"El empleado la miró un tanto desconcertado. Parecía enloquecida. No esperó ni por el cambio. Echó a correr y subió al tren.
El destino subía con ella...".
"—¿Por qué me miras así? —preguntó ella.
La respuesta de Lew fue desconcertante.
—¿No podemos... tutearnos?
—Pues...".
"—¿Nunca has amado?
La pregunta, inesperada sin duda, la desconcertó un poco. Se hallaban en un moderno restaurante, dando fin a la cena.
—No.
—Yo, sí —sonrió Lew, satisfecho—. Miles de veces.
—No has amado a ninguna.
—¿No? ¿Por qué lo aseguras? Amo todos los días y siempre que hallo una mujer dispuesta a corresponderme.
—Sin felicidad".
"—Una mujer y su amor puede hacer consciente al más inconsciente".
"—Supone —ríe ella de súbito— que te enamoraras de mí.
—Te lo diré.
—Y si tú no te enamoras y me enamoro yo...
—Sería delicioso.
—Peligroso para mí.
—Maravilloso para los dos".
Corín Tellado
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