viernes, 28 de septiembre de 2018

Citas: Mirror mirror - Cara Delevingne


"Habíamos visto amanecer muchas veces al regresar a casa tras largas noches de fiesta, que estirábamos hasta que se nos cerraban los ojos de sueño. Antes de esa en concreto, la vida parecía por fin de color de rosa, como si fuera nuestra, y nosotros suyos, y llenábamos cada segundo con algo nuevo, algo que nos pareciera importante".

"Nuestra vida entera había pegado un vuelco hacía un año. Antes del grupo, cada uno estaba perdido a su manera, pero entonces sucedió algo. Juntos molábamos, éramos fuertes, duros como una piedra y la hostia en patinete. Y creímos que Naomi también se sentía así, y que no volvería a tener la necesidad de huir".

"Y es que no se puede existir un día y desaparecer al siguiente. No tiene ningún sentido. Nadie se desvanece sin más, sin dejar rastro".

"Hoy, la vida sigue, como dice todo el mundo.
Hay que levantarse otra vez, ir a clase, volver a casa y pensar en gilipolleces como los exámenes, que están a la vuelta de la esquina. Solo nos queda «esperar, rezar y confiar», y un montón de patrañas que no paran de contarnos.
La vida sigue, pero eso es mentira, porque Naomi puso el tiempo en pausa la noche que desapareció".

"Separarnos significaría dejar atrás lo mejor que teníamos en nuestras vidas, y sería como olvidarla a ella para siempre".

"Antes de Mirror, Mirror, no sabía que tuviera ese superpoder, pero ahora sí, porque se lo dijimos. Y cuanto más se lo repetíamos, mejor tocaba.
Cuando tienes un superpoder así, no tienes por qué huir...".

"Me descubro contemplando sus ojos azules con una sonrisa, porque cuando toco la batería es el único momento en el que me permito demostrarle a una chica que me gusta sin querer morirme por ello. Ella me devuelve la sonrisa y, sin darme cuenta, se me escurren las baquetas de las manos y caen al suelo con un estruendo.
—Lo siento, bonita —dice Rose sin dedicarle una mirada siquiera—. Me temo que no va a funcionar, pero no ha estado mal.
Emily no reacciona, se limita a encogerse de hombros con mucha gentileza y me sonríe otra vez antes de irse.
—Me gustaba —digo—. ¿Puedo quedármela?
Rose me suelta un puñetazo en el bíceps, y el dolor me llega hasta el hombro. Tiene fuerza, la tía.
—¡Joder, Rose! ¡Cómo te pasas!
—Qué me voy a pasar... —niega con la cabeza—. Joder, Red, deja de pensar con la entrepierna.
No hemos organizado esto para que ligues con la primera guarra que entre por la puerta".

"—¿La han encontrado? —un susurro se escapa de mis labios, pero suena como si lo oyera desde un millón de años luz de distancia.
Él asiente, sin poder mirarnos a la cara.
—¿Está...? —Esta vez es Leo, con los ojos clavados en Smith, esperando recibir el hachazo.
—Está... —El señor Smith parece ahogarse un instante mientras niega con la cabeza.
Por fin nos mira, con lágrimas en los ojos, la boca torcida, y tardo un momento en darme cuenta de que...
... está sonriendo.
—Está viva —dice".

"El mundo se esfuma bajo mis pies. Durante un segundo recuerdo su cara, como la última vez que la vi, su sonrisa, el resplandor de sus ojos, y solo quiero estar con ella".

"Rose me suelta la mano y da dos pasos hacia él, tan rápido que creo que va a pegarle. Él levanta la cara poco a poco y le sostiene la mirada.
—¿Qué significa eso?
—Significa que hay muchas probabilidades de que no sobreviva.
De la alegría a la desesperación en un instante. Vuelvo a ver su cara, y me pregunto cómo es posible encontrar a alguien y perderlo en el mismo momento".

"Me pierdo un momento en el calor y la oscuridad del abrazo, cierro los ojos ante la amenaza de las lágrimas, con la firme determinación de no dejar que nadie vea el miedo que siento. Después, el momento se desintegra mientras nos separamos, y vuelvo a parpadear bajo las franjas de luz del techo".

"Rose se echó a reír y siguió sentada encima de su mesa, con las piernas cruzadas, columpiando las botas de manera que chocaban con la parte metálica con un pum, pum, pum.
Pero el señor Smith era listo. No trató de controlarla como cualquier otro profesor. Se limitó a ignorarla, cosa que la desinfló lo suficiente para que los demás se tranquilizaran un poco. Recuerdo que eso me gustó, y que pensé: «¿Ves? Si pasas de la persona que te gusta, al final se acaba enamorando de ti»".

"—¿Qué vamos a hacer? —nos preguntó Leo, echándonos un vistazo—. ¿Qué nos sabemos todos? —Me miró a mí, y casi me cago encima—. ¿Qué te sabes tú?
Parecía creer que no sabía nada, y durante un momento, yo también".

"Madre mía, por una parte estaba deseando que se inventara una estrofa sobre mí, pero al mismo tiempo no. Cuando me miró, tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas para seguir tocando.
Aplaudamos todos a Red.
Está un poquito tarumba,
vagando como zombi 
recién salidode la tumba...

Bueno, no había dicho que fuera ninguna belleza, pero tampoco se había burlado de mi color de pelo ni de mi estatura, así que, por lo que a mí respectaba, era como una carta de amor".

"Nuestro silencio es agradable, mola que podamos venir aquí sin tener que decir nada, sabiendo que solo queremos estar juntos. 
Eso es lo que nos ha dado este año, una razón de ser que antes no teníamos. Nuestra razón de ser somos nosotros".

"Hay momentos en los que tengo la cabeza tan llena de oscuridad que es como una niebla que me impide ver y sentir cosas buenas. Todo me duele, de fuera hacia dentro. Pero solo yo sufro, y solo es ahora. Quizá algún día le tocará a otra persona. Alguien a quien no conozca o que no me importe; alguien que mire por la ventana esperando a que amanezca mientras yo lleno el cielo con mis sueños".

"Me despierto unas horas más tarde sin aliento, y esta vez sí que me acuerdo. El agua oscura, espesa y helada me llena la nariz y la boca, entra en mis pulmones, y hay algo, algo frío y cruel, que me empuja hacia abajo, hasta las profundidades submarinas, y sé que no volveré a ver la superficie nunca más".

"Cuando me convierto en subnormal es cuando hay chicas delante. 
¿Cómo se hacía eso de andar?
¿Qué podría decir que no fuese una estupidez? ¿Tengo gracia? ¿Doy pena? Esa es la clase de pensamientos que se suceden por mi cabeza cuando hay alguna que me gusta cerca, y tengo que recordarme hasta cómo se camina: «Ahí tienes los pies, idiota, uno va delante del otro»".

"Le sonrío, y en mi mente parezco uno de esos personajes de dibujos a los que les salen corazoncitos de los ojos.
—¿Qué? —Rose me mira con la cabeza ladeada cuando echamos a andar para entrar a clase—. ¿Qué pasa?
—Nada.
Me encanta su forma de vivir cada momento con los cinco sentidos, poniendo a prueba a todo el mundo, buscando pelea cada cinco minutos".

"Estamos acostumbrados a que nuestros amigos estén en línea el cincuenta por ciento del tiempo, tanto que a veces se nos olvida que hay un corazón que late al otro lado de la foto de perfil".

"Hablando de tatuajes, yo tengo tres, pero nadie lo sabe. Ni Rose, ni Leo, ni tan siquiera Nai.
Supongo que alguien los descubrirá en algún momento, con los gritos y el desagrado consiguientes, pero aún no ha sucedido. Es una de las ventajas de que tus padres pasen de ti.
Aunque soy demasiado joven para hacérmelos de forma legal, vi un tutorial de YouTube y me hice el primero sin ayuda de nadie, con tinta y una aguja caliente. 
Fue en la planta del pie, debajo del arco. Me dolió un huevo y es muy cutre.
Se supone que es el símbolo del infinito, pero se parece más a un ocho chungo. No sé por qué me lo hice, pero me apetecía y disfruté del dolor. Ya estaba sufriendo mucho ese día, como si todo mi cuerpo fuera una herida, por dentro y por fuera. Quería desviar mi atención del peso que me oprimía el pecho como una piedra".

"Una mañana me desperté preguntándome si mi situación era buena o justa. Mi cuerpo había sufrido una transformación enorme, y a nadie le importaba una mierda, pero si me hacía un pirsin o me cortaba el pelo, estallaba la tercera guerra mundial. Entonces me dije: «¡A tomar por culo!». Si había algo que debía controlar en mi vida, era mi aspecto".

"Puede que fuera por el nuevo corte de pelo, pero no me pidieron el carné ni me echaron. Un tío gigantesco con una barba blanca que le llegaba hasta la cintura me fue pasando un libro de diseños tras otro mientras se limitaba a esperar. Entonces vi un tiburón martillo hecho con motivos tribales, y le pregunté qué significaba.
—Es un símbolo de fortaleza, el protector, el guerrero —me explicó—. La clase de persona que haría lo que fuera por sus seres queridos.
—Ese es el que quiero —dije mientras me ponía como un tomate al darme cuenta de que solo había un lugar donde nadie me lo iba a ver—. En el trasero".

"Volver a casa de Naomi fue como retornar al hogar, aunque estuviese incompleto, porque sabía que ella no estaría allí".

"—Por mucho miedo que tuviera, no iba a permitir que me derrotasen —me dijo con una sonrisa—. Y mírame ahora. Lo estoy petando".

"Ese mismo viernes, invitó a Jackie a salir con él, y se casaron tres meses después.
—No había ningún motivo para esperar —nos repetía Jackie, una y otra vez—. Porque cuando lo sabes, lo sabes".

"En mi casa, todo era digno y respetable, tradicional, frío y triste. En casa de Nai, el amor era algo constante, como el agua del grifo. En la mía... había que fijarse mucho para verlo, y tener seis años para sentirlo, o por lo menos imaginar que existió".

"Cuando llegamos, miré la ventana apagada de su habitación, y fue entonces cuando sentí el peso de la realidad.
Esa chica destrozada y hecha polvo del hospital y mi amiga Naomi eran la misma persona, y ya no podía seguir ignorándolo".

"La comida empieza a escasear al fin, y poco a poco vamos dejando de hablar y de comer. Se hace el silencio en la mesa, y todas las cosas de las que no hemos hablado desde que volvimos del hospital se extienden sobre nosotros como sombras".

"Rose lo mira mientras él apura la botella casi hasta el fondo. 
Durante un instante temo que vaya a ponerse hecha un basilisco, pero no. La ira y la tristeza parecen ir borrándose de su cara, y se la ve distinta sin ellas. Casi fea, casi preciosa. No lo sé con seguridad, pero tampoco importa, porque soy incapaz de dejar de mirarla. Sigo contemplándola hasta que duele".

"Me arrodillo sobre la alfombra y abro el primer cajón. Aunque sé que la policía ya los ha revisado y habrá sacado todo y lo habrá vuelto a meter, sigo sintiéndome mal, como si estuviera fisgando. Si alguna persona, incluidos mis amigos, se pusiera a mirar entre mis cosas, sé con seguridad que se desatarían mis instintos más asesinos. Sería como si me abrieran la tapa de los sesos y leyeran todos mis pensamientos secretos. ¿Seguiría cayéndoles bien si lo supieran todo sobre mí, lo que pienso y lo que quiero? No lo tengo muy claro".

"—Tiene un montón de cosas —dice Leo mientras levanta un bote lleno de púas de guitarra de todos los colores, como un arcoíris de plástico.
Naomi se dedicaba a recogerlas en todos los conciertos a los que íbamos: se acercaba al escenario cuando acababan, esperaba a que todos se hubieran ido y se llevaba las hojas del repertorio, las púas y hasta las botellas de agua. Una vez le pregunté por qué lo hacía, ya que nunca pedía autógrafos ni vendía nada por eBay. Desde el momento en que lo recogía de la sala, no era más que basura.
—Aquí es donde está la vida —me dijo—, en las cosas que se quedan atrás.
—Nai, eso no tiene ningún sentido —le respondí.
—Pero mola como letra de canción, ¿verdad?".

"Naomi era la única persona a la que conocía que seguía escribiendo con boli y papel, siempre dejaba notas y apuntaba ideas en lo primero que pillaba, y las iba metiendo en una caja que tenía para leerlas después.
—¿Por qué eres tan analógica, tía? —le pregunté una vez.
—Porque hasta ahora nadie ha hackeado un trozo de papel —me dijo—. Por eso guardo mis secretos más oscuros aquí arriba —se señaló la frente—, o los escribo a mano, como en los viejos tiempos".

"De pronto lo veo muy claro: en algún lugar de este cuarto hay pedacitos suyos, breves pasajes y fragmentos de la chica que fue, sus huellas dactilares y su ADN, ocultos entre los bonitos bucles y espirales de su letra".

"Resulta difícil no animarse ante tanta vida y tantas posibilidades, como un enjambre de ideas".

"— (...) Oye, ¿qué te parece Maz Harrison? Es guapo, ¿no?
—¿El hermano mayor de Tina? —La miro—. Si tendrá veinticinco años.
—¿Y? —Rose me dedica su mirada de «¿Qué pasa?».
—Pues que tu madrastra te da asco por la diferencia de edad, pedazo de hipócrita —le recuerdo.
—Eso no tiene nada que ver. Pero vaya, que le gusto.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque me ha escrito por Facebook.
—¡Por Facebook! Eso demuestra lo viejo que es: usa Facebook".

"—Entonces es un capullo.
—Pero es que es muy mono. Y si conectas con alguien espiritualmente, románticamente, como un encuentro entre almas, ¿qué importa la edad?".

"Por eso, ninguno de los tres nos damos cuenta de que se ha acercado un coche patrulla hasta que salen de él dos policías, un hombre y una mujer.
—¿No tenéis nada mejor que hacer, chicos? —pregunta el hombre.
—¿Y a vosotros qué coño os importa? —dice Rose.
—Más le vale no hablar así, jovencita —la advierte él.
—¡A la mierda el patriarcado! —suelta ella.
—Venga, que viene con nosotros —dice él.
Y, entonces, Rose echa a correr. ¡Echa a correr!
Es lo más gracioso que he visto en mi vida, Rose corriendo y partiéndose de risa como una loca, mientras el poli la persigue y ella lo esquiva, cambiando de dirección y dando vueltas, y él se resbala y resopla detrás de ella, y la mujer, Leo y yo nos quedamos ahí con la boca abierta, intentando no reírnos, pero sin conseguirlo.
—Jamás olvidará esto —nos promete la mujer con una sonrisa—. Ya me encargaré yo de recordárselo.
Pero, entonces, Rose se resbala y cae de culo, y permanece ahí sentada riendo, hasta que él la ayuda a levantarse y la escolta hacia el coche, mientras ella alza el brazo en señal de victoria".

"Si no te escuchan, grita hasta que lo hagan".

"Recorro el rellano sin hacer ruido para verla, y tiene la carita tan dulce como el alma, y recuerdo cómo era tener siete años, ese momento de tu vida en el que aún no tienes ni idea de que a veces el mundo te odia sin ningún motivo".

"Seguimos hablando del repertorio, de qué canciones incluir y en qué orden, mientras ella continuaba desmaquillándose hasta que gastó todas las toallitas. 
Cuando llegó la hora de tocar, tenía la tez limpia y lisa, con la piel color café, fresca y radiante, las  mejillas un poco sonrosadas, los labios un poco más oscuros. Y sí, estaba preciosa. Durante un  momento, incluso me dio vergüenza estar junto a ella".

"Pero la vida está en tu sonrisa.
La noto cuando me tocas...
la noto cuando me besas...".

"Vivo cuando tú estás conmigo.
La vida tiene sentido
cuando estás a mi lado".

"Estamos esperando a Rose en la puerta del instituto cuando por fin hace su aparición, sale del
Audi de Amanda como si fuera una estrella de cine: abrigo de piel falsa de leopardo hasta el suelo, el pelo enmarañado, gafas de sol, labios de color rosa intenso.
Leo y yo nos quedamos mirándola, y sé que mi expresión es idéntica a la suya: boca abierta, ojos como platos, moviendo despacio la cabeza de un lado a otro en una combinación perfecta entre «¿pero qué coño es esto?» y «Dios, me encanta»".

"Cojo el lápiz y me acerco una silla. No es uno de sus colores habituales, sino un rosa suave y brillante, más parecido a su tono natural. Me inclino hacia delante, y nuestras caras casi se tocan mientras recorro la silueta de sus labios, las curvas de su boca en forma de corazón, la húmeda carnosidad de su labio inferior, que se ondula bajo la presión de la punta del lápiz. Mientras la pinto, sin despegar los ojos de su boca, siento una opresión en el pecho y un burbujeo que asciende desde los dedos de mis pies para ir subiendo cada vez más, y soy incapaz de pensar en otra cosa que no sea cómo sería besarla, piel con piel, y me invade un deseo tan acuciante que no puedo seguir a su lado ni un minuto más sin ponerme en evidencia".

"Entonces me lleva la mano a su mejilla, y en ese momento desearía combustionar y desaparecer con una nube de humo y ceniza. Habría sido perfecto. En su lugar, me quedo inmóvil como un saco de carne y terminaciones nerviosas".

"—No le dije nada a nadie porque no podía. Creía que si lo enterraba, acabaría desapareciendo.
Martin se fue al final de curso, igual que sus amigos. Por eso, cada día me ponía una pieza nueva de armadura encima, ¿sabes? Una capa tras otra, hasta que volví a sentirme segura. Eso fue lo que decidí: convertirme en esta persona, la que soy ahora. Pero la verdad es que... a veces tengo mucho miedo. Todo parece normal, incluso las cosas van de puta madre, como esta noche contigo, y de repente me asalta una sensación de... de terror. Entonces me dan ganas de ponerme a gritar y de salir corriendo para esconderme, pero no hay nada de lo que huir, ni ningún lugar donde esconderse. Todo lo que me da miedo está en mi cabeza. Y lo único que quiero es que desaparezca".

"La gente la considera una persona presumida y segura de sí misma, que quiere llamar la atención y estar en el centro de las miradas, que la vean y la escuchen.
Pero lo cierto es que Rose busca la luz porque le da miedo la oscuridad.
Quiere que la gente la mire porque le da miedo estar sola.
Quiere gustar porque a veces se odia a sí misma.
Y por eso no puedo enamorarme jamás de ella".

"—Pero ¿qué narices les pasa? —digo en cuanto sale de la sala de ensayo—. ¿Es que no se dan cuenta de que todo se va un poco más a la mierda cada vez nos separamos?
—Yo he venido. —Leckraj levanta la mano como si estuviera en clase.
—Ya, bueno, pues no te muevas. Voy a ver si los encuentro.
—¡Red! —me llama cuando me acerco a la puerta.
—¿Qué?
—¿Puedo comerme un dónut?".

"A veces hay que olvidar lo que otros esperan de ti, ser quien quieres ser y hacer lo que quieres hacer, porque el amor verdadero es algo demasiado extraordinario para perdérselo".

"—¿Estás bien, Red? —me pregunta.
Le recojo la mitad del pelo en un moño redondo y le coloco uno de los pasadores para mantenerlo.
—Claro que sí —le digo—. ¿Por qué lo preguntas?
—Porque tienes cara triste y de cansancio.
Entonces me detengo un momento y miro a mi hermana, con la mitad de su pelo rebelde formando una pelota a un lado de la cabeza, y la otra mitad surgiendo del otro lado como una bola de fuego.—Pues claro, pequeña. Soy adolescente, es mi trabajo. Cuando vuelva del instituto, te enseñaré a tener una crisis existencial".

"El tiempo parece ralentizarse y, entonces, se detiene. Solo soy capaz de ver el reflejo de las luces en sus profundos ojos azules, el vello de sus suaves mejillas, cómo se curva su labio superior al hablar, y la cicatriz que tiene en la comisura izquierda de la boca. Siento que todo lo que ha ocurrido en mi vida y en el universo, desde el inicio de los tiempos, estaba diseñado para culminar en este momento perfecto y precioso.
No necesito oír lo que me ha ocultado, porque lo sé. Ha ocurrido lo impensable: Rose siente algo por mí.
¡Ella también me quiere!
Mientras me acerco a Rose, todo parece un sueño; coloco la mano sobre su cintura y me inclino hacia ella y la beso con la seguridad de que el destino me guía. Sin embargo, en el preciso momento en que nuestros labios se rozan, veo que sus ojos se abren, sus hombros se tensan y noto cómo se echa hacia atrás; aun así, mis labios se juntan con los suyos, y durante una fracción de segundo, beso a la chica a la que amo, y vivo un momento de felicidad perfecta".

"Cuando terminamos de montar el equipo, la sala estaba vacía. No había luz, solo un par de bombillas en el techo que se bamboleaban. Daba igual, era nuestra puesta de largo. Y sonábamos de puta madre. La pista seguía desierta, pero no nos dimos ni cuenta. 
Solo nos fijábamos los unos en los otros. Nuestras miradas se cruzaban, golpeábamos el suelo con los pies, nos balanceábamos y movíamos los labios. Aunque nunca había tenido relaciones sexuales, me costaba creer que el sexo pudiera ser mejor que eso: cuatro personas tan conectadas que conocían el ritmo al que latía el corazón de los demás".

"Mi único error ha sido mostrar mis sentimientos.
He revelado mi amor, anhelo y deseo.
Y no tiene nada de malo. Ser quien eres no es malo".

"—A mí no me importa de dónde viene la gente, ni de qué color es su piel, ni cuánto dinero tiene, ni si les gustan los chicos o las chicas... Ninguna de esas mierdas.  ¿Por qué no podemos ser personas sin más?
—Porque la gente es gilipollas —afirma Leo—. Y dicen que el mundo es un lugar cada vez mejor y más justo, pero qué va. Y seguirá sin serlo bastante tiempo. 
Así que lo único que podemos hacer es cuidar de nosotros mismos, Red. Y no hay más".

"Solo queríamos bailar.
Ya se habían acabado las clases, hacía calor y éramos libres. No teníamos la obligación de hacer nada, ni de ir a ningún sitio. Podíamos ser nosotros mismos. Y nos sentíamos tan bien que queríamos salir, desmadrarnos y bailar".

"Yo no bebí, pero me sentía borracha, me reía a carcajadas, abrazaba a mis amigos y les decía lo mucho que los quería. Esa noche las declaraciones de amor salían de nuestros labios al final de cada frase".

"El local estaba lleno hasta la bandera, con gente de todo tipo, raza y orientación sexual. A nadie le importaba cómo eran los demás, solo la música, y nos sumergimos en el ritmo.
Piel con piel, caderas, culos, mi cuerpo, su cuerpo, los de ellas, todos moviéndonos como una feliz masa sudorosa. Mientras bailábamos, se hizo de noche; Rose fue la primera en aburrirse y nos arrastró a la calle. Yo podría haberme quedado hasta el amanecer, me encantaba perderme entre los cuerpos".

"—Es muy raro que este año el curso acabe en julio —comentó Nai—. No parece un final, sino un principio más bien.
—Mejor, porque no quiero que esto que tenemos acabe nunca —dijo Rose—. Somos lo mejor de este mundo.
—Exacto —añadí—. ¡Los cuatro, juntos siempre!
—Sí —aceptó Leo—. Escribirán sobre esto en la revista NME, es justo cuando estamos a punto de hacernos famosos. Nosotros nunca nos separaremos. Eso seguro.
El hecho de que Naomi no dijera nada, que simplemente se tumbara en la hierba con su vestido amarillo, mirando la luna y sonriendo de oreja a oreja, no parecía significar nada en absoluto. Era solo Nai.
Sin embargo, al día siguiente desapareció, y todo empezó a desmoronarse.
Solo ahora, cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de que se estaba despidiendo".

"Noto la presencia de algo que no debería estar ahí, pero no sabría decir qué; empieza a girar a la izquierda y a la derecha, hasta que no sé si estoy de pie o tumbada. Me da igual, no tengo miedo. 
Solo quiero cerrar los ojos y dejar que el mundo se mueva detrás de mis párpados hasta que pare de sentir".

"Enciendo la linterna de mi móvil para no pisar el vómito.
—Hostia, qué asco —dice Ash, que me está siguiendo—. Y pensar que quería besarte...
—¿Qué? —¿He oído bien o me lo he imaginado?
—¿Qué?
Me aguanta la mirada mientras yo intento averiguar qué ha dicho, cuando, de repente, se me enciende una bombilla.
—Ah, sí. Me acabo de acordar...".

"—Te echo de menos, papá —le confieso.
Y no me refiero solo a él, sino a la idea que me hice de él en mi cabeza antes de darme cuenta de que era una persona normal, como todas las demás.
—Yo también —dice él.
Nos quedamos así durante un par de minutos y, cuando nos separamos, siento que vuelvo a saber quién es, pero de una forma distinta, que puede llegar a gustarme".

"Todo parece haberse desmadrado, y me resulta casi
imposible imaginar que la vida pueda volver a la normalidad.
«Para. Abre los ojos y siente los latidos de tu corazón, nota el dolor de tu cara y recuerda que estás viva.»".

"Me derrumbo en la cama, sin la menor idea de qué hacer ahora. 
Fuera, el cielo se ha teñido de gris y reina un ambiente invernal. Un día entero sin nada que hacer excepto dormir parece una tortura".

"¿Cómo puedes seguir adelante después de enterarte de algo tan brutal y devastador?
¿Qué haces para sobrevivir los siguientes segundos? ¿Cómo consigues que el mundo siga teniendo sentido?".

"Me dijiste que siempre brillaría el sol,
me dijiste que siempre estarías conmigo.
Tú me convertiste en creyente
y después me encerraste.
Me encerraste".

"Me dices que debo sonreír, incluso cuando sangro.
Dices que quieres ver mis dientes,
que el dolor que me infliges es una señal de amor,
pero no hay amor en ninguna parte, solo dolor".

"Y es que lo normal es lo que tú decidas que lo sea".

"—Sí... Mira, voy a decirte algo, puede que te inquiete un poco, y solo quiero que sepas que si te pasa, que está bien, que estoy acostumbrada a esa reacción, y que no cambiará nuestra amistad de ningún modo, porque reprimiré mis emociones y fingiré que no existen, pero lo que... lo que quiero decirte es...
—Red.
Ash se levanta y se acerca a sentarse a mi lado.
—¿Sí?
Me preparo para lo peor.
—¿Sabes lo que deberías hacer? —me pregunta Ash con una leve sonrisa en los labios.
—¿Qué? —pregunto con un susurro.
—Deberías callarte y besarme de una vez".



Cara Delevingne

lunes, 24 de septiembre de 2018

Citas: Breve historia de mi vida - Stephen Hawking


"Nací el 8 de enero de 1942, exactamente trescientos años después de la muerte de Galileo. Calculo que aquel día nacieron unos doscientos mil niños más, no sé si alguno de ellos más adelante se interesó por la astronomía".

"Creo que esos juegos, así como los trenes, los barcos y los aviones, eran fruto de una necesidad de saber cómo funcionaban los sistemas y cómo controlarlos. Desde que empecé mi doctorado, esa inquietud quedaba cubierta con mis investigaciones en cosmología. Si entiendes cómo funciona el universo, en cierto modo lo controlas".

"Nunca me ha parecido que mi falta de relaciones sociales fuera un obstáculo, pero creo que la física funciona de manera un poco diferente que la medicina. En la física no importa a qué colegio fuiste o cuáles son tus contactos: importa lo que haces".

"La física siempre fue la asignatura más aburrida del colegio porque era muy fácil y obvia. La química era mucho más divertida porque no paraban de ocurrir cosas inesperadas, como explosiones.
Sin embargo, la física y la astronomía me ofrecían la esperanza de comprender de dónde veníamos y por qué estamos aquí".

"Cuando uno se enfrenta a la posibilidad de una muerte temprana se da cuenta de que la vida vale la pena y de que quieres hacer muchas cosas".

"Dado que no sabía lo que me iba a ocurrir ni a qué velocidad avanzaría la enfermedad, me sentía perdido. Los médicos me dijeron que regresara a Cambridge y continuara con la investigación que acababa de empezar sobre relatividad general y cosmología. Sin embargo, no avanzaba porque no tenía mucha formación matemática, y además era difícil concentrarse cuando tal vez no fuera a vivir lo suficiente para terminar el doctorado. Me sentía como una especie de personaje trágico".

"Sin embargo, por aquel entonces no dormía del todo bien. Antes de que me diagnosticaran la enfermedad me aburría mucho la vida, no me parecía que hubiera nada que valiera la pena hacer, pero poco después de salir del hospital soñé que me iban a ejecutar. 
De pronto me di cuenta de que había muchas cosas que valía la pena hacer si me indultaban".

"De hecho, aunque una nube se cernía sobre mi futuro, para mi sorpresa disfrutaba de la vida. Lo que de verdad fue definitivo fue que me prometí con una chica llamada Jane Wilde a la que conocí aproximadamente en el momento en que me diagnosticaron ELA (esclerosis lateral amiotrófica). Aquello me dio un motivo para vivir".

"Si nos íbamos a casar, necesitaba conseguir un trabajo, y para eso tenía que terminar mi doctorado. Así que empecé a trabajar por primera vez en mi vida. 
Para mi sorpresa, me gustó, aunque tal vez no sea justo llamarlo un trabajo. Alguien dijo una vez que a los científicos y las prostitutas les pagan por hacer lo que les gusta".

"Durante los últimos cuatro años había utilizado una silla de ruedas manual, así como un triciclo eléctrico azul que iba a la velocidad de una bicicleta y en el que a veces llevaba pasajeros ilegalmente".

"Para mis colegas soy solo otro físico, pero para el público general probablemente me haya convertido en el científico más conocido del mundo. En parte se debe a que los científicos, Einstein al margen, no son estrellas del rock famosas, y en parte porque encajo en el estereotipo de genio discapacitado. No puedo disfrazarme con una peluca y gafas de sol: la silla de ruedas me delata".




Stephen Hawking

jueves, 20 de septiembre de 2018

Citas: Fragmentos del cuadernillos de notas desaparecido - Benjamín Constant



"Charlotte me propone separarse de él si yo me caso con ella".

"La llegada de Charlotte a París, en 1806. Voy a verla; escenas, confesión, grandes querellas".

"Pierdo la cabeza entre Charlotte y madame de Staël".

"Una atmósfera muy distintas. Se acabaron la lucha".

"Madame Récamier se empeña en que yo me enamore de ella. Tenía yo entonces cuarenta y siete años. Su manera de comportarse en aquella velada: ¡Atrévase!, me dice.
Salgo de allí locamente enamorado".

"Es inaudito que, con tanto sufrimiento interior, haya podido yo escribir una sola palabra con sentido común".



Benjamín Constant



domingo, 16 de septiembre de 2018

Citas: Liberty bar - Georges Simenon

"A decir verdad, Maigret, una vez más, tenía que esforzarse por tomarse su papel en serio. La vieja, a pesar del maquillaje, era horrible".

"—¿Oiga? Aquí el inspector Boutigues, ¿Quiere que vaya a recogerle a su hotel?
(...)
—¿Para qué?
—¿No quiere ver el cadáver?
—Sí... No".

"Encontró a un gendarme en un cruce.
—Un médico. En el Liberty Bar. Aprisa.
—¿No es ese cafetucho que...?
—¡Sí, es "ese cafetucho que"! —aulló Maigret con impaciencia—. ¡Pero dese prisa, imbécil!".

"—¿Qué historia era ésa?
—Una historia de amor.
(...)
—¿Y qué ha sido de ellas?
—A la vieja le quedan tres o cuatros meses de vida; depende de lo que beba.
—¿De lo que beba?
—Sí, pues también es una historia de alcohol". 





Georges Simenon

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Citas: Libre - Patrick Ness


"En el momento en que entraba en el vivero, le sonó el teléfono.
—Hoy todo el mundo se ha levantado temprano —contestó mientras aparcaba.
—¿Cuántas veces tengo que decirte que yo no soy todo el mundo? —refunfuñó Angela.
—Todo el mundo es todo el mundo. Si se dice así, es por algo.
—Si se dice así, es porque ellos se pasan el tiempo haciendo cosas  estúpidas mientras nosotros (que no somos todo el mundo) nos reímos de ellos y así nos sentimos superiores".

"—¿Por qué estás levantada?
—Las gallinas. Por qué va a ser.
—Claro. Las gallinas son la causa de todo; cualquier día mandarán ellas".

"Aplicó el pulpejo del pulgar derecho a una de las espinas de la rosa (este, junto con «corona de», era uno de los dos pretendidos chistes que la gente hacía a expensas de su apellido, sin provocar más risas que las del propio chistoso) y apretó despacio, pero con firmeza. La espina le atravesó la piel y, en la prontitud de la gota de sangre que brotaba, Adam vio… … todo un mundo, fugaz como un jadeo, de árboles y verdor, de agua y montes, de una figura que lo seguía en la oscuridad, de errores cometidos, de pérdida, de pesar…".

"—La muerte no es el fin —dice en voz alta".

"Durante cuarenta y cinco minutos o una hora, incluso una hora y media, el mundo era suyo y él, el único habitante. Bienaventurada, maravillosa, casi sagrada soledad".

"—¿Te encuentras bien, muchacho? —El viejo que se había fabricado su propia bici lo había alcanzado.
Adam se quitó un auricular.
—Mal de amores, nada más.
—¿Me permites un consejo? —El hombre no se detuvo, siguió pedaleando despacio—. Whisky. A litros".

"—¿De veras me amas? —le había preguntado Enzo, un momento antes de besarse, con una sonrisa medio incrédula, medio intrigada, en aquel rostro suyo tan hermoso.
¿Y por qué no? Era muchísimo más fácil ser objeto de amor que tener que llevar a cabo la complicada tarea de amar".

"Es ella quien da un paso hacia él, tomando la mano que el hombre le ofrece y estrechándola con las suyas. Él boquea, asombrado por el contacto físico. Ahora ella puede olerle: un toque de piel sin lavar, pobreza, extrema soledad".

"Cuando eras tan guapo, todo el mundo suponía que podías comerte el mundo, tanto es así que nadie se molestaba realmente en enseñarte cómo hacer las cosas. De todas las maldiciones, la belleza física era sin duda la mejor que podía tocarte; pero no dejaba de ser una maldición".

"—Sería más sencillo si subieras a la camioneta.
—Marty…
—Voy a ser padre.
Adam pestañeó. Lo mismo hicieron el caballo y la cabra que siempre lo acompañaba. Era una frase tan incongruente que Adam la malinterpretó.
—¿Te conviertes al catolicismo?
Marty casi se sobresaltó; luego hizo un gesto de impaciencia.
—No me refiero a esa clase de padre —dijo".

"—Se llama Felice —dijo, sonriendo para sí—. Quiere decir «feliz».
—Ah —repuso Adam con cara de póquer—, entonces se acabaron los problemas. ¿De qué signo es?".

"—¿Y qué quieres de mí? —le preguntó Adam—, ¿que te dé la enhorabuena? Pues ya la tienes. Aunque solo haya visto una foto de ella y me haya enterado de su existencia hace unos treinta segundos, me alegro por vosotros".

"Tal vez el amor lo volvía a uno imbécil. 
O la soledad".

"—Entras aquí —dijo su jefe, pasando por alto la pregunta—, luciendo ese culito carnoso que tienes, meneándolo delante de mis narices como una cerda en celo, incitándome a que te meta mano…
—¿Estás quedándote conmigo…?
—¡Y encima esto! —Le pasó algo raro en la voz, y Adam tardó un momento en darse cuenta de que Wade intentaba reírse—. Has malinterpretado adrede una conversación de trabajo para hacer que  parezca… —Se enjugó con un dedo el sudor del bigote— qué sé yo.
Como si estuviera tirándote los tejos, o algo.
—Wade, te veo la erección.
—¡No seas guarro! —La mano de Wade voló a su entrepierna—. Y ahora intentarás colarme que unas cuantas bromas, que ha habido siempre entre nosotros, te inducen de alguna manera a pensar que yo…
—Como me reduzcas las horas de trabajo, hablo con recursos humanos.
La cara de Wade se endureció de pronto, fue como si una cámara se hubiera acercado a un nido de avispas.
—Demasiado tarde, vaquero. Estás despedido".

"—Yo creo que habríamos ligado y nos habríamos casado y habríamos engendrado hijos de estatura media. Para divorciarnos un tiempo después al darte tú cuenta de que eras gay.
—¿Yo siempre soy gay?
—En todos los universos posibles.
—Vale, lo pillo. ¿Y tú siempre eres bajita?
—Salvo en los universos en los que soy Beyoncé.
—Bueno, en ciertos universos, todos somos Beyoncé".

"—(...)Nunca pierdas la oportunidad de besar a alguien. No hay cosa de la que uno se arrepienta más".

"—Nada tan grave como para no enamorarme de ti —dijo Linus.
Adam se pasó la lengua por los labios para sentir el ligero sabor a café que Linus le dejaba siempre.
—Yo también te quiero —dijo".

"—Linus…
—Ah, y tampoco elegimos las personas a las que queremos. No es culpa nuestra si se comportan como capullos integrales".

"—¿Cómo lo haces?
—¿El qué?
—Concentrarte en dos cosas a la vez.
Linus se inclinó torpemente para besarle en los labios.
—Solo estoy concentrado en una, Adam".

"—Te quiero —dijo Adam. Se lo dijo a Linus.
Linus le guiñó el ojo con gesto travieso.
—Decirlo en pleno acto sexual no cuenta. —Pero entonces reparó en las lágrimas en los ojos de Adam y, con dulzura, se las enjugó—. ¿Adam?
—No me dejes sin haberme amado —repuso Adam y, abrumado de vergüenza, lloró un poco más".

"Su padre le miró ahora a los ojos.
—¿Sabes lo mucho que rezamos por ti, Adam?, ¿por tu curación?
—Yo no necesito curarme.
—Todos lo necesitamos.
—No necesito esa clase de curación. Ni yo ni nadie. En serio, papá,
¿sabes en qué año vivimos?
—Que los tiempos estén desquiciados no significa que yo tenga que seguir la corriente".

"—No te muevas, por favor.
Angela le pellizcó un brazo. Con suavidad.
—Ni siquiera con todo el océano de por medio y en otro continente.
—Ni siquiera —concedió él.
—Ni siquiera hasta el fin del mundo".

"—Deseo quererte —añadió—. Si me dejas".

"—Aquí abandoné el lago —dice.
—Lo sé, mi reina.
—Aquí es donde empiezo a morir.
—Solo una parte de ti".




Patrick Ness

martes, 4 de septiembre de 2018

Citas: Los años de peregrinación del chico sin color - Haruki Murakami


"Desde el mes de julio del segundo curso de carrera hasta enero del año siguiente, Tsukuru Tazaki vivió pensando en morir".

"Ahora, Tsukuru Tazaki se decía a menudo que tal vez hubiera sido mejor haber muerto entonces. Así, este mundo habría dejado de existir. La idea le seducía: este mundo no existiría y lo que él tenía por realidad ya no sería real. Del mismo modo que para este mundo él ya no existiría, el mundo tampoco existiría para él".

"Durante meses vivió como un sonámbulo, como un cadáver que todavía no se ha percatado de que está muerto".

"Cuando no pensaba en la muerte, no pensaba absolutamente en nada".

"—Lo importante es la voluntad de ganar —solía decir—. En la vida no se puede ganar siempre. Unas veces se gana y otras se pierde".

"—Los objetivos concretos simplifican la vida —sentenció Sara".

"—Y no te deprime estar solo.
Como aún era temprano, en el local no había más clientes aparte de ellos. De fondo sonaba un trío de jazz con piano.
—No, creo que no —dijo Tsukuru tras titubear un poco.
—Pero ya no tienes a donde regresar, ¿no? Ese lugar armonioso y sin perturbaciones…
Tsukuru se quedó pensativo, aunque no había nada en lo que pensar.
—Ya no —respondió en tono tranquilo.
Durante las vacaciones de verano del segundo curso, supo que ese lugar había desaparecido".

"—Aun así, no lo entiendo —dijo Sara—. Esa herida todavía permanece en tu cabeza, en tu corazón, o probablemente en ambos. Y sin embargo durante estos quince o dieciséis años no has intentado averiguar qué ocurrió.
—Mira. No es que no quiera saber la verdad. Lo que pasa es que, a estas alturas, siento que es mejor olvidarlo. Ya forma parte del pasado, está como sumergido en una zona muy honda de mí mismo.
Durante un instante Sara cerró sus finos labios y luego sentenció:
—Eso es peligroso.
—¿Peligroso? —dijo Tsukuru—. ¿Qué quieres decir?
—Aunque logres ocultar los recuerdos, o enterrarlos muy hondo, no puedes borrar la Historia —dijo Sara alzando la mirada hacia Tsukuru—. Más vale que te quede grabado: la Historia no puede borrarse ni alterarse. Porque significaría matarte a ti mismo".

"Dieciséis años después, todavía, de vez en cuando, experimentaba de repente esa sensación: se separaba de sí mismo. Contemplaba su propio sufrimiento convertido en otro".

"«Parece que estoy al borde de la muerte, pero no puedo hacer nada», se dijo mientras se contemplaba. «Porque realmente, en cierto sentido, lo estoy. Porque he vivido aferrándome trabajosamente a este mundo, y ahora, a la menor ráfaga de viento, igual que una muda de insecto que cuelga de la rama de un árbol, podría salir volando y perderme para siempre»".

"Los celos —por lo que Tsukuru coligió de su sueño— son la prisión más desesperanzadora del mundo. Porque es una prisión en la que el preso se confina a sí mismo. Nadie lo mete a la fuerza. Uno entra por voluntad propia, cierra con llave desde dentro y lanza la llave por entre los barrotes. Y nadie en el mundo sabe que está ahí recluido. Naturalmente, si se decidiera a salir, podría hacerlo. Porque la prisión está en su interior. Pero no se decide. Su corazón se ha vuelto duro como un muro de piedra. Ésa es la esencia de los celos".

"—En el mundo hay gente que compone cuartetos para cuerda y gente que cultiva lechugas y tomates. Hará falta también alguien que construya estaciones, ¿no? Y, en mi caso, tampoco es que «me muera de ganas» de construirlas. Simplemente es un tema muy específico que me interesa.
—Perdona que te lo diga, pero encontrar un tema de interés específico en la vida ya me parece suficiente logro".

"—¿En qué te quieres especializar tú?
El estudiante permaneció un rato callado, pensativo.
—No lo sé —contestó al fin—. Al contrario que tú, yo no tengo muy claro lo que quiero hacer. Sólo sé que, haga lo que haga, me gustaría poder reflexionar profundamente sobre las cosas. Seguir pensando de forma pura, con toda libertad. Sólo eso. Aunque, en el fondo, reflexionar de forma pura quizá sea como crear un vacío.
—Supongo que en este mundo también hacen falta personas que creen vacíos".

"En cualquier caso, así fue como se convirtió en esa persona llamada Tsukuru Tazaki. Antes de eso, no era nada; simplemente un caos primigenio sin nombre. Un pedazo de carne rosada que no alcanzaba los tres kilos, que a duras penas respiraba y que berreaba en la oscuridad. Primero le dieron un nombre. Después surgió la conciencia y la memoria, y a continuación se formó el ego. El nombre fue el punto de partida de todo".

"La tristeza, sin razón aparente, que la contemplación de un paisaje bucólico despierta en el alma. Nostalgia, melancolía".

"—Es una pena que estés estudiando física. Deberías abrir un restaurante —le decía Tsukuru, medio en broma.
Haida se reía.
—No sería mala idea. Pero no me gusta estar atado a un lugar. Prefiero vivir con total libertad para ir a donde quiera cuando quiera y pensar todo cuanto quiera.
—Eso no es fácil.
—No, no lo es. Pero al menos tengo las ideas claras. No quiero ataduras. Me gusta cocinar, pero no quiero encerrarme en una cocina como un profesional. Si lo hiciera, al cabo de poco tiempo empezaría a odiar a alguien.
—¿A alguien?
—«El cocinero odia al camarero y ambos odian al cliente» —dijo Haida—. Es de la obra de teatro La cocina, de Arnold Wesker. Si te arrebatan la libertad, acabas forzosamente odiando a alguien, ¿no crees? Yo no quiero llevar esa vida.
—Porque lo que deseas es poder pensar con toda libertad, ¿no?
—Exacto.
—Pero pensar libremente no me parece nada sencillo.
—A fin de cuentas, pensar libremente significa también distanciarse del cuerpo.
Salir de esa jaula que te limita. Romper las cadenas y simplemente darle alas a la mente. Proporcionarle a las ideas una vida natural: ahí es donde radica el núcleo de la libertad de pensamiento".

"—Todo tiene su molde. El pensamiento también. Pero así como no hay que temer a los moldes, tampoco hay que tener miedo de romperlos. Eso es lo esencial para poder ser libres: sentir respeto y aversión hacia los moldes. Las cosas importantes en esta vida siempre contienen cierta dualidad. Eso es todo lo que puedo decir".

"—Es evidente que su música tiene el poder de conmover a la gente. Me he dado cuenta, aunque apenas sé nada sobre jazz.
Midorikawa meneó la cabeza, turbado.
—Sí, en ocasiones el talento es divertido. Es vistoso, llama la atención. Y si tienes suerte, incluso ganas dinero con él. También atrae a las mujeres. En fin, supongo que es mejor tenerlo que carecer de él. Pero el talento, querido Haida, sólo puede desplegarse cuando uno está concentrado. Y si algo no funciona bien en tu mente o en tu cuerpo, si, pongamos por caso, se te afloja algún tornillo o se te estropea alguna conexión —dijo con una sonrisa—, entonces la concentración, y por lo tanto el talento, se esfuma como el rocío en la madrugada".

"—Así que quiere morirse ya…
—Sí. Con franqueza, te diré que vivir es un fastidio. No me importa lo más mínimo morir. Me faltan energías para ponerme a buscar el modo de quitarme la vida, pero si la muerte me llega calladamente, entonces no me importa".

"Entonces Midorikawa se dirigió a él en tono sosegado:
—Supongo que pronto regresarás a tu vida de universitario en Tokio. Te reintegrarás a la vida real. Aprovéchala al máximo. Por muy superficial y monótona que sea la vida que te espera, merece la pena vivirla. Te lo aseguro. Olvídate de mis ironías y paradojas. Simplemente, a mí, eso que merece tanto la pena me resultó una carga. No fui capaz de soportarla. Quizá no nací para ello. Por eso espero en silencio a que llegue la hora, refugiado en un lugar tranquilo y oscuro, igual que un gato moribundo. Con todo, no me quejo. Pero tú, no. Tú debes sobrellevarla. Utiliza el hilo de la lógica para coser a tu cuerpo, lo mejor que puedas, aquello que merece la pena vivir".

"Pero sólo pensar en que volvería a verla le puso de buen humor. Una vez más, constató hasta qué punto, en el fondo de su corazón, aquella mujer se había vuelto imprescindible para él. Cuando pasaba un tiempo sin verla, tenía la impresión de que le faltaba algo, algo muy importante, y sentía una ligera punzada en el pecho. Hacía una eternidad que no experimentaba algo así".

"—Por eso sólo te relacionabas con chicas con las que podías evitar abrir tu corazón por completo.
—Tal vez tenía miedo de que, si acabase amando y necesitando en serio a alguien, al final esa persona podría desaparecer y dejarme solo".

"Tsukuru no podía quitarse esos pensamientos de la cabeza. «Tal vez mi destino sea estar solo. La gente se acerca a mí y al poco tiempo se marcha.» Parecía que buscaran algo dentro de él e, incapaces de encontrarlo, o desencantados con lo que veían, se dieran por vencidos, y desilusionados, incluso enfadados, fueran alejándose.
Hasta que, un buen día, se esfumaban. Sin dar explicaciones, sin despedirse. Como si con un hacha afilada cortasen de cuajo los vínculos que todavía hacían palpitar calladamente aquellas venas de sangre caliente".

"De los cuatro, una ya no existía. Se había convertido en un puñado de ceniza blanca. Sus pensamientos, su manera de ver las cosas, su sensibilidad, sus sueños y ambiciones… Todo eso había desaparecido.
Sin dejar rastro. Sólo quedaba lo que él recordaba de ella. Su cabello negro, largo y liso; sus bonitos dedos posados sobre el teclado; sus pantorrillas blancas, esbeltas, suaves como la cerámica, y elocuentes, aunque pudiera padecer extraño; la música que solía tocar: Le mal du pays, de Franz Liszt. Su pubis húmedo y sus pezones endurecidos… ¡No! Eso no era un recuerdo. Eso…, bueno, sobre eso prefería no pensar".

"—(...)No se pueden devolver los productos una vez que has roto el precinto. No queda más remedio que seguir adelante".

"—Todos tenemos la libertad en nuestras manos —dijo Aka. Y sonrió guiñándole un ojo—. Ésa es la moraleja".

"«Tómate tu tiempo… Yo te esperaré», le había dicho Sara.
Pero no era tan fácil. La gente se mueve, cada día cambia. Nadie sabe qué va a ocurrir".

"—¿Es usted ingeniero?
—Sí.
—No habrá venido a Finlandia a construir una estación, ¿no?
—No, he venido de vacaciones, a visitar a unos amigos.
—Muy bien —dijo el taxista—. Las vacaciones y los amigos son las dos mejores cosas de esta vida".

"—Suena complicado.
—Sí, me parece que es demasiado complicado para explicártelo en mi inglés.
Olga se rió.
—En la vida siempre hay cosas demasiado complicadas para explicarlas en cualquier idioma".

"—Todos tenemos cosas que nos preocupan —dijo Eri poco después—. Cada una está vinculada a otras. Cuando pretendemos arreglar una cosa, detrás surgen otras. A nadie le resulta fácil librarse de ellas. Tampoco a ti ni a mí".

"En ese momento, por fin lo captó. En lo más profundo de sí mismo, Tsukuru Tazaki lo comprendió: los corazones humanos no se unen sólo mediante la armonía.
Se unen, más bien, herida con herida. Dolor con dolor. Fragilidad con fragilidad. No existe silencio sin un grito desgarrador, no existe perdón sin que se derrame sangre, no existe aceptación sin pasar por un intenso sentimiento de pérdida. Ésos son los cimientos de la verdadera armonía".

"«La vida es como una compleja partitura», pensó Tsukuru. «Está llena de semicorcheas, fusas, signos raros, anotaciones indescifrables. Leerla correctamente es una tarea ardua y, aunque uno lo consiga, no siempre la interpreta de la manera correcta ni la valora en su justa medida. No siempre hace felices a las personas. ¿Por qué vivimos de una manera tan enrevesada?»".

"—Siento llamarte a estas horas —dijo Tsukuru—, pero tenía que hablar contigo.
—¿Y qué hora es?
—Casi las cuatro de la madrugada.
—Vaya, ni siquiera he mirado la hora —dijo Sara. A juzgar por la voz, parecía que todavía no se había despertado del todo—. ¿Qué pasa? ¿Se ha muerto alguien?
—No, nadie se ha muerto —dijo Tsukuru—. No se va a morir nadie. Pero hay algo que tengo que decirte esta noche, sea como sea.
—¿De qué se trata?
—Me gustas de verdad, te deseo con toda mi alma".

"Tenía la impresión de que si concentraba su mente y todos sus sentidos en un punto, sin duda acabaría infligiendo una herida fatal a su corazón, como cuando, con una lente, se concentra la luz del sol en un papel para que éste arda. Era lo que él deseaba, y con toda su alma. Pero pasaron los meses y, al contrario de lo que esperaba, el corazón no se le paró. Porque un corazón no se detiene tan fácilmente".

"«No todo desaparece con el paso del tiempo.»".




Haruki Murakami