"Usted sabe muy bien que voy para estar a su lado. No puedo hacer otra cosa".
"—Lo que usted dice no está bien —murmuró Ana, al fin— y, si es usted un caballero, lo olvidara todo, como yo lo hago.
—No lo olvidaré, ni podré olvidar nunca, ninguno de sus gestos, ninguna de sus palabras".
"Verla, oírla, estar a su lado, éste era ahora el único objeto de su vida".
"—Ya sabe que usted significa para mí la vida, pero no puedo darle la tranquilidad, porque yo mismo no la tengo. Me entrego a usted entero, le doy todo mi amor, eso sí... no puedo pensar por separado en usted y en mí; a mis ojos los dos somos uno. De aquí en adelante, no veo tranquilidad posible para usted ni para mí.
Sólo posibilidades de desesperación y desgracia... o de felicidad. ¡Y de qué felicidad! ¿No es posible esa felicidad? —preguntó él con un simple movimiento de los labios".
"—No podemos ser sólo amigos, esto lo sabe y muy bien. En su mano está que seamos los más dichosos o los más desgraciados del mundo".
"—Una sola cosa le pido: que me de el derecho de esperar y sufrir como hasta ahora. Si ni aun eso es posible, ordéneme desaparecer y desapareceré.
Si mi presencia la hace sufrir, no me vera usted más.
—No deseo que se vaya usted".
"—Supongamos que usted no me ha dicho nada —decía él —. Yo, por otra parte, tampoco pido nada, pero usted sabe que no es amistad lo que necesito.
La única felicidad posible para mí en la vida está en esta palabra que no quiere oír: en el amor".
"—Mira: cuando se piensa en la muerte, la vida tiene menos atractivos, pero uno se siente más tranquilo".
"No tengo nada que olvidar ni perdonar y no he dejado nunca de amarla".
"Cuando se ama a una persona se la ama tal como es, aunque no sea como uno quisiera que fuese".
"—Lo que usted dice no está bien —murmuró Ana, al fin— y, si es usted un caballero, lo olvidara todo, como yo lo hago.
—No lo olvidaré, ni podré olvidar nunca, ninguno de sus gestos, ninguna de sus palabras".
"Verla, oírla, estar a su lado, éste era ahora el único objeto de su vida".
"—Ya sabe que usted significa para mí la vida, pero no puedo darle la tranquilidad, porque yo mismo no la tengo. Me entrego a usted entero, le doy todo mi amor, eso sí... no puedo pensar por separado en usted y en mí; a mis ojos los dos somos uno. De aquí en adelante, no veo tranquilidad posible para usted ni para mí.
Sólo posibilidades de desesperación y desgracia... o de felicidad. ¡Y de qué felicidad! ¿No es posible esa felicidad? —preguntó él con un simple movimiento de los labios".
"—No podemos ser sólo amigos, esto lo sabe y muy bien. En su mano está que seamos los más dichosos o los más desgraciados del mundo".
"—Una sola cosa le pido: que me de el derecho de esperar y sufrir como hasta ahora. Si ni aun eso es posible, ordéneme desaparecer y desapareceré.
Si mi presencia la hace sufrir, no me vera usted más.
—No deseo que se vaya usted".
"—Supongamos que usted no me ha dicho nada —decía él —. Yo, por otra parte, tampoco pido nada, pero usted sabe que no es amistad lo que necesito.
La única felicidad posible para mí en la vida está en esta palabra que no quiere oír: en el amor".
"—Mira: cuando se piensa en la muerte, la vida tiene menos atractivos, pero uno se siente más tranquilo".
"No tengo nada que olvidar ni perdonar y no he dejado nunca de amarla".
"Cuando se ama a una persona se la ama tal como es, aunque no sea como uno quisiera que fuese".
León Tolstoi
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