domingo, 20 de septiembre de 2020

Citas: El tiempo en familia - Varios autores

Sueños de hadas:

"Soñé con flores de nácar
y con un racimo de rosas
que ahogaban
nuestras nostalgias pasadas".

(María Crescencia Capalbo)
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Hecatombe:

"Mientras que en esta hecatombe me abandono a la tristeza. Que carcome el alma y cualquier cosa puede pasar frente al cristal de la ventana, veo a lo lejos la jugada de la existencia".

(María Guadalupe Rojas Garay)

Familia, amor sin cesar:

"Amar desde el alma
a los seres del amor
hijos amados, son lo mejor
hay dicha muy grande
Señor, los niños hermosos
que bella creación".

(Silvana Sarda)

Segunda oportunidad:

"Cuatro horas antes, me quedé petrificada con el teléfono en la mano cuando me preguntó si se podía quedar en mi casa, ya que su amigo había tenido un problema. Hace seis años que vive en España y hacía doce años que mi hijo no me hablaba".

(Jesica Sabrina Canto)

Soneto da familia:

"Minha família deixou marcas no meu coração
Que nunca se apagarão
Todas têm significado e muito valor
Pois, me definem quem sou".

(Patricía Danielle)

Por dentro:

"Todo pasará y de nuevo el sol,
alumbrará,
el tiempo de un día nuevo comenzar.

¡De nuevo las casas sonreirán
y su hospitalidad ofrecerán,
abriendo puertas y ventanas de par en par!".

(Rosa Melia Henríquez)




Varios autores

lunes, 14 de septiembre de 2020

Citas: La lista de no besar de Naomi y Ely - Rachel Cohn y David Levithan

"Le mentí al consolarla y decirle que lo superaría; aunque no es que crea que no puede hacerlo, sino que, simplemente, no quiere".
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"Rara vez Ely se marcha o corta una llamada sin decirme “te amo”. Es su forma de decir “adiós”, como si fuera una promesa hacia nuestro futuro juntos".

"Las mentiras son más fáciles de procesar".

"Mi novio y yo ya tenemos nuestra sesión de estudio planeada: él estudia mientras yo evito estudiar. Me gusta planchar sus camisetas cuando él lee en su escritorio y, cada tanto, levanta la mirada de su computadora o sus libros para esbozar una de sus aburridas pero agradables sonrisas. Linda dentadura. Bruce dirá algo como “Naomi, mis camisetas Gap son todas negras y lisas, no es necesario que las planches”. Y yo le responderé:
“¿Y?”, porque plancharle la ropa es mucho más divertido que estar besándolo. Es como una forma organizada y tranquila de pasar el tiempo.
Planchar y besarnos. Y cuando suena la alarma de su móvil para su descanso de cinco minutos, se levanta y me abraza por detrás, apoyando su cabeza sobre mi hombro. Seguramente, intentando no excitarse por recostarse sobre mi espalda, porque eso interferiría con su estudio. Pero me susurrará al oído: “Vaya que eres linda”, como si estuviera orgulloso de eso.
Como si yo hubiera hecho algo con mis malditos genes que me dieron un pelo brilloso, un rostro lo suficientemente agradable a la vista, y un cuerpo deseable que nunca utilizo.
Seamos honestos. Incluso teniendo".

"Existen infinidad de maneras de forzarte a tomar una decisión. Todo el tiempo hacemos eso: tomar decisiones. Si pensáramos cada vez que tomamos una decisión, nos quedaríamos paralizados. Qué palabra deberíamos decir. Hacia dónde girar. Qué mirar. Qué número marcar. Uno tiene que tomar aquellas decisiones que considera importantes y dejar a un lado el resto. Son aquellas ocasiones en las que uno piensa que una de esas opciones podría arruinarlo todo".

"–Déjame adivinar –me dijo, mirándome con una sonrisa.
Nunca superamos la etapa de un simple saludo. Yo no le caía muy bien porque él pensaba que yo era aburrido, y a mí no me caía muy bien, justamente, porque él pensaba que yo era aburrido".

"En términos de películas viejas, hay que verlo de esta manera: Fred Astaire tenía una esposa que no era Ginger Rogers, y Ginger Rogers tenía un esposo (en realidad, varios, creo) que no era Fred Astaire. Pero ¿había alguna duda sobre quién era su verdadera pareja de baile? Puede que yo sea el novio de Naomi, claro.
Puede que sea el único con el que ella duerme (o no). Pero estaba muy seguro de que yo nunca sería su pareja de baile".

"–¿Me permites tu abrigo? –me pregunta Ely. Se lo entrego y lo arroja a una silla, lo cual habría sido ofensivo, pero la manera en que lo hizo, riendo para sí mismo más que de mí, lo convirtió en algo encantador. Me senté en el sofá y se paró frente a mí".

"Pensé que Ely se sentaría en una silla o se acostaría en la cama, pero, en cambio, se tumbó sobre el suelo de madera con la vista puesta en el techo, como si estuviera mirando el cielo. No me dijo qué hacer, por lo que me acosté junto a él y sentí el suelo bajo mi espalda, sentí mi respiración, sentí… felicidad".

"–¿Crees que soy aburrido? – le pregunté, finalmente.
Volteó su cabeza hacia mí, aún con la mirada hacia arriba.
–¿Por qué crees eso? –me preguntó.
–No lo sé –murmuré, un poco avergonzado por haber hablado.
Creí que volvería a mirar al techo, a sumergirse en la música, pero, en su lugar, volteó hacía mí y me miró fijo por un minuto, como mínimo.
Después de un tiempo, me tendí de lado para poder verlo mejor.
–No –me respondió luego de unos segundos–. No creo que seas aburrido.
Sí creo que hay veces en las que no te permites ser interesante… pero eso, seguro, puede cambiar.
¿Cómo puedes pasar horas tratando de entender quién eres realmente y luego aparece un extraño y te dice algo de ti que expresa mucho más de lo que tú podrías descubrir por tu cuenta?".

"Nos quedamos ahí tumbados, mirándonos, y eso provocó que los dos sonriéramos.
Luego, de la nada —la nada misma dentro de mí—, surgieron esas palabras.
–También me caes bien. De verdad. Me gustas".

"Hay algo muy íntimo en decir la verdad en voz alta. Y también al escucharla. Hay algo muy íntimo al compartir la verdad, incluso si no estás del todo seguro de qué significa.
Y fue en ese momento que se acercó lentamente y me besó con suavidad en los labios, como si hubiera leído en mi mente que eso era justamente lo que necesitaba".

"–No debí haber hecho eso –me dijo con voz un poco asustada.
–No –le respondí.
–En serio, no debí haberlo hecho.
Se sentó, pero yo permanecí acostado por unos segundos más, con la vista perdida sobre el espacio que acababa de abandonar. Luego, hice lo mismo que él y me di cuenta de que estaba listo para irme, sin haberlo decidido antes.
Él se quedó quieto en su lugar, pero volteó hacia mí cuando llegué a la puerta. Hice algunos ruidos que sonaron como excusas por marcharme, y él hizo algunos ruidos para demostrarme que entendía por qué me marchaba.
–Pero quería hacerlo –dijo, simplemente, antes de que pudiera irme.
Esperé un momento hasta estar seguro de querer abandonar el lugar.
–Yo también –le dije.
Y me marché. Salí de su habitación, me coloqué los zapatos, tomé mi chaqueta, salí del apartamento, crucé el pasillo, subí al elevador, salí del edificio, esperé a que cambiaran las luces del semáforo, crucé la calle, guardé mis manos en los bolsillos. Nada de eso importaba. Ninguna de esas cosas me demostraba quién era yo realmente, solo me recordaban lo que había hecho".

"He probado todo. Ambien, Lunesta, melatonina, contar ovejas, Lo mejor de Johnny Carson: Los setenta, Charlie Rose: El Presente, Charlie Daniels, MTV2, 976-PUT4S69, la obra completa de Dostoyevsky, la obra completa de Nicholas Sparks, masturbarme, Jack Daniel’s, todas las películas de Jackie Chan. Pero nada ni nadie puede hacerme dormir esta noche.
Todo por culpa de Naomi.
Ella tenía siete años. Yo, cinco. Nuestras mamis nos metieron en el elevador y, en esos dos segundos que hablaron en el pasillo para intercambiar la correspondencia, la puerta del elevador se cerró, dejándonos a Naomi y a mí sin vigilancia. De pronto, el elevador comenzó a subir y Naomi me preguntó si me gustaría ver su ropa interior, a lo que asentí con la cabeza. Se levantó el vestido hasta la panza y vi que llevaba puestas las mismas bragas rosas con elástico en la cintura que mi hermana Kelly, pero en Naomi, esas mismas bragas se veían completamente diferentes.
Encantadoras en lugar de estúpidas. Todavía puedo recordar el momento exacto en el que Naomi se bajó el vestido hasta las rodillas y me sacó la lengua. ¿Mi corazón? Se me salió del pecho y no ha regresado nunca más.
Desde entonces, le pertenece a Naomi".

"Inclinó su cabeza hacia mí y abrió su boca despacio. En ese momento, pensé: No, el sueño húmedo de lo que creo que pasará podría no estar a punto de ocurrir. Quiero decir, no es que no haya besado a una chica antes. O sea, ¿cuántos juegos de la botellita organicé simplemente para poder tener este tipo de contacto con Naomi? Si tan solo hubiera sabido que lo único que tenía que hacer era encerrarme en el elevador y esperarla. Y luego, contacto. Ocurrió. Naomi me besó, lento, en la boca, absorbiendo mi alma hacia la suya, desde el piso cuatro hasta el catorce. Su boca tenía gusto a barra de chocolate Snickers. Me encantan los Snickers.
Lo sé, lo sé. No debería enamorarme de una chica que juega con los sentimientos de los demás con tanta naturalidad, especialmente cuando se trata de mí, pero mi cerebro no puede rechazar lo que dicta mi corazón (y las otras partes de mi anatomía)".

"Odio tanto haber visto a Naomi desnuda solo porque el último verano Ely estaba saliendo con un chico, y Naomi odiaba no tener acceso completo a Ely, por lo que decidió prestarme atención a mí. Luego, Ely rompió con ese chico y Naomi rompió conmigo.
Alguien debería romperle algo en la cabeza a Ely".

"–Todavía sigo esperando que tú, Gabriel, me cuentes cuándo comenzarás a hacer planes para la universidad –le pide Sue/Bruce–. Escuché que mencionaste que querías tomarte un tiempo luego de la preparatoria, pero ¿cuántos años tienes? ¿Diecinueve? ¿Casi veinte? Creo que ya es hora, hijo.
Estaría encantada de escribir una carta de recomendación para ti. ¿Qué universidades te interesan? ¿Has oído sobre Vassar?
Como si no fuera obvio que Ely le ha encargado a su madre acosar a Gabriel por él. Vassar. Claro. ¿Alguien como Gabriel? No es gay, Ely.
Sigue soñando. Tal como yo sueño verte caer en una tina llena de vinagre y que permanezcas por tanto tiempo que el olor se impregne en tu piel y Naomi no se pueda acercar nunca más a ti. Toma eso.
–Qué sé yo –le responde Gabriel, encogiéndose de hombros.
¿Qué sé yo? ¡Qué sé yo! Este Bruce sí que sabe. Caso resuelto: Gabriel, el conserje, de esta manera te proclamo heterosexual. Que marche una cerveza Michelob para mí también, amigo".

"Le ofrezco algo para beber y, de pronto, siento que estamos recreando la escena del crimen, pero esa no es la idea. Al menos, no la mía, aunque tampoco parece ser la suya. Percibo que ni siquiera tiene la más mínima idea de lo que está haciendo".

"–Lo lamento –me contesta Bruce, pero voltea hacia la pared, como si se estuviera disculpando con ella.
–¿Por qué? –le pregunto. De verdad, no tengo idea de por qué lo dice.
–Por haber venido tan tarde. Por querer verte.
–No hay problema –le contesto–. De todos modos, estaba a punto de salir.
No es que me acabas de despertar.
Trato de ignorar que haya dicho que “quería verme”, porque, honestamente, enciende la Alarma de Necesitado en mi cabeza".

"Apago las luces al salir de la habitación, como siempre, para no hacer nada fuera de lo común, y salimos al pasillo.
–¡Oh, diablos!
–¿Qué ocurre? –me pregunta Naomi.
–Olvidé algo. Enseguida regreso.
–¿Qué se te olvidó?
–Mi pene, ¿está bien? ¡No puedes esperar que salga sin mi pene!
Enseguida regreso".

"Salgo del apartamento y veo a Naomi esperando en la puerta del elevador.
No me cabe ninguna duda de que lo estuvo reteniendo allí durante todo este tiempo para bajar conmigo. Por millonésima vez, noto que es extremadamente hermosa. Y me encanta, porque mi amor hacia ella no tiene nada que ver con eso. La amo porque retuvo el elevador para mí, como si bajar sin mí hubiera marcado alguna diferencia. La amo porque si se topara con una camiseta que combinara con mis ojos la compraría para mí, aunque no le sobre el dinero. La amo porque cuando siento que estoy metiendo la cabeza en un horno ella me ayuda a sacarla y hornea galletas en su lugar. La amo porque puede insultar como un marinero y, sin duda, navegar como tal, si quisiera hacerlo. La amo porque, aunque no siempre me diga la verdad, siempre siente que debe hacerlo. La amo porque no necesito amarla todo el tiempo".

"Ya que está tan cerca de mí, ¿por qué no?
–¿Tiempo fuera? –le digo, juguetona, haciéndole notar nuestras manos libres.
Lo nuestro no es otra cosa más que amor-platónico-entre-mejores-amigosde-sesiones-de-besos que no tiene validez en la vida real. Los tiempos fuera  solo ocurren cuando estamos bebiendo alcohol o estamos aburridos, algo que, por lo general, hacemos juntos de la mano (o de la boca), dependiendo de la ocasión.
–Solo me usas por mi goma –me contesta, burlón–. ¿Cómo puedo estar seguro de que todavía me respetarás por la mañana?".

"La primera persona en la que pienso cuando me levanto por la mañana y la última, cuando me voy a dormir. La única persona que es parte de mí tanto como yo misma".

"Llámenme una perra anticuada, pero todavía estoy esperando el verdadero amor. Incluso si es una fantasía difícil de alcanzar".

"–Podrías haber usado la cama, sabes.
Abro mis ojos y me encuentro con el rostro de Ely sonriendo encima de mí. Es tan atractivo que no puedo evitar amarlo, temerle, detestarlo y quererlo.
–¿Qué hora es? –le pregunto. ¿Me quedé dormido? ¿De verdad estoy despierto?
–Solo me fui por diez minutos . ¿Me extrañabas?
–Sí –le respondo, sin pensarlo".

"Por favor, que esto no sea un juego. Por favor, que esto no sea un juego.
Porque si lo es, estoy seguro de que perderé".

"Ely se queda mirándome y siento sus ojos como si estuvieran tocándome".

"Algunas veces la atracción es la única cura verdadera que uno necesita".

"–Ya veo –asiente en señal de comprensión. Me alegro que “vea” eso, aunque en realidad me interesa que se dé cuenta de las ganas que tengo de besarlo ahora mismo–. Naomi nunca me contó que eras así de mutante. 
Naomi. Ese sonido que oyes es mi alma destrozándose contra el suelo".

"–¿Tu cráneo está hecho de titanio?
–Sí, ¿quieres ver? –me dice inclinándose hacia mí.
Y ahora sí puedo sentir esa energía. Ese primer choque eléctrico. Luego, la sorpresa de que haya ocurrido. Toco su cabello y su cráneo por debajo, toda esa suavidad y solidez.
Con las manos en su cabello y los dedos tocando la parte posterior de su cabeza, me doy cuenta de que esto no es amor.
Pero temo (y me fascina) que pueda serlo.
Desearía que mi corazón también fuera de titanio".

"Sé que sabe que estoy sentada a tan solo un par de metros de él, y también sé que está sentado allí porque yo estoy aquí".

"Me doy cuenta de que las cosas se están tornando un poco retorcidas cuando me digo a mí mismo que sería mejor si ella estuviera muerta.
De esa forma, podría quedarme con todos esos buenos recuerdos y sentirme realmente triste; todos lo entenderían y podría avanzar, amándola para siempre. No tendría que hacer nada al respecto, porque sería irrevocable.
Hay algo conmovedor en eso.
Pero claro, en verdad no la quiero muerta. Me alegra saber que está viva.
Son solo esos buenos recuerdos los que están muertos".

"La palabra botado ni siquiera describe la situación. Creo que si vamos a usar una metáfora con la basura, incinerado sería la más apropiada".

"Chris Isaak: “Graduation Day”
Esta es una canción para nosotros dos: el pasado".

"Lo único que puedo hacer es cerrar mi corazón y superarte".

"Tú eres la primera desde mi primera vez que me hace sentir algo, no importa lo que sea. No estoy muy seguro de por qué, si apenas te conozco.
Tal vez, sospecho que eres como yo".

"El simple hecho de que una persona sea bella no significa que no haya un alma dentro. No significa que ese ser humano no ha sufrido como todos los demás. No significa que no quiera ser una persona buena en un mundo horrible.
Esperanza. Eso es lo que me haces sentir.
Incluso el destello más pequeño puede resplandecer con más fuerza".

"Lo peor de esa píldora amarga no es saber que ellos no pueden amarte de la misma manera, sino que no lo harán nunca. No abrirán sus mentes a esa posibilidad. No permitirán que el amor verdadero supere sus propios límites predeterminados: género, edad, [insertar innumerables razones injustas y sin sentido aquí].
El amor que te di pende de un triste color, burlándose de las sombras.
Apesta".

"No te conozco lo suficiente, obviamente, pero siento que, tal vez, pueda confiar en ti. Quiero creer que alguien que miente tanto como tú, al final optará por hacer lo correcto, ya que supongo que habrás diferenciado lo que es real de lo que no. Sé que lo has hecho.
Voy a confiar en ti. Voy a confiar en que no destrozarás a ese chico solo porque puedes".

"Nota al margen: ¿Tienes idea lo que significa cuando alguien dice: “Eso es tan gay”? Sospecho que ya no está relacionado directamente con la homosexualidad. Creo que no significa nada en concreto. En serio, simplemente nada. “Eso es tan gay”. Es algo totalmente existencial".

"Shuggie Otis: “Inspiration Information”
Esta canción es por su mera existencia".

"Hablando de decisiones difíciles… ¿te sentirías halagada o asustada si te dijera que Buffy era la chica con quien solía soñar cuando, ehm… comenzaba a explorar un poco más mi cuerpo durante la preparatoria? No importa, considera la confesión acabada… ehm digo, terminada".

"Naomi, ¿sabías que el verdadero amor no pide permiso?".

"–En serio –insisto–, ¿por qué me besaste así en frente de todos?
Ely me mira como si estuviera pensando que soy un idiota, aunque con cierta moderación.
–¿No puedes simplemente pensar que lo hice porque quería hacerlo y no me importaba quién nos estuviera mirando?".

"–Sabes, estoy orgulloso de ser tu especie de novio –me dice de la nada antes de llegar a la puerta principal y bajar la escalinata del museo.
–¡Cojones! –grito en la oscuridad de la noche.
–¡Cojones no! –me responde.
Y en ese momento mi corazón comienza a latir tan rápido que comprendo que ya no es por miedo a enamorarme".

"Mis madres se separaban. Los padres de Naomi se separaban. Naomi misma se separaba. Yo me separaba. Y la reacción a eso (mi reacción) fue aferrarme con la mayor fuerza posible. Intentar mantener todo unido, porque dejarlo ir sería el fin de todo. Dejarlo ir sería asesinar lo que alguna vez había sido".

"–En realidad, no necesito este –me comenta, tomando el DVD de Mount Fuckmore–. Ver a personas heterosexuales teniendo relaciones me asusta demasiado".

"En verdad se puso a llorar cuando se levantó para marcharse. No está sollozando tan patéticamente como estoy a punto de hacerlo yo, pero le comienzan a caer algunas lágrimas sobre sus mejillas enrojecidas y sigue con su mirada llorosa fija en mí, sin bajarla ni desviarla hacia otro lado. Es como si me estrujara el corazón hasta el último gramo".

"Finalmente, tengo las palabras indicadas para decirle. Coloco mis manos sobre el brillante cinturón rojo. Mi brillante cinturón rojo. Gracias, Ely.
–El cinturón luce mejor en mí –le digo.
Y ahí está la razón por la que amaré a Ely hasta que me muera. Comienza a reír.
Le caen mocos de su nariz, por lo que le entrego una servilleta. De alguna forma, creo que nunca me pareció tan hermoso, con sus ojos llorosos, sus mejillas sonrosadas, su nariz llena de mocos, su sonrisa y su llanto.
Mi chico".

"–Debo irme –le digo y le doy tiempo para que diga “No lo hagas”, o algo como “Todo esto es muy duro”, o “Es tan estúpido”, o “Es necesario”. Le doy tiempo para que se levante y me dé un beso en la mejilla, o me diga que abra la bolsa de crayolas para ponernos a dibujar sobre los vasos abandonados en las otras mesas. O para decirme que todo esto fue un error.
Sin embargo, no me dice nada. Ni siquiera Adiós.
Y, ya que no recibí nada de su parte, tampoco le entrego nada. Duro, estúpido y necesario".

"–¿Cómo se supone que tienen que lucir los gays?
–No como tú.
–Gracias por el voto de confianza".

"Pista N° 4
Britney Spears: “(You Drive Me) Crazy”
–¡Es una gran canción para hacer ejercicio! –defiende Naomi–. Pero si quieres saber por qué la puse en el compilado, la respuesta es que no tenía mucha música para elegir. No estoy tan metida en esas cosas. Casi todas las canciones que tengo son canciones que le gustan a Ely o canciones que descargué para escuchar mientras hago ejercicio.
No existe forma alguna de suspirar con la fuerza necesaria para expresar mi profunda decepción con Naomi.
–Gabriel –se queda en silencio y me señala–. Te golpearé si le faltas el respeto a Britney o a Bon Jovi. No porque me gusten tanto, sino porque no hay nada de malo en ellos".

"–Pensé que Ely sería mi primera vez, ¿no suena estúpido? En verdad lo esperé. Pero él nunca esperó por mí. Estuve pendiente de él casi toda mi vida, pero nunca pude seguirle el ritmo. Ya sea en la escuela, o las citas, especialmente cuando estaba con algún chico. Siempre estaba un paso delante de mí –me confiesa, cansada y destruida.
Supongo que tiene sentido que hagas eso cuando la persona que amaste durante toda tu vida no solo no te quiso, sino que tampoco te esperó.
Supongo que, tal vez, podría ayudarla a entender que existen mejores formas de lidiar con eso".

"–Ah –cada vez que me mira, no consigo darme cuenta si siente atracción por mí, o simplemente desinterés–. ¿Acaso importa?
Claro que sí. Cierra los ojos.
Puedo ver cómo se mueven sus pechos debajo de mi chaqueta con cada respiración.
Eso también importa.
Por más que lo quiera, no me rendiré".

"El guardia de esta noche tiene una apariencia que, definitivamente, nunca vi en la clase de Economía. Es un tipo enorme vestido con lo que parece ser una bolsa de tela de paracaídas.
Ely se ríe al ver al tipo, pero no entiendo por qué. La situación se pone peor cuando llegamos al primer lugar de la hilera
–¿Quién soy? –me pregunta el guardia, mirándome fijo a los ojos.
Me quedo pensando ¿acaso te conozco? y Ely aparece detrás de mí.
–¡Eres Missy Elliot! La chica afroamericana del segundo año del Lilith
Fair.
Definitivamente, esa es la respuesta correcta, pero el guardia no me dará el premio a mí.
–No te preguntaba a ti –le dice a Ely–. Tú entra, él se queda afuera.
Es un poco humillante. Estoy seguro de que Ely entra porque es atractivo, y yo no porque no lo soy, dejando de lado el cuestionario sobre música.
–Vamos… Por favooooooor –le dice Ely, haciéndole ojitos.
El guardia sacude su cabeza de lado a lado y comienza a mirar al tipo que se encuentra detrás de mí, que tiene el cabello con trenzas.
–¡Te muestro mi pene! –le ofrece Ely, juguetón.
Al escuchar eso, el guardia sonríe y vuelve a mirarlo.
–Aquí –le dice Ely y antes de que pueda detenerlo, se desabrocha la bragueta de su pantalón y estira el elástico de su ropa interior para que el guardia curiosee.
–Nada mal. Tienes mucha suerte –me mira a mí y agrega–: Tú también.
Al pasar, el guardia me da una palmada en el trasero.
Definitivamente, no estoy de humor para todo esto".

"Robin responde:
La gente dice que deberías esperar a hacerlo con la persona que amas, pero creo que lo más importante es hacerlo con alguien que te guste.
Quiero decir, esa persona te verá desnuda, ¿lo sabes, no? Y estará dentro de ti. No lo hagas por el simple hecho de hacerlo, pero tampoco esperes a que una fantasía se vuelva realidad".

"–Escucha –ella y Shaun me dicen–. Te estás rindiendo. Una y otra vez dices que eres miserable y eso solo demuestra que piensas que todo gira en torno a ti. Pero no todo lo que importa eres tú. El amor no funciona de esa manera.
Neal me mira con simpatía en sus ojos.
–Tú piensas que es fácil, ¿no es así? –me pregunta–. ¿En serio pensaste que había una forma de ser fabuloso, fantástico y tan perfecto que sería completamente fácil? Nunca es fácil para nadie. Sabes eso, ¿verdad?".

"–Entonces, ¿por qué aún sigues en la cama? –en su cama.
No se levanta, pero al menos se sienta. En el televisor, el reflejo de “Awake” es demasiado brillante. Mamá se lleva las manos al rostro.
–No lo sé, cariño. Simplemente no lo sé. No sé qué más hacer. Odio mi trabajo. No tengo dinero suficiente para mudarnos. Me siento atrapada.
–Entonces cambiemos nuestra forma de pensar. No pensemos que estamos atrapadas. Sino que nuestra situación es como… un laberinto del que tenemos que salir. Si caes en una trampa, no tienes escapatoria. En cambio, un laberinto tiene una salida. Solo tienes que encontrarla".

"Todavía no veo una salida.
Pero no significa que estemos atrapados".

"Resistir el impulso de salir corriendo se hace más difícil que resistir el impulso de rendirse.
El solo hecho de imaginarte corriendo es lo que te hará escapar. Deja de hacerlo".

"Este sería el momento en el que Naomi se acercaría a mí y me daría una palmada en la rodilla. El momento en el que se pondría a coquetear.
Pero no lo hace. Solo se queda pensando en eso.
–Estoy bien –agrega y es bastante claro que no lo está.
–Mientes –le comento.
–Estoy bien –repite.
–No, no lo estás.
–Estoy bien.
Sacudo la cabeza de lado a lado.
–¿Por qué mientes? –le pregunto.
–Para impedir que la verdad me folle –suena justo–. ¿Cuándo metimos en nuestras cabezas que necesitamos decirnos la verdad todo el tiempo?
Algunas veces, mentir está bien, ¿sabes? No tienes que saber la verdad todo el tiempo. Es demasiado agotador".

"¿Qué hay con las imperfecciones?
Estiro la mano y jalo la cuerda que pende de la bombilla sobre su cabeza.
La luz se apaga. Cierro los ojos e inclino mi cabeza, lista para hacer que esto suceda.
Pero se vuelve a encender la luz. Abro los ojos y veo a Gabriel con su expresión de No-estoy-a-punto-de-besar-a-Naomi. Su cabeza está inclinada, sí, pero con una expresión de confusión como si se estuviera preguntando:
¿Qué diablos está haciendo Naomi?
¿QUÉ TENGO QUE HACER PARA PODER BESAR AL CHICO QUE ME GUSTA?
–¿El código de conducta de los conserjes? –le pregunto.
¿Qué hice mal esta vez? ¿O Gabriel es una de esas perras seguidoras de
Madonna que no puede lidiar con una chica que hace la primera jugada?
–No, el código de conducta de los caballeros –me corrige–. Y no sé, ¿tal vez necesitemos un mejor lugar? Algo que no sea un cuarto de suministros. ¿Quizás una cena y una película?
Realmente no sé cómo hacer esto. Cuando hay tanto en juego, soy una idiota.
Volteo para salir, avergonzada, pero coloca la mano sobre la puerta para que no la pueda abrir. (Realmente es un conserje muy malo). En seguida, me da el beso más suave y dulce que jamás sentí en mi cuello.
–Ya llegará el momento –me susurra al oído".

"Siempre hay palabras que son diferentes, palabras que suenan de una manera cuando las pensamos y diferente cuando las decimos. No existe tal cosa como un alma gemela… ¿quién querría estar en esa posición? No quiero tener la mitad de un alma compartida. Quiero mi maldita alma para mí solo".

"Quiero estar cerca.
Es una mentira pensar que la amistad y el romance son diferentes. Claro que no. Son simplemente variables de un mismo amor. Variables del mismo deseo de estar cerca".

"Me decido por llamarlo con un golpe amistoso.
–¿Quién es? –al oír su voz, siento que estoy a punto de desmayarme.
–Soy yo –le contesto–. Tu novio perdido".

"No le digo “Estoy enamorado de ti”, porque esa frase está inmersa en cada letra. Es el sentimiento implícito detrás de cada palabra".

"–No, no lo entiendes. Yo soy el que no es lo suficientemente bueno para ti.
De pronto, se convierte en un dueto.
–No soy lindo –canta él.
–Sí lo eres –digo yo–. Soy muy egoísta.
–No lo eres –dice él–. Tengo miedo.
–Está bien. Tengo miedo –canto.
–Está bien –me canta él.
Siempre vemos nuestra peor parte. Nuestra parte más vulnerable.
Necesitamos que otra persona se acerque lo suficiente y nos diga que estamos equivocados. Una persona en quien confiemos.
Sí, sé que Bruce nunca se verá bien en una pista de baile. Sé que tiene ciertos problemas. Sé que es un mutante".

"Es una completa mentira decir que compartirás el resto de tu vida con una sola persona.
Si tienes suerte (y si realmente te esfuerzas), siempre habrá más de una".






Rachel Cohn y David Levithan

jueves, 10 de septiembre de 2020

Citas: El demonio y la señorita Prym - Paulo Coelho

"Hacía casi quince años que la vieja Berta se sentaba todos los días delante de su
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 puerta. Los habitantes de Viscos sabían que los ancianos suelen comportarse así:
sueñan con el pasado y la juventud, contemplan un mundo del que ya no forman parte, buscan temas de conversación para hablar con los vecinos…
Pero Berta tenía un motivo para estar allí. su espera terminó aquella mañana, cuando vio al forastero subir por la escarpada cuesta y dirigirse lentamente en dirección al único hotel de la aldea. No era tal como se lo había imaginado tantas veces; sus ropas estaban gastadas por el uso, tenía el cabello más largo de lo normal e iba sin afeitar.
Pero llegaba con su acompañante: el Demonio".

"Un trueno es un fenómeno de la naturaleza. Si Dios quisiera hablar con los hombres, no utilizaría unos medios tan indirectos".

"Volvió a desear que el forastero partiera inmediatamente; ya estaba demasiado vieja como para ayudarse a sí misma o a su pueblo o, muchísimo menos, a Dios Todopoderoso, quien, en caso de necesitar ayuda, a buen seguro hubiera elegido una persona más joven. Todo aquello no pasaba de un delirio; a falta de nada mejor que hacer, su marido se inventaba cosas que la ayudaran a matar el tiempo.
Pero había visto al Demonio; sí, no tenía La menor duda de ello.
En carne y hueso, vestido de peregrino".

"—Me prometiste que, si te acompañaba, responderías a todas mis preguntas.
—En primer lugar, nunca creas en promesas. El mundo está lleno de ellas: riqueza, salvación eterna, amor infinito. Algunas personas se consideran capaces de prometer de todo, otras aceptan cualquier cosa que les garantice días mejores y ése, según creo, es tu caso. Los que prometen y no cumplen acaban sintiéndose impotentes y frustrados, tal como les sucede a los que se aferran a las promesas".

"—Ya soy mayorcita para creer en promesas —le respondió, intentando ganar tiempo.
—Pero siempre las has creído, y sigues creyéndolas".

"Su corazón estaba lleno de heridas, había dejado escapar muchas oportunidades pensando que aún no había llegado la persona adecuada, pero ahora sentía que el tiempo transcurría más de prisa de lo que había imaginado y estaba dispuesta a abandonar Viscos con el primer hombre que la quisiera llevar, aunque no sintiera nada por él. Con toda certeza, aprendería a amarlo; el amor también es cuestión de tiempo".

"—Eso es precisamente lo que quiero averiguar: si vivimos en un paraíso o en un infierno. —El hombre interrumpió sus pensamientos.
Estaba cayendo en la trampa que le había preparado.
—En el paraíso. Pero quien vive durante mucho tiempo en un lugar perfecto, termina por aborrecerlo".

"Cada día era un día de espera. Cada noche era una noche en que podía aparecer alguien que la valorase tal como se merecía. Cada hombre que pasaba por su cama era la esperanza de marcharse al día siguiente y no volver a contemplar aquellas tres calles, las casas de piedra, los tejados de pizarra, la iglesia con el cementerio al lado, el hotel con sus productos típicos que requerían meses de elaboración para después venderlos al mismo precio que los productos fabricados en serie".

"Las personas quieren cambiarlo todo y, al mismo tiempo, desean que todo siga igual".

"—¿Acerté? —preguntaba mientras se quitaba la venda de los ojos.
—¡Claro que no! —respondía el cazador recién llegado, contento porque el orgulloso guía había sufrido una humillación—. La bala pasó muy lejos. Dudo que usted pueda enseñarme nada.
—Le acabo de enseñar la lección más importante de su vida —replicaba el marido de Berta—. Cuando quiera algo, mantenga los ojos bien abiertos, concéntrese y tenga muy claro lo que desea. Nadie acierta a su objetivo con los ojos cerrados".

"—¿Qué quieres? —dijo ella—. ¿A qué viene la nota?
—Quiero plantearte un enigma: de todos los días de nuestra vida, ¿cuál es el que jamás llega?
No hubo respuesta.
—El mañana —dijo el extranjero—".

"Ella cogió su bolso, se puso el abrigo, se dirigió hacia la puerta y, entonces, se giró.
—Has sufrido y deseas venganza —dijo ella—. Tu corazón está muerto, tu alma sin luz. El demonio que te acompaña está sonriendo porque llevas a cabo el juego que él determinó.
—En el bosque me dijiste que querías respuestas para ciertas preguntas, pero de la manera que has urdido tu plan, sólo la maldad tiene recompensa; si no hay ningún asesinato, el Bien sólo obtendrá alabanzas. Y sabes de sobras que las alabanzas no alimentan bocas hambrientas ni animan pueblos decadentes. Tú no quieres la respuesta a una pregunta, sino la confirmación de algo en lo que deseas creer desesperadamente: que todo el mundo es malo.
La expresión del extranjero cambió y Chantal se dio cuenta de ello.
—Si todo el mundo es malo, se justifica la tragedia que has sufrido —continuó diciendo ella".

"Es inútil que intentes averiguar por qué existo. Si quieres una explicación, puedes decirte a ti mismo que soy la manera que Dios encontró para castigarse por haber decidido, en un momento de distracción, crear el Universo".

"—Perdonar a Dios —dijo el extranjero—. Perdonar a un Dios implacable que construye y destruye sin cesar.
—Esta conversación es demasiado íntima para mi gusto —dijo Chantal, mirando en otra dirección—. No he aprendido tanto de la vida como para poder darte lecciones de nada".

"El miedo, siempre el miedo —pensó el sacerdote—. Para dominar a un hombre, basta con meterle miedo en el cuerpo".

"—¿En qué estás pensando? —Berta interrumpió sus pensamientos.
—En una hoguera —respondió la mujer del alcalde—. En una linda hoguera que caliente nuestros cuerpos y nuestros corazones.
—¡Menos mal que no estamos en la Edad Media!".





Paulo Coelho

domingo, 6 de septiembre de 2020

Citas: El diario secreto de la señorita Miranda Cheever - Julia Quinn

"Cuando tenía diez años, la Señorita Miranda Cheever no mostraba
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 signos de gran belleza. Su pelo era castaño —lamentablemente— al igual que sus ojos; y sus piernas, extraordinariamente largas, se negaban a aprender nada que pudiera ser ni remotamente llamado gracia".

"—¡Cállate, estúpida! —exclamó Olivia, golpeando el pie contra el suelo—. Ésta es mi fiesta de cumpleaños, y si no puedes ser amable, ¡te irás!
Fiona tragó saliva. Sabía bien que no debía ofender a Olivia, cuyos padres tenían la categoría más alta de la zona.
—Lo siento, Olivia —murmuró.
—No te disculpes conmigo. Discúlpate con Miranda.
—Lo siento, Miranda.
Miranda se quedó en silencio hasta que por fin Olivia le dio una patada.
—Acepto tus disculpas —dijo a regañadientes.
Fiona asintió y se fue corriendo".

"—Fiona Bennet dijo que tengo los labios grandes —dijo casi desafiante.
Turner se tragó una sonrisa.
Ella suspiró pesadamente.
—Nunca me había dado cuenta de que tenía los labios grandes.
—No son tan grandes.
Ella le lanzó una recelosa mirada.
—Sólo dices eso para hacerme sentir mejor.
—En realidad sí que quiero que te sientas mejor, pero no lo digo por eso. Y la próxima vez que Fiona Bennet te diga que tienes los labios grandes, dile que se equivoca. Que tienes los labios plenos.
—¿Cuál es la diferencia? —le miró impaciente, sus oscuros ojos serios.
Turner respiró hondo.
—Bueno —se anduvo con rodeos—. Los labios grandes no son atractivos. Los llenos sí.
—Oh. —Aquello pareció satisfacerla—. Fiona tiene los labios delgados.
—Los labios llenos son mucho mejores que los delgados —dijo Turner enfáticamente. Le gustaba mucho aquella divertida pequeña y quería hacerla sentir mejor.
—¿Por qué?
Turner ofreció una silenciosa disculpa a los dioses de la etiqueta y el decoro antes de contestar:
—Los labios llenos son mejores para besar.
—Oh. —Miranda se sonrojó, y luego sonrió—. Bien.
Turner se sintió absurdamente complacido consigo mismo.
—¿Sabes lo que pienso, Señorita Miranda Cheever?
—¿Qué?
—Creo que sólo necesitas creer —se arrepintió en el mismo minuto en que lo dijo. Seguramente le preguntaría qué quería decir, y no tenía ni idea de qué contestarle".

"—¿Sabes lo que creo que deberías hacer, Miranda? —dijo de pronto.
—¿El qué?
—Creo que deberías llevar un diario.
Parpadeó sorprendida.
—¿Por qué? ¿Quién iba a querer leerlo?
—Nadie, tonta. Para ti misma. Y quizás algún día, después de que mueras, tus nietos lo leerán y sabrán cómo eras cuando eras joven.
Ella ladeó la cabeza.
—¿Qué pasa si no tengo nietos?
Turner alargó la mano impulsivo y la despeinó.
—Haces demasiadas preguntas, gatita.
—¿Pero qué pasa si no tengo nietos?
Dios, era persistente.
—Quizás serás famosa. —Suspiró—. Y los niños que te estudien en la escuela querrán saber cosas sobre ti.
Miranda le lanzó una dubitativa mirada.
—Oh, muy bien, ¿quieres saber la verdadera razón de por qué creo que deberías llevar un diario?
Ella asintió.
—Porque algún día vas a crecer, y serás tan bonita como lista eres ya. Y entonces podrás mirar hacia atrás en tu diario y darte cuenta de lo tontas que son las niñas pequeñas como Fiona Bennet. Y te reirás cuando recuerdes a tu madre diciéndote que las piernas te empiezan en los hombros. Y quizás me guardarás una pequeña sonrisa cuando recuerdes la agradable charla que hemos tenido hoy.
Miranda lo miró, pensando que debía ser uno de aquellos dioses griegos sobre los que su padre siempre leía.
(...)
—¿Papá?
Él suspiró.
—¿Qué pasa, Miranda?
—¿Tienes un cuaderno de sobra? ¿Cómo los que usas cuando estás traduciendo pero antes de que copies el borrador final?
—Supongo que sí. —Abrió el último cajón de su escritorio y hurgó en él—. Aquí. ¿Pero qué deseas hacer con él? Es un cuaderno de calidad, ¿sabes?, y no uno barato.
—Voy a escribir un diario.
—¿Ahora? Bueno, supongo que es un esfuerzo encomiable. —Le tendió el cuaderno.
Miranda sonrió radiante ante el elogio de su padre.
—Gracias. Te dejaré saber cuando se me acabe el espacio y necesite otro.
—De acuerdo, entonces. Buenas noches, querida. —Volvió a sus papeles.
Miranda abrazó el cuaderno contra el pecho y corrió escaleras arriba hacia su habitación. Sacó un bote de tinta y una pluma y abrió el libro por la primera página. Escribió la fecha, y después de mucho pensarlo, escribo una única frase. Parecía ser todo lo necesario.
2 de Marzo de 1810
Hoy me he enamorado".

"La gente lo miraba.
La gente alzaba la vista para observarlo.
Pero nada —ni un segundo de su prominente y privilegiada vida— lo había preparado para aquel momento. Y nunca había sentido tanto el peso de una mirada como ahora, mientras daba un paso adelante y tiraba un trozo de tierra sobre el ataúd de su esposa.
Lo siento tanto, seguía diciendo la gente. Lo siento mucho. Lo sentimos mucho.
Y mientras tanto, Turner no podía evitar pensar si Dios lo castigaría, porque todo en lo que podía pensar era:
Yo no".

"Y luego estaba la pérdida de su alma.
Porque mientras retrocedía, juntando las manos rígidamente tras él mientras escuchaba al sacerdote enviar el cuerpo de Leticia al suelo, no podía escapar del hecho de que había deseado aquello. Había querido librarse de ella.
Y no iba —no lloraría su muerte".

"Ella había sido su sueño.
Y más tarde su pesadilla".

"Cené: asado, patatas, pudín.
Llevé la tragedia a la mesa (el libro, no el evento)
Padre no se dio cuenta.
Me retiré.
Me dormí".

"Olivia la miró dudosa.
—Es un libro.
—Es mi vida.
—¿Por qué será —opinó Olivia— que la gente me llama dramática a mí?
—No digo que sea mi vida —dijo Miranda con un deje de impaciencia—, sólo que la contiene. Todo. Lo he escrito todo. Desde que tenía diez años".

"—Para nada —dijo, aunque él estaba seguro de que la creía—. Pero soy una buena observadora.
Él rió entre dientes.
—Totalmente de acuerdo.
Se puso rígida.
—¿Disculpe?
La había alterado. No sabía por qué lo encontró tan satisfactorio, pero no pudo evitar que le gustase. Había pasado mucho tiempo desde que no hacía nada que le produjera placer. Se inclinó hacia delante, sólo para ver si podía hacerla avergonzar.
—La he estado observando.
Palideció. Él pudo verlo incluso a la luz del hogar.
—¿Sabe lo que he visto? —murmuró él.
Los labios de ella se entreabrieron, y negó con la cabeza.
—Usted ha estado observándome.
Ella se levantó, lo repentino del movimiento casi tiró la silla al suelo.
—Debo irme — dijo—. Esto es totalmente poco ortodoxo, y es tarde, y…
—Oh, venga, Señorita Cheever —dijo él, poniéndose en pie—. No se apure. Usted observa a todo el mundo. ¿Cree que no me he dado cuenta?".

"—Basta —gritó Miranda. Él seguía hablando acerca de cosas que ella no entendía, y le odió por eso—. ¿Por qué me besó? Usted no me ama.
Se clavó las uñas en las palmas de las manos. Estúpida, chica estúpida. ¿Por qué había dicho eso?
Pero él sólo sonrió.
—Me olvido de que sólo tiene diecinueve años y no se da cuenta de que el amor nunca es un requisito previo para un beso".

"Winston se rió, sus ojos examinándola calurosamente.
—Has cambiado, Miranda.
Ella se sonrojó bastante.
—No tanto. Sobre todo he crecido.
—Sí, tienes razón.
Turner pensó que posiblemente iba a atragantarse.
—¿Pensaste que podrías irte a la escuela y encontrarme exactamente igual que cuando me dejaste? Winston sonrió abiertamente.
—Algo así. Pero debo decir que estoy satisfecho con el resultado. — Él tocó su pelo, que había sido enrollado en un pulcro moño—. Supongo que no le volveré a dar ningún tirón".

"—¿Está preparada? —Ladró Turner.
Miranda no movió ni un músculo cuando dijo con un esfuerzo:
—No.
—Bien, apresúrese entonces, no tengo todo el día. 
Winston se volvió hacia él con incredulidad.
—¿Qué pasa contigo?
Fue una buena pregunta. Quince minutos antes, su única meta era escapar de la casa de sus padres a toda prisa, y ahora estaba insistiendo todo el tiempo en escoltar a Miranda a casa.
Muy bien, él había insistido, pero tenía sus razones.
—Estoy bastante bien —dijo Turner dándose la vuelta—. Mejor que cómo lo he estado en años. Desde 1816, para ser preciso.
Winston con incomodidad cambió su peso de un pie al otro, y
Miranda se movió disgustada. 1816 fue, todos lo sabían, el año del matrimonio de Turner.
—Junio —agregó, con un toque perverso.
—¿Perdón? —dijo Winston con rigidez.
—Junio. Junio de 1816. —Y entonces Turner les sonrió a ambos, una sonrisa claramente falsa, la clase de sonrisa de autosatisfacción. Se volvió hacia Miranda—. La esperaré en el vestíbulo delantero. No se retrase".

"—Está bien que estés enfadado con ella.
Él no fingió no saber de qué estaba hablando.
—Está muerta, Miranda.
—Eso no quiere decir que no fuera una persona excepcionalmente horrible cuando estaba viva".

"—¿Madre? —requirió
—¿Dónde está tu brazalete? —susurró urgentemente.
—Mi brazalete —dijo, con algo de ironía.
—Por Leticia —añadió, como si él no lo supiera.
—Creo haberte dicho que he elegido no estar de luto por ella.
—Pero esto es Londres —siseó—. Y es el debut de tu hermana.
Se encogió de hombros.
—Mi abrigo es negro.
—Tus abrigos son siempre negros.
—Quizás estoy de luto perpetuo entonces —dijo suavemente—, por la inocencia perdida".

"—Me preguntaba, señor… —empezó a decir Miranda.
—Ésta es una librería para caballeros —dijo él con voz hostil.
—Ah. —Miranda retrocedió, algo amilanada por su actitud. Pero como deseaba desesperadamente el libro de Malory, se tragó su orgullo, sonrió dulcemente, y continuó—. Me disculpo. No me di cuenta de esto. Pero esperaba que...
—Le he dicho que esta es una tienda de caballeros. —Los pequeños y brillosos ojos se estrecharon—. Le ruego que se marche.
¿Me ruega? Ella lo miró fijamente, los labios abiertos con asombro.
¿Me ruega? ¿Con esa clase de tono?
—Vámonos, Miranda —dijo Olivia, agarrándola de la manga—.
Debemos irnos.
Miranda apretó los dientes y no se movió.
—Querría comprar un libro.
—Estoy seguro que así es —dijo el librero vilmente—. Y la librería para damas está a tan sólo un cuarto de milla.
—La librería para damas no tiene lo que deseo.
Él sonrió burlonamente.
—Entonces estoy seguro que usted no debería leerlo.
—No creo que esté en posición de emitir ese juicio, señor —dijo Miranda fríamente".

"—Pero, por favor, ¿podríamos ir hoy? Por favor. Por favor.
—Se da cuenta de que está suplicando.
—No me importa —dijo ella inmediatamente.
Él caviló sobre eso.
—Ocurre que podría utilizar esta situación a mi favor.
Miranda lo miró entornando los ojos.
—¿Qué es lo que quiere decir?
—Ah, no sé. Uno nunca sabe cuándo quizás necesite un favor.
—Ya que no tengo nada que usted pueda desear, le aconsejo olvidarse de sus inocuos planes y simplemente acompáñeme a la librería.
—Muy bien. Hagámoslo".

"—¡Mi libro!
Eso fue el colmo. Turner se detuvo intempestivamente.
—No quiero oír otra palabra acerca de su condenado libro, ¿me oye usted?
La boca de Miranda se abrió.
—¿Entiende lo que acaba de suceder? Golpeé a un hombre.
—¿Pero acaso no concuerda que él necesitaba que lo golpearan?
—¡No tanto como usted necesita que la estrangulen!".

"—¿Qué opina de Winston? —preguntó.
—Es mi hermano —dijo él.
Ella extendió la mano e hizo un movimiento rápido con la muñeca, como diciendo: ¿Qué más?
—Bueno —dijo, intentando ganar tiempo. Realmente, ¿qué esperaba que dijese?—. Es mi hermano.
Ella elevó los ojos hacia arriba sarcásticamente.
—Bastante revelador de su parte".

"—Sí. —Ella sonrió—. Me alegro. Porque siento un gran respeto hacia usted.
De alguna forma estaba logrando hacerle sentir como si fuese algún tipo de reliquia antigua.
—¿Siente un gran respeto hacia mí? —las palabras se deslizaron desagradablemente de su lengua.
—Bueno, sí. ¿Creía que no?
—Francamente, Miranda, la mayoría del tiempo no tengo ni idea de lo que piensa —le espetó.
—Pienso en usted.
Los ojos de él volaron a los de ella.
—Y en Winston, claro. Y en Olivia. Como si uno pudiese vivir en la misma casa con ella y no pensar en ella. —Cerró el libro de golpe y se puso en pie—".

"—¿Y ha estado aquí sentado solo en la oscuridad?
—Me gusta la oscuridad.
—A nadie le gusta la oscuridad.
Se rió con ganas, haciéndola sentir terriblemente inmadura y joven.
—Ah, Miranda —dijo, aún riéndose—. Gracias por eso".

"—¿Le falta poco?
—Poco. —Colocó el dedo alrededor de otra astilla de vidrio y tiró.
Ella se tensó por el dolor.
—Me quedan sólo una o dos.
—¿Qué pasa si no las saca todas?
—Lo haré.
—¿Y si no?
—Buen Dios, mujer, ¿alguna vez le he dicho que es muy insistente?
Ella casi sonrió.
—Sí.
Y él casi le devolvió la sonrisa".

"—¿Debo suponer que estás planeando abrir un consultorio sobre
partos?
Las cejas de Turner se alzaron.
—Vigila tu boca, esposa".

"—¿Turner?
La miró atentamente, escuchando la excitación en la voz de ella.
—¿Qué mi amor?
—¿Qué pasa?
—-No estoy seguro de entender lo que quieres decir.
Ella abrió la boca y luego la cerró, obviamente tratando de encontrar las palabras correctas.
—¿Por qué… de repente te has dado cuenta…?
—¿De que te quiero?
Ella asintió en silencio.
—No lo sé. Creo que estuvo dentro de mí todo este tiempo. Sólo que estaba demasiado ciego para verlo".

"—Este fue el primero —dijo ella, pasando la portada con dedos reverentes—. De verdad te he amado todo este tiempo. ¿Lo ves?
Él miró la primera entrada.
2 DE MARZO DE 1810.
Hoy me he enamorado.
Una lágrima brotó de los ojos de él.
—Yo también, mi amor, yo también".





Julia Quinn

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Citas: Albert Camus: Del ciclo de lo absurdo a la rebeldía - Eve Tiberghien


"En la escuela, Louis Germain, su profesor, se da cuenta de su talento cuando Camus tan solo tiene diez años e incita a la familia del joven a que le permita seguir sus estudios. Camus ingresa entonces en el instituto Bugeaud, en Argel. Pero, a finales de 1930, descubre que está enfermo de tuberculosis. En un momento en el que todavía no se conoce ningún tratamiento fiable para curar esta enfermedad, toma conciencia de la fragilidad de la existencia".

"El que Camus sea un escritor que obtiene el reconocimiento a partir de finales de los años 1940 no quiere decir que sea un hombre completamente feliz".

"Según él, lo absurdo surge al tomar conciencia de que el destino del hombre se inscribe en el tiempo y de que, desde su nacimiento, el hombre avanza irremediablemente hacia su muerte".

"El hecho de que haya nacido para morir convierte su condición en absurda inevitablemente. Lo es todavía más porque, de forma innata, es un ser que busca sentido y que siempre se choca contra la irracionalidad del mundo. Para el escritor, no cabe considerar la idea de una verdad superior que daría un sentido a la existencia: solo tenemos esta vida y nada más".

"Para acabar, incluso las acciones humanas son vanas. Los hombres repiten cada día los mismos gestos, sin un propósito. Su vida entera no es más que una sucesión de costumbres que los llevan a la muerte".



Eve Tiberghien