jueves, 23 de mayo de 2019

Citas: Cartas de amor - Mark Twain


"Lo digo deliberadamente. Porque no me arrepiento de haberte querido, de seguir queriéndote y de quererte siempre".

"Los años me han hecho conocer el dolor, el desastre y la decepción, y he soportado estas dificultades hasta convertirme en un hombre. Así pues, también soportaré esta última, la más amarga, aunque me rompa el corazón. No deshonraría este amor tan digno que ha nacido en mi interior con ningún pensamiento pueril, ni ninguna palabra, ni ningún hecho. Prefiero haberte querido y haberte perdido a que mi vida hubiese seguido siendo ese vacío que era antes".

"Mi honorable hermana, ¡eres tan buena y tan hermosa… y estoy tan orgulloso de ti! Aunque sea pequeño, hazme ese hueco que me has prometido en el gran corazón que tienes, y si algún día dejo de merecerlo, ¡seguiré siendo el vagabundo sin hogar que soy!".

"Dormí bien, y al despertar tú fuiste, por supuesto, mi primer pensamiento, y lamenté mucho no verte en el desayuno. Espero y confío en que tú también hayas dormido bien, porque la última vez que te vi, cariño, estabas tranquila y en paz".

"Porque sé que, llegado el momento, tus dudas y tus preocupaciones desaparecerán, y entonces me entregarás todo tu corazón y ya no desearé ninguna otra cosa en la tierra. Valoro ese día más que cualquier regalo terrenal, más aún que tu preciado amor, lo disfrutaré, satisfecho y feliz. No me siento agobiado; estoy agradecido, agradecido, indescriptiblemente agradecido por el amor que ya me has dado. Me has coronado, me has elevado al trono, me has dado un cetro. Me siento con los Reyes".

"Y escribe sólo hasta que empieces a sentirte cansada, pero ni un momento después, mi incomparable Livy, pues te quiero demasiado como para desear que [te canses] te aburras escribiéndome, aunque sea para complacerme".

"Adiós, Livy. Todo este tiempo me he sentido como si estuvieras aquí conmigo, casi; y por momentos, como si pudiera verte de pie a mi lado. ¡Pero has desaparecido!
Echo de menos una amable presencia; una gloria se ha ido de mi lado. ¡Escucho una voz amada, busco un querido rostro, acaricio el aire vacío! Que Dios te bendiga, mi vida. Adiós; te envío miles de besos; envíame tú alguno, por favor.
Con muchísimo amor, Tuyo
Para siempre
SAMUEL".

"P. P. P. D. ¡Livy, cuánto, cuánto, cuánto te quiero, cariño! 
Escríbeme inmediatamente; ¡hazlo!
Si cualquier familiar pregunta por mí, dale recuerdos afectuosos de mi parte; y por favor, transmíteles al Sr. y a la Sra. Langdon mi cariño y mi respeto. Ellos saben que soy sincero, independientemente de lo que ocurra con nosotros dos. 
¡Te quiero,
Livy!
Livy, ¿vas a venir a Nueva York este invierno?
¡Te quiero, te quiero, te quiero, Livy!

PPPPP. D. Livy, ¡cuánto te quiero!".

"Quiero… Adoro a Olivia L. Langdon, de Elmira; y ella también me quiere. Cuando esté asentado para siempre, cuando sea un cristiano, y cuando haya demostrado tener un buen carácter, ser estable y responsable, sus padres retirarán sus objeciones y podrá casarse conmigo; digo podrá, pero quiero decir debería. Si un día dejo de intentarlo, la tierra dejará de girar y el sol de recorrer su acostumbrada trayectoria".

"Mi diosa acababa de rechazarme unos días antes, luego volvió a hacerlo, más tarde me advirtió que debía abandonar, y al final he ganado la batalla y soy el hombre más feliz del mundo".

"Necesitará todo su optimismo y toda su alegría cuando la Sra. Crane se vaya; cuando todos los corazones de su hogar dejen escapar un rayo de luz para llenar ese vacío con una sombra. Incluso los brutos más estúpidos sabrán que un amigo se ha marchado de su lado. Las flores también lo sabrán, estoy seguro; y si ese día exhalan un aroma más dulce, sabrá que se trata de una oración que están enviando a la dueña que han perdido".

"Avanzamos según nuestras opiniones".

"Nuestra correspondencia es extraña y muy satisfactoria al mismo tiempo. Mis cartas son un océano  de amor en medio de una tormenta; las suyas son un océano de amor en el majestuoso reposo de una gran tranquilidad. Pero las aguas son las mismas; exactamente las mismas, amigo mío".

"Y esta mañana he recibido unas encantadoras cartas de Navidad de parte de sus padres, llenas de cariño y de confianza. ¡Ah! El mundo es maravilloso… maravilloso… y Dios existe. Es como si me estuviese quitando de encima siglos de somnolencia y como si, medio desconcertado, mirara la luz que acaba de estallar en el horizonte de un mundo desconocido".

"(Oh, Livy… estás tan presente ahora mismo para mí, que me resulta absurdo estar escribiéndote cuando casi alcanzo a besarte la frente con mis labios)".

"El primer día que te vi en St. Nicholas, tuve que hacer un increíble esfuerzo para abstenerme de quererte con todo mi corazón. Pero para mi desconcertada mente, fuiste como una aparición bajada del cielo, como algo a lo que adorar, reverentemente y en la lejanía; no como una criatura  humana que pudiera ser profanada por el amor de una persona como yo".

"Livy, no me regañes, deja que rinda el debido homenaje que merece tu valía; déjame honrarte más que a todas las mujeres; déjame amarte con un amor que no entiende de dudas ni preguntas; pues tú eres mi mundo, mi vida, mi orgullo, todo lo que para mí vale la pena tener en la tierra. Revélame tus defectos, si los tienes, no me espantarán; nada te arrancará de mi corazón. Livy, ¡si tan sólo supieras lo mucho que te quiero!".

"¡Me estremezco al pensar qué hora será! ¡Todos los sonidos están como muertos!
Pero aunque estuvieras aquí para regañarme, cariño, ¡no soltaría esta pluma hasta que hubiese escrito te quiero, Livy!".

"GALESBURG [ILL.], 10 DE ENERO [DE 1869] 
Señorita Harriet Lewis: [No, esto es demasiado frío para un corazón a punto de romperse…]

Querida Hattie: Me resulta doloroso, diría incluso desgarrador, decirte lo que estoy a punto de decir. Pero tengo que pronunciar estas palabras. Creo que sería un crimen permanecer más tiempo en silencio. Y a pesar de ello, voy a llevar a cabo esta tarea con profunda humillación. Si pudiera lo evitaría. O si fueras una mujer desamparada. Pero hay que hacerlo. Me entristece decir que ha habido un error. No he entendido a mi propio corazón".

"Después de seguirte durante semanas como si fuera tu sombra, después de suspirar por ti, de pasear en coche contigo, de contemplar cosas inefables de ti; después de soñar contigo noche tras noche y de jugar al solitario contigo día tras día; después de alegrarme con tu llegada y de  apenarme con tu partida, pues toda la luz del sol parecía irse contigo; después de arder en deseos por ti hasta tal punto que durante dos días únicamente me alimenté de ti; después de anhelarte y desearte y deleitarme con tu única presencia; y después de escribirte veinte cartas a doble franqueo, ¡he aquí que al final despierto y descubro que, después de todo, no eras tú!".

"Acabo de realizar una de las cosas más difíciles de hacer… pedir disculpas".

"La gente siempre habla bien cuando habla de lo que siente".

"De modo que tendré que estar tres días sin carta. Eso no me gusta demasiado. Me resulta tan normal recibir una carta tuya cada dos días que me sentiré raro sin recibir ninguna esta tarde. Estoy tan ligado a ti, estás tan presente en mis pensamientos durante el día y en mis sueños por la noche y te has convertido tan   drásticamente en una parte de mi vida, de mi carne, de mi sangre, de mis huesos, por así decirlo, que hoy me sentiré perdido mientras dure esta interrupción de comunicación; me sentiré como si las corrientes de la vida hubiesen dejado de fluir en alguna parte de mi cuerpo, habiéndose frenado de alguna misteriosa manera".

"Me alegra saberlo; no veo por qué debería alegrarme, pero me alegra; la verdad es que yo estaría  horrorizado si tuviese un bebé. Pero sé que tú estás feliz y sólo por esto yo también. A mí me basta con que tú estés contento, créeme".

"Mi profecía estaba en lo cierto. Ella me dijo que nunca podría quererme, que nunca lo haría, pero se fijó la tarea de hacer de mí un cristiano. Yo le dije que lo conseguiría, pero que entretanto cavaría inconscientemente un hoyo marital y que acabaría por caer en él… y ¡he aquí que la profecía se ha cumplido!".

"Tuyo, hasta que la muerte nos separe.
SAML".

"Livy, te quiero. No me he sentado para decirte esto en particular, si así fuera, ahora que he empezado, podría seguir escribiendo y jamás volver a parar".

"Todavía sigo buscando un rostro como el tuyo entre mi público, un rostro que dé muestras de una naturaleza como la tuya; pero sigue siendo en vano. Y, día tras día, con cada nueva prueba que me confirma que eres única, me enorgullezco más de ti".

"Y muchas veces me paro y pienso en el milagro, el curioso misterio, la rareza que rodea el hecho de que sólo hubiera una mujer, entre los cientos de miles de mujeres cuyos rasgos he examinado críticamente y cuyas personalidades he leído en sus rostros, una sola mujer entre todas ellas a la que yo podía amar con todo mi corazón, y que mi asombrosa buena fortuna me garantizaría el amor de esa mujer. Y más aún, que descubriría en un solo instante, la primera vez que te vi, que tú eras esa mujer".

"He conocido a muchas muchas mujeres bellas y admirables, pero todas escondían uno o más defectos, y durante todo este tiempo, durante doce largos años, me fui volviendo naturalmente cada vez más crítico y más difícil de complacer, como les pasa a los solterones… Pero, he aquí que al final te encontré, y en ti no veo ninguna imperfección. Es extraño, es muy extraño. La mano de la Providencia ha tenido algo que ver. Cuando deje de estarte agradecido, profundamente agradecido  por tu amor, estaré… muerto. Nunca antes, Livy… nunca antes".

"Ya es hora de que estés en la cama, Livy… Así que si rodeas mi cuello con tus brazos y me besas mientras miro por un momento esos ojos que amo más que la luz que mana de los cielos, puedes irte. Y toma estos dos besos y pósalos como yo haría si estuviese allí".

"9 DE LA TARDE HARTFORD, 6 DE MARZO [DE I 869]

Querida Livy, ya te he enviado la carta de hoy, pero estoy tan orgulloso de tener el privilegio de poder escribir a la mejor persona del mundo siempre que quiera, que debía añadir un par de líneas, aunque sólo sea para decir te quiero, Livy. Porque te amo, Livy, como el rocío ama a las flores; como los pájaros aman la luz del sol; como las pequeñas olas aman la brisa; como las madres aman a sus  primogénitos; como la memoria ama los viejos rostros; como las mareas aman la luna; como los ángeles aman los corazones puros. Te quiero tanto que si te fueras de mi lado, sería como si todo mi amor se fuera tras de ti y dejara mi corazón como unas ruinas apagadas y vacías por siempre jamás. Y queriéndote así también te honro como nunca antes ha honrado un vasallo, fiel y leal, a su rey, desde que el mundo es mundo. Y ya que esto es sincero, Livy, creo que deberías ponerte de puntillas para alcanzar a darme un beso. (O yo me inclinaré hasta llegar a tu pequeña y delicada altura, con mucho gusto, para obtener esta recompensa)".

"[¿Cómo es eso?… ] No debes meter las cartas de otras personas en el mismo sobre que las tuyas, ponlas en otro. Hoy mismo pensé que tenía una carta tuya bien larga y resulta que la mitad era de mi hermana. ¿Por qué quieres desilusionarme así?".

"Te gustará, Livy; su ortografía deja mucho que desear. Para que te hagas una idea, escribe vaca con una B. Y escribió «tropecé» con Z, aunque en cambio escribió bien «ufana» sin hache T y «dicción» con sus dos C. 
Puedo tolerar esos errores garrafales bastante bien, pero odio ver a quien sea escribir John con G.
Lo considero algo totalmente horrible. He observado que escribes John con G…
(Livy, perdóname mi amor, sabes que no me burlaría de ti ni aunque de ello dependiese la vida de un hombre si pensara que pudiera herirte. Para mí no tiene ninguna importancia cómo escribas. Rara vez he observado que cometas un error, y válgame Dios, me siento tan orgulloso de ti como si pudieras ganar al diccionario de ortografía en su versión más completa. De hecho, sería una lástima que yo me atreviera a criticar tu ortografía, yo que estoy tan lleno de defectos como tú de méritos, brillantes virtudes y hermosos rasgos de personalidad; y aun así has encontrado un hueco en tu corazón para aceptarme tal y como soy, elevarme y bendecirme con tu valioso amor… Nunca podría criticarte, mi amada y honorable Livy)".

"P. D. He vuelto a leer esta carta y es poco seria, absurda e inmadura. Ojalá me hubiera ido a la cama cuando he llegado y no la hubiera escrito. Me dijiste que nunca debía romper una carta después de habértela escrito, por eso te la envío. Quémala, Livy. No pensé que estaba escribiendo de una manera tan ridícula y tan  miserable. Mi buen humor no me permitía escribir una carta sensata".

"¿Alguna vez ha habido alguien tan encantador como Livy? Sé que no. 
Ella cumple mi ideal de lo que debería ser una mujer para hacerse querer. 
Así que, ¿qué misterio tiene que la ame tanto? ¿Y qué misterio tiene que me sienta profundamente agradecido por la oportunidad que se me ha dado para amarla?".

"Estoy en la misma casa (pero no en la misma habitación… ¡menos mal!) donde pasé tres semanas horribles el otoño pasado, adorándote y escribiéndote cartas; algunas las envié a la papelera y otras nunca pasaron de mi mente al papel. Pero no me gusta pensar en esos días, ni hablar de ellos".

"Sin embargo, la chica más querida del mundo entero me ha ordenado estrictamente que me acueste pronto y que me cuide, y voy a obedecer esas órdenes, aunque preferiría escribirle a irme a la cama… Pues cuando le escribo, es como si le hablara, y hablar con ella así es como sostener su  pequeña mano, mirarle a los ojos amados, escuchar su voz que para mí es tan suave como la respuesta a una oración, sujetar su pie minúsculo, estrechar su delicada figura entre mis brazos, besar sus labios, sus mejillas, su cabello y sus ojos con amor, y su sagrada frente con honor, con respeto reverente, con gratitud y bendiciéndola. 
De las profundidades de mi alegre corazón brota una gran corriente de amor y de oraciones dirigidas a ese valioso tesoro que me ha sido confiado para cuidarlo durante toda mi vida. No puedes ver sus olas intangibles correr hacia ti, mi amor, pero en estas líneas oirás, por así decirlo, el lejano sonido del oleaje".

"Pero amor mío, mi esperanza actual es que cuando llegue el momento de escribir tus «memorias», yo ya me haya convertido en polvo y cenizas para así librarme de esta responsabilidad que he asumido de forma tan bromista".

"«Con amor, tu Livy»… No hay palabras más preciadas para mí que iluminen el papel haciendo que parezca una esplendorosa visión. ¡Las palabras parecen acercarse a mí!… ¡y rodearme con sus brazos, y posar una adorada cabeza sobre mi hombro y llenar mi corazón con los cantos de los ángeles! Eres mi Livy, y no puedo expresar lo agradecido que estoy porque así sea; le rezo a Dios para que puedas seguir siendo mi Livy siempre".

"HARTFORD, 21 DE JUNIO [DE 1869]

Según el calendario, mi amor, hoy es el día más largo del año; y como te has ido de mi lado, sabría que es el día más largo sin tener que mirar el calendario. Porque te echo mucho de menos".

"Somos muy poco comunes. Somos una especie de planta centenaria humana, y no crecemos en el jardín delantero de todo el mundo".

"¡Dios de mi vida, ojalá pudiera verte! A ti más que a ninguna otra persona en el mundo… lo haría, Livy, mi vida. De verdad que lo haría. Porque te quiero. Te quiero con todo mi corazón, Livy, mi amor".

"Mi niña, hoy me he quedado de piedra al no recibir ninguna carta tuya en Boston.
Me siento como si llevara sin verte y sin saber de ti muchísimos días… pero ahora que echo la cuenta, me sorprende descubrir que te vi, te acaricié, te abracé, te besé, hace tan sólo cuatro días".

"Normalmente una temporada de tres meses parece un año; y cuando se le añade la ausencia de una novia, en cierto modo se convierte en una vida".

"Abrí tu carta y ¡vaya!, ni siquiera el amor de mi vida podía estar a salvo".

"Y rezo por ti, de la misma forma en que he rezado por ti cada noche, desde que incitaste a mi espíritu a rezar hace diecisiete meses".

"¡Querida Livy! ¡Menudo ataque de amor provoca un poquito de separación! Te añoro tanto estos días… y la lección que me da es que nos tenemos que separar de vez en cuando. Cuando estoy lejos de ti durante dos días, me vuelvo loco por verte.
Así que tengo la intención de irme de vez en cuando para renovar esa sensación; pero nunca más de 48 horas. Espero que, mientras vivamos, jamás se interpongan más de 48 horas entre nosotros. Me siento como si fuera a pasar un siglo entero antes de volver a verte".

"CHICAGO, 2 DE FEBRERO DE 1885

Hoy es un gran día, mi amor; el día que te trajo a mí hace quince años. Entonces eras muy preciada para mí, ahora eres todavía más valiosa para mí. 
Teniéndonos el uno al otro, entonces, éramos ricos; aunque éramos pobres en comparación con lo ricos que somos ahora con las niñas.
Te mando un beso, mi amada mujer… y a esas queridas pillinas, también.
SAML".

"[43º cumpleaños de Livy]
HARTFORD, 27 DE NOVIEMBRE DE 1888

Querida Livy, ¡estoy agradecido… más agradecido que nunca, de que hayas nacido, de que tu amor sea mío y de que nuestras dos vidas se hayan tejido y soldado juntas!
S. L. C".

"Te quiero, te quiero, te quiero, mi vida, y me siento muy solo aquí".

"30 DE SEPTIEMBRE

Olvidé enviar mis cartas de ayer y anteayer. Según Jackson, estos días me olvido de casi todo, excepto de mi visión del asilo para pobres. Pero hago lo que puedo, mi amor… y tú eres mi apoyo y mi ánimo. Sin ti, no sería nada".

"No soy extravertido, siempre estoy escondiendo mis sentimientos; pero ayer se me encogía el corazón. No podría decirte cuán profundamente te quiero, ni lo apenado que he estado por ti, ni cuánto me he compadecido de ti por ese horrible problema en el que te han metido mis errores. Sé que me perdonas, pero yo nunca me perdonaré mientras siga habiendo vida en mí".

"Me he pasado todo el día solo… pensando; a veces pensamientos amargos, a veces sólo tristes".

"A todo el mundo excepto a ti. A ti, siempre te he escrito; porque siempre estás en mi corazón, siempre estás en mi mente".

"Lleva todo el día lloviendo… no, lloviznando, y está triste y oscuro. 
No podría ser de otra forma. Hoy no sabría cómo dar la bienvenida al sol".

"Al fin sé lo que es el sufrimiento, mi amor. Ya sé cuánto sufriré cuando mueras.
Ahora me doy cuenta de que nunca antes he sabido lo que era el dolor, sino sólo un endeble atisbo de él".

"DESPUÉS DE LA CENA: 8H 45.

El Sr. Smythe ha subido a tumbarse para intentar atajar su dolor de cabeza, y yo estoy solo con mis recuerdos de La luz que se apaga. Te adjunto el párrafo que el Sr. Smythe dijo que te enviaría. Me dolió leerlo, porque me recordó que, durante todos estos años, nunca había dejado de tener la esperanza de que Susy se volviese a ocupar de mi biografía. Es decir, conservaba la remota esperanza de que de vez en cuando podría tomar algunos apuntes y de que mi muerte le devolvería el interés por el tema, y que entonces escribiría el libro. Así que otra de mis ambiciones ha sido enterrada en el olvido. Ha seguido el camino de todas las demás".

"Pobre Susy; ya hace once días. «Tras la fiebre convulsa de la vida, duerme con placidez»[60]. Y no volverá a despertar para mí.

«O for the touch of a vanished hand,
And the sound of a voice that is still!»".

"Es un mundo odioso, un mundo terrible… es el Infierno; pero el de verdad, no la falsa invención de los supersticiosos; y hemos llegado a él desde algún otro lugar para expiar nuestros pecados.
Y ahora, ¿qué podemos hacer? ¿A dónde podemos ir a escondernos hasta que alcancemos la liberación? Porque ¿qué otra cosa nos queda por hacer en este mundo?".

"LONDRES, 27 DE NOVIEMBRE DE 1896

La hemos perdido, y nuestra vida es amargura. Puede que la volvamos a encontrar… no perdamos la esperanza. Dios sabe que somos mucho más pobres con esta pérdida de lo que éramos antes; pero seguimos teniendo a las otras, y eso es mucho; y también nos tenemos el uno al otro, mi amor, y eso es riqueza.
Éste es el cumpleaños más negro que jamás he vivido: que nunca tengas tú otro igual, mi vida.
Con montones de amor,
SAML".

"No me das la oportunidad de olvidarte; encuentro tus atentas y adoradas manos por todas partes y a cada instante entre mis cosas y mis pertenencias".

"[NOTA DE TWAIN A HOWELLS, DE 12 DE JUNIO]

Estas últimas semanas, fue lamentable ver el inquietante temor en sus ojos, que miraban fijamente a los míos con nostalgia, y oírla pedir, como suplicando, una alentadora respuesta negativa: «No crees que me vaya a morir, ¿verdad? 
Oh, no quiero morir». Pues ella amaba la vida, y quería vivirla".




Mark Twain

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