martes, 20 de agosto de 2019

Citas: La chica del cumpleaños - Haruki Murakami


"La mejor manera de pasar el vigésimo cumpleaños no es sirviendo gnocchi de calabaza y fritto misto di mare entre los berridos del cocinero. Pero el resfriado de la compañera con quien debería haber intercambiado el  turno empeoró y la compañera tuvo que meterse en cama. Con casi cuarenta grados de fiebre y una diarrea imparable, de ninguna manera podía ir a trabajar".

"En su corazón, algo se había endurecido como una piedra y había muerto".

"Dos camareros fijos trabajaban seis días a la semana. Ella y otra estudiante trabajaban a tiempo parcial, por turno, tres días a la semana cada una. Además, había un encargado. Y una mujer delgada de mediana edad que se sentaba tras la caja registradora. Se decía que la mujer llevaba en el mismo sitio desde la inauguración del local. Apenas se levantaba de su asiento, como la patética abuela de La pequeña Dorrit de Dickens. Cobraba y contestaba el teléfono. No tenía otra función. No abría la boca si no era estrictamente necesario. Siempre vestía de negro. Su apariencia era dura, fría, y, de estar flotando en el mar de noche, el barco que hubiese chocado con ella seguro que se habría hundido".

"—Aquí tiene su cena —dijo ella con voz ronca. Y volvió a carraspear ligeramente. El nerviosismo siempre le enronquecía la voz.
—¿La cena?
—Sí. El señor encargado se ha sentido indispuesto de repente y le traigo yo la cena en su lugar.
—¡Ah, claro! —dijo el anciano, como si hablara para sí, con una mano apoyada en el pomo de la puerta—. Ya veo. ¿Así que se encuentra mal?
—Sí. Ha empezado a dolerle el estómago de repente —le contó ella—. Y ha ido al hospital. Dice que posiblemente se trate de apendicitis.
—¡Vaya! —exclamó el anciano—. ¡Lo siento!
Ella carraspeó.
—¿Desea el señor que le entre la cena?
—¡Ah, claro! —dijo el anciano—. Si tú quieres.
«¿Si yo quiero?», pensó ella. «Vaya manera más extraña de hablar. ¿Qué diablos voy a querer yo?»".

"—Lo que quiero decir —prosigue ella en voz baja; se rasca el lóbulo de la oreja, un lóbulo muy bien formado— es que una persona, desee lo que desee, llegue hasta donde llegue, jamás puede dejar de ser ella misma. Sólo eso".




Haruki Murakami

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