martes, 6 de octubre de 2020

Citas: La venganza de la bruja - Christopher Pike

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 "—No podemos ir a la playa porque hay tiburones —les recordó Sally, mientras iniciaba la lista de posibilidades para aquel miércoles soleado y agradable—. No podemos ir al faro porque prácticamente lo hemos quemado hasta los cimientos. Al pantano tampoco porque también lo incendiamos".

"—Creía que no te gustaba Ekwee 12 —dijo Cindy, dirigiéndose a Sally—. Lo llamabas Cabezón.
—Le llamaba así porque tenía una cabeza muy grande  replicó Sally—. Pero eso no significa que no me gustara. A ti también te llamo muchas cosas y sin embargo me caes bien… al menos la mayor parte del tiempo.
—No sabes lo tranquila que me dejas… —repuso Cindy con idéntica ironía en el tono de su voz".

"—Dudo mucho que la señorita Ann Templeton sea una mujer tan malvada.
Sally lanzó un bufido burlón.
—Escúchame bien, Adam. Sólo porque es guapa y te dedicó una de sus espléndidas sonrisas no estarás dispuesto a olvidar todos estos años de asesinatos y genocidio.
—¿Qué significa genocidio? —le preguntó Adam a Watch.
—Comportarse de un modo despreciable con mucha gente —le explicó Watch".

"—Pues te diré algo, Sally. Yo jamás he visto a Ann Templeton hacer daño a alguien —dijo Watch.
—Claro que no —repuso Sally, agresiva—, porque estás medio ciego. En realidad tampoco has visto nunca salir el sol".

"—Sin embargo, ni siquiera tú has sido tan tonto de aceptar su propuesta —dijo Sally—. Lo que prueba una vez más mi punto de vista. Ann Templeton es capaz de arrancarte el corazón sin dejar de sonreírte".

"—Yo creo que nos está dando la bienvenida —razonó Adam, avanzando hasta situarse sobre el puente levadizo—. Y en mi opinión sería una grosería no mostrar aprecio.
—Es mejor ser groseros que estar muertos —sentenció Sally, insistiendo una vez más en la opinión que le merecía aquella aventura".

"No había timbre, sólo un picaporte enorme en forma de calavera que a Sally no le gustó en absoluto.
—Y ahora, ¿podéis decirme cuándo habéis visto una calavera en el castillo de una bruja buena?  inquirió Sally.
—Es sólo un objeto decorativo —replicó Adam, poniéndose de puntillas para poder llegar al llamador con la mano".

"—Estamos en el castillo de la bruja —replicó Sally como si estuviera hablando con una niña pequeña—. No en un centro comercial. La bruja es capaz de hacer magia, pero magia negra. Propongo que salgamos de aquí enseguida.
—Ya lo has dicho antes —murmuró Adam.
—Un buen consejo nunca es suficientemente repetido —sentenció Sally con el ceño fruncido".

"Sally asintió con resignación y dio un paso hacia atrás.
—Muy bien. Cada uno hace con su vida lo que quiere —dijo con tono sombrío".

"Adam asintió mientras estudiaba con atención su propio cuerpo. Tenía la certeza de que el suelo se hallaba más lejos. Sin duda estaba creciendo.
—Yo también estoy cambiando muy deprisa —dijo—. Por lo menos tengo ya trece años.
Sally, que había disminuido unos dos centímetros le dedicó una exclamación sarcástica.
—¡Oh, un hombre mayor! ¡Qué emoción!".

"—Pues yo no veo motivo para alarmarme —intervino Cindy—. Estoy encantada con mi collar mágico…Ojalá tuviera un espejo. ¿Realmente estoy tan bella como yo me siento?
—Estás muy guapa —contestó Adam con toda sinceridad.
Sally miró de soslayo a su amiga.
—No sé si estás más guapa o no, Cindy. Pero lo que sí es cierto es que estás comenzando a brillar. Quiero decir que brillas de verdad, como una bombilla eléctrica.
En efecto.
Cindy se había apartado unos cuantos pasos del fuego que ardía en la chimenea y al adentrarse más y más en las penumbras de la habitación, su cuerpo pareció proyectar su propia sombra.
Su piel emitía un débil resplandor, como si estuviera cargada de radioactividad. No obstante, aquel efecto no perturbó a Cindy lo más mínimo.
Todo lo contrario, daba la impresión de estar fascinada.
—Me convertiré en estrella de cine —dijo Cindy—. ¡No sólo mis ojos despiden luz, sino todo mi cuerpo!
—Oh, Cindy, por favor… —exclamó Sally ligeramente crispada—.
¿Debo recordarte que ésta es una cuestión de vida o muerte? Estamos rodeados por muros hechos de piedra sólida, no tenemos nada que comer y ni una gota de agua".

"—Tú eres la última que debería preocuparse por esa posibilidad, Sally —repuso Watch—. Ahora eres inmortal.
Sally frunció el ceño.
—No estoy muy segura de ser inmortal. Sólo me siento… —comenzó a decir y, de pronto, interrumpió la frase y permaneció en silencio vanos segundos—. ¿Me lo parece a mí o mi voz se ha vuelto más aguda?
—Sí —replicó Cindy—. Y diría que también te has vuelto más baja.
—No es que seas más baja exactamente, Sally —intervino Adam—. Es que te estás rejuveneciendo.
Sally se quedó atónita.
—Chicos… ¿estáis diciéndome que vosotros sois cada vez más fuertes, más maduros, más guapos… y yo, en cambio, me estoy convirtiendo en un bebé?".

"—Tengo miedo —gimió Cindy mientras comenzaba a atravesar la reja que se abría sobre el oscuro vacío.
Una vez más, Adam percibió aquel roce metálico.
—¿Qué ocurrirá si se rompe? —preguntó Cindy.
—Lo más probable es que caigas al vacío chillando hasta que llegues al suelo y el golpe te mate —dijo Sally con su tono de voz más gentil.
—No vas a morir —sentenció Adam, con voz firme y alentadora—. Eres una hermosa princesa, ¿recuerdas? Y en los cuentos de hadas las princesas hermosas nunca mueren".

"Había llegado el turno de Sally. También ella estaba muerta de miedo al iniciar el lento avance a gatas.
—De ahí abajo llega un olor a muerte —dijo Sally con un hilo de voz, sin detenerse.
—Vamos, procura no mirar hacia abajo —le aconsejó Adam.
—Díselo a mi nariz —replicó Sally".

"No había nada más que pudieran hacer. Cindy no cesaba de sollozar, pero Watch retenía las lágrimas en lo más profundo de su ser, en el mismo lugar donde ocultaba la mayoría de sus emociones".

"—Hay una frase que mi madre repite a menudo —intervino Mireen—. Y que siempre ha sido una de mis favoritas. Dice que las cosas que más ambicionamos son las que más pronto nos destruyen".







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