"Elisa.—¡Oh, Valerio, todos tienen el mismo discurso! Todos los hombres son semejantes en sus palabras, solo sus acciones los hacen diferentes entre sí".
"Elisa.—¡Con qué facilidad una se deja persuadir por quien ama!".
"Harpagón.—Anda, ven acá, déjame que vea. Muéstrame tus manos.
Flecha.—Aquí están.
Harpagón.—Las otras.
Flecha.—¿Las otras?".
"Flecha.—(Aparte). ¡Ah, un hombre como este bien se merece lo que teme! ¡Qué placer me daría robarle!
Harpagón.—¿Eh?
Flecha.—¿Cómo?
Harpagón.—¿Qué dices de robar?
Flecha.—Digo que revisis bien por todas partes para ver si te he robado".
"Merluza.—Y yo, señor, tengo agujereada la parte de atrás de las calzas; con perdón de la expresión, se me ve...".
Moliére
No hay comentarios.:
Publicar un comentario