"A final de junio, Queensberry se presentó en la casa de Wilde, en Tite Street, llevando con él a un boxeador profesional, y aunque no acusó directamente a Wilde de haber mantenido una conducta indecorosa con su hijo, le dijo: «Lo parece y se comporta como si lo fuera, que es igual de malo», y juró que le daría una paliza si volvía a encontrarlo en un restaurante público con su hijo. La famosa respuesta de Wilde a su amenaza no delataba el menor miedo: «No sé cuáles son las reglas de Queensberry —dijo—, pero la regla de Oscar Wilde es disparar sin preguntar»".
"La torre de marfil parece asaltada por la abyección. Mi vida se derrama sobre la arena".
"—¿El champán helado era una de bebidas favoritas?
—Sí, totalmente en contra de las órdenes de mi médico.
—¡No me interesan las órdenes de su médico!
—A mí sí. Está más sabroso cuando se desobedecen las órdenes del médico".
"Y a Robbie Ross: «Haber alterado mi vida habría supuesto admitir que el amor uraniano [es decir, homosexual] es innoble. Yo sostengo que es noble, más noble que otras formas»".
"Wilde proyectó un arco iris de colores prohibidos sobre la época gris del poder industrial y la construcción del imperio; llevó hasta el límite de lo tolerable sus ideas subversivas y su comportamiento subversivo… y entonces fue aún un poco más allá, aunque eso ya no lo toleraron".
Merlin Holland
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