos la guerra. Pero no podemos darle la espalda y fingir que no sabemos nada sobre ella".
"Había tantas palomas en el parque, que pensé que las que eran discapacitadas y no podían caminar, como yo, probablemente no podrían vivir. Pensé que debería estar agradecida porque nací como persona y, por tanto, puedo seguir viva".
"Con la vista le he dicho: “Mira, ahora mismo no puedo permitirme llorar. Sufro mucho, quiero llorar, pero me aguantaré hasta que pueda volver a caminar. Tú también deberías aguantar, ¿vale?”.
"¿Cuánto tiempo tendré que seguir sufriendo y peleando hasta encontrar mi vida? Me pregunto si la enfermedad que corroe mi cuerpo se negará a liberarme de la agonía hasta mi muerte – ¿como si no supiera el destino?".
"Encontraré algo por lo que vivir. No quiero morir sin haber hecho lo que debería haber hecho".
"¡Doctora, ayúdeme! Intento animarme a mí misma diciéndome que no tengo tiempo para ser cobarde. Pero no puedo evitar que mi enfermedad progrese por mucho que lo intente…".
"Me da esperanza. Me proporciona luz. Sus palabras, “¡mientras yo sea médico, no me rendiré!” han sido tan tranquilizadoras".
"Quiero poder hacer al menos una cosa gracias a la rehabilitación. Quiero ser capaz de hacer algo que antes no podía hacer.
Acepté el reto de vencer a mi cuerpo gracias a la fuerza de voluntad. Pero fracasé. Me puse pálida y me sentía enferma. Me di cuenta de que estaba cavando mi propia tumba. "No te exijas demasiado".
"He ido en mi silla de ruedas al pasillo para llamar a mi madre. Mi madre ha contestado. “Aya, estoy deseando que llegue el domingo”, ha dicho. “Solo faltan tres días. ¿Qué quieres que te lleve? Te lavaré la ropa. ¿Oís los truenos allí?”. “Sí…”, he contestado tranquilamente. “Ahora podría morir”, he pensado".
"“Por favor, túmbate en la cama”, le he dicho.
“Bueno, no me gusta tumbarme en las camas de hospital. ¿Parezco cansado?”
“No, pero si lo haces tu olor se quedará en las sábanas y así me sentiré segura y podré dormir bien”.
Ninguno de los dos ha sabido qué decir. ¡Tenían una expresión indescriptible en sus caras!".
"Como persona discapacitada, tendré que vivir toda mi vida soportando esa carga. Pero lucharé contra ella, aunque sufra… Así es como he decidido pensar".
"Desde que la Doctora Yamamoto me dijo que mi enfermedad no mejorará, me he preparado para vivir al máximo y desaparecer, deseando una corta vida".
"¿Es correcto que siga viva?
Si mueres, no dejas nada detrás".
"Mamá, ¿realmente está bien que una persona fea como yo viva en este mundo?
Mamá, estoy segura de que tú puedes encontrar algo que brille en mí.
Enséñame. Guíame".
"Creo que el amor de una madre se digiere interiormente y se transforma en amor hacia los demás".
“Quiero ir a algún sitio espacioso.
Ya no me gusta estar hacinada.
Siento mucha presión.
No puedo salir porque hace frío.
No dejo de pensar en la muerte y estoy asustada.
No me puedo mover… Estoy vencida.
¡Quiero vivir!
No puedo moverme, no puedo ganar dinero. No puedo hacer nada útil por los
demás.
Pero quiero vivir.
Quiero que me entiendan…”
"Al fin se han “referido a mí”. Mi madre y yo hemos ido al hospital para un examen. Casi me caigo en el baño y mi madre me estaba sujetando. Yo me he aferrado desesperadamente a ella. A mi lado, una mujer de unos treinta años con un vestido rojo estampado le ha susurrado a su hijo pequeño: “Si no te portas bien, serás como ella”.
Su comentario me ha hecho sentir muy triste y miserable".
"Vivo la vida de una mujer mayor: sin juventud, sin energía para vivir, sin nada por lo que vivir, sin metas en el horizonte… Todo lo que tengo es mi cuerpo deteriorado. ¿Por qué tengo que estar viva? Sin embargo, quiero vivir".
"Cuando me hice el último examen médico, me pidieron que volviera a ingresar en el hospital después de Año Nuevo. Estoy asustada porque solo consigo empeorar y no hay ninguna señal de recuperación. Cuando lo pienso, no puedo evitar llorar. Revolcarme en la oscuridad… ¿Esa es mi vida? ¡Mierda!".
"Cuando lloro, la nariz se me congestiona, me entra dolor de cabeza y me siento cansada. ¿Entonces por qué lloro? No tengo ninguna aspiración laboral ni ningún hobby. Incapaz de amar a alguien o de valerme por mí misma… me lamento. Me miro en el espejo la cara cubierta de lágrimas. Aya, ¿por qué lloras?".
"Si una persona dice solo una o dos palabras al día, ¿se puede decir que forman parte de la sociedad? Yo me estoy convirtiendo en ese tipo de persona. Si alguien no puede hacer algo por sí mismo y necesita a una persona que le cuide para poder sobrevivir, ¿se puede decir que tiene una vida social? Yo soy esa persona".
"Rika ha dicho de repente: “¡Ah! Me quiero morir”. Me pongo seria solo con oír la palabra “morir”. Incluso cuando la amenazo diciendo: “Te va a doler”, ella dice: “No pasa nada”. Cuando le digo: “No podrás ir a ningún picnic”, al final dice: “No me gusta cómo suena eso así que no me moriré”.
"Ha dicho que está muy implicado con la guitarra. Quiere tener más equipo pero, ha dicho, “primero
llega el dinero y luego todo lo demás”.
En mi caso, “un sonido del cuerpo llega primero y luego todo lo demás”.
Eso es más difícil que el dinero".
"He gateado tres metros hasta el baño. El pasillo estaba frío. Las plantas de mis pies están suaves como las palmas normales de las manos. Pero mis palmas y mis rodillas están duras como las plantas de unos pies normales. Gatear no está bien, pero no lo puedo evitar. Es el único modo que tengo de moverme…
He sentido que había alguien detrás de mí. Me he detenido y he mirado hacia atrás… Era mi madre gateando detrás de mí, sin decir nada… Sus lágrimas caían al suelo… Todas mis emociones reprimidas han explotado y he empezado a llorar".
"Aya, estamos tristes pero tenemos que seguir, ¿de acuerdo? Yo estoy contigo".
"Creo que es consecuencia de ser discapacitada. Pero sigo viva. Sigo respirando para poder vivir – porque no puedo morir y no tengo solución. Es una forma terrible de decirlo".
“Vivamos.
Quiero aspirar el cielo azul con todo mi poder;
Una brisa refrescante acariciará mis mejillas.
Nubes aisladas se reflejaban en tus ojos cristalinos.
He estado soñando con este maravilloso momento…
Quiero saltar hacia el cielo azul con todo mi poder;
Una capa de plumas azules de cobalto me envolverá dulcemente.
Sin pensar que soy fea,
creyendo con seriedad que puedo ser útil en alguna parte.
¿Dónde crees que debería ir?
Siempre llorando sola,
mi diario es mi amigo;
No recibo respuestas,
pero mi espíritu se eleva cuando escribo.
Pido una mano que me ayude,
pero no puedo alcanzarla ni tocarla;
mi voz solo es un eco, aullando en la oscuridad
La evolución del mono al hombre costó una increíble cantidad de tiempo.
Pero el deterioro es tan rápido…”
"Es muy duro vivir cada día sin un propósito. Solo puedo pensar en cosas raras y finales, pero no puedo hacer nada. ¿Cuánto tiempo durará esta vida? Mamá, estoy sufriendo. Por favor, ayúdame…".
"Mensaje para la Doctora Yamamoto
Me dijo “preocúpate por lo que queda en vez de por lo que has perdido”.
Algún día la luz brillará y habrá brotes verdes…
Ten esperanza, mira hacia el futuro, sigue adelante y no te rindas…".
“Nada volverá por mucho que te lamentes”, me dijo la doctora en la que confiaba. “Piensa en lo que queda y no en lo que has perdido”.
"Mamá, ¿para qué estoy viviendo? Me siento mareada. Tengo la cara llena de lágrimas. Pero cierro los ojos y sigo aquí".
"He visto el cielo azul. Hacía mucho tiempo. Era tan transparente que he sentido que podría absorberme".
"Mirando hacia arriba desde mi lecho de enferma, he visto el cielo azul; me ha dado un rayo de esperanza".
"Cada persona tiene un miedo del que no puede hablar. Cuando recuerdo el pasado, me molesto y lloro; la realidad es demasiado cruel, demasiado dura y no me ofrece ningún sueño; imaginar el futuro no me trae otra cosa más que lágrimas".
"Durante varios días después de esto, todavía podía escuchar su voz preguntándome: “Doctora Yamamoto, ¿podré… casarme?”.
"Aya suele decir: “No he tenido una vida lo suficientemente buena como para contársela a los demás.
Me avergüenza estar siempre llorando. Ha sido una vida llena de arrepentimiento, en la que constantemente me he reprochado a mí misma no haber hecho mucho más.”
Aya Kitou
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