miércoles, 6 de febrero de 2019

Citas: Los amores de Nishino - Hiromi Kawakami


Parfait:

"¿Qué será el amor? Las personas tienen derecho a enamorarse de otros, no a que los demás las amen".

"Esa primavera en la que Minami cumplió quince años, yo ya apenas pensaba en él. El eco de la palabra Nishino, que salió repentinamente de su boca, atrajo hacia mi corazón un montón de algo que no sé cómo explicar. Sentí, por primera vez en mucho tiempo, que un agujero se abría en mi vientre y se me escapaba el aire".

"Minami cumplió los veinticinco.
Se había enamorado varias veces, aunque nunca me contaba nada. Amaba en silencio y en silencio dejaba de amar, como cuando, de pequeña, hacía calladamente aquellas figuras de origami".

Entre la hierba:

"Mi padre nunca me dio explicaciones de por qué se había marchado mamá. Desde entonces, jamás mencionó una palabra sobre ella. Pero un día a Namiko, mi abuela paterna, se le fue la lengua y me enteré de que mi madre se había fugado con otro hombre.
No le conté a mi padre que lo sabía, naturalmente. Tanto para él como para mí, era como si ella ya no existiese. Desde aquel día. Para siempre".

"—Me voy —dijo de repente Nishino mientras se levantaba. Tenía unas cuantas briznas de hierba pegadas al pantalón del uniforme.
—Adiós —le dije sentada en la piedra.
—Adiós —dijo Nishino.
Y, con las briznas de hierba pegadas, se marchó".

"—¿Estás saliendo con Tanabe, Yamagata? —me preguntó de repente Nishino.
—Ah, sí —contesté. Aunque no estaba claro si estaba «saliendo» o no con Toru
Tanabe, por alguna razón asentí.
—Vaya —dijo Nishino—. Es una pena. Es que me gustas un poco.
—¿Eh?
En cuanto lo miré a la cara, Nishino puso los dedos en mi mentón y, alzando mi rostro con mil veces más maña que Tanabe, me besó".

"Sin duda, algún día recordaría vividamente lo que experimentamos entre la hierba a los catorce años, ese momento entre la madurez y la infancia".

Buenas noches:

"Había adivinado que yo lo amaba en silencio y que de algún modo intentaba enterrar ese amor en mi interior, pero no me dio tregua. No me permitió erradicarlo".

"Ese mes de mayo, Yukihiko me hizo suya como si fuera lo más fácil del mundo.
Como el coleccionista que extiende las alas de una mariposa y la fija con alfileres a una caja. Como quien prepara delicadamente un muestrario con un insecto ya atrapado y muerto. Porque a mí ya me había atrapado. Sin siquiera habernos tocado.
Sin siquiera habernos mirado".

"Si me lo hubieran dicho antes de conocerlo, me habría reído. «¿Qué tontería estás diciendo? Una no se enamora sin haber conocido suficientemente a alguien".

"Los adultos, cuando se atraen, se aproximan, notan la presencia del otro, se huelen, intercambian palabras y se tantean»".

"Es un amor estúpido. Un amor semejante a una bestia herida y acurrucada, que está paralizada y no se puede mover".

"Mi cuerpo, mi cabeza, mi alma, todo eso era mío. Pero desde aquel día, aun siendo yo, todo mi ser le pertenecía. Desde aquel mes de mayo, un año y un mes después de haberlo conocido. A pesar de que, en realidad, es impensable que una persona pueda pertenecer a otra. Y, sin embargo, anhelaba ser suya. Había decidido que sería suya".

"—No sé qué hacer cuando tú no estás, Manami —me decía. No parecía precisamente feliz. El gesto de turbación era sincero.
—Yo siempre estaré a tu lado —respondía yo.
—Eso es imposible.
—Físicamente, claro que es imposible".

"—¿No vas a envejecer?
—¿Cómo no voy a envejecer?
—¿No vas a adelgazar ni a engordar?
—Seguro que engordaré, de aquí a diez años.
—¿Me aceptarás siempre, en todo momento?
—No soy la Virgen María, ni nadie por el estilo".

"—¿Querrás hacer el amor conmigo siempre?
—Depende del momento.
—Con «depende del momento», ¿quieres decir que no podremos hacerlo siempre?
—Es que, dependiendo del momento, pueden pasar muchas cosas".

"—¿Será que te amo, Manami? —solía preguntarme.
—Júzgalo por ti mismo.
—Cuando intento juzgarlo por mí mismo, me entra miedo".

"—Yo soy torpe por naturaleza —Yukihiko dejó escapar un suspiro.
—¿Por naturaleza?
—Sí, por naturaleza. Creo que una parte de mi cerebro, o una parte de mi riñón o hígado, es artificial.
—¿En serio? —le pregunté, y él asintió con la cabeza.
—En casa, mi padre, mi madre, mi hermana, todos me mimaban. Incluso en exceso. Seguro que les daba pena porque soy un ser artificial —dijo Yukihiko en tono serio.—
¿Qué tiene de malo ser artificial? —murmuré mientras le acariciaba el pelo.
Yukihiko sacudió la cabeza.
—No es bueno.
—Qué más da, a mí me encanta que seas artificial.
—No, no es bueno.
—¿Por qué?
—Porque, al ser artificial, un día dejarás de gustarme.
—¿Ah, sí?
—Sí, al final los seres artificiales nunca se mezclan con personas de verdad".

"Aunque tú no me quieras, me basta con quererte".

"Nos abrazamos. Con ternura. Como el agua. Pero sin convertirnos en agua".

"Estábamos inquietos. Estábamos extasiados. Estábamos desesperados. Eramos ligeros. Empezábamos a amarnos. Pero fracasábamos en el intento y nos quedábamos a las puertas del amor".

"—¿Por qué cambia la gente? —dijo Yukihiko.
(...)
—Será porque cambiar es humano —dije yo, y Yukihiko respondió con un resoplido de nariz:
—Manami, eso es demasiado obvio.
—Natural, soy una soltera de treinta y tres años jefa de un tipo que se comporta como si todo fuera obvio".

"—Yo te quiero, Manami —dijo.
—Pero vas a dejarme, ¿verdad?
Yukihiko me lanzó una mirada penetrante. Sus pómulos estaban tensos. Parecía que no había previsto esa respuesta.
—Me vas a dejar, ¿verdad? —repetí yo.
—Manami —Yukihiko estaba visiblemente sorprendido. Yo me sorprendí aún más de verlo así.
—¿Qué es lo que tanto te asombra?
—Es que acabo de decir que te quiero".

"Yukihiko se había puesto pálido. Me había tomado por tonta. Siempre. A pesar de que yo nunca lo había tomado por tonto. Pero ¿cómo pueden amarse dos personas sin tomarse por tontas?".

"A cada vez él me preguntaba cómo había adivinado que ya no me amaba. Yo le respondía que, para empezar, nunca me había amado".

"Sigue gustándome, pensé en ese instante. Me arrepentí profundamente de haberlo dejado escapar. Pero sabía que verlo de ese modo, pensando que lo había dejado escapar o que había puesto fin a lo nuestro, era una equivocación. Sencillamente, aquella historia se había terminado".

"—Puedes quedarte.
—Mañana tengo que madrugar.
—Manami, cásate conmigo.
—Idiota".

"Yukihiko estaba farfullando algo.
—¿Qué problema habrá conmigo? —murmuraba.
Era la primera vez que le veía semejante cara. Era una expresión que nunca había visto en él, distinta de la refinada violencia del inicio y de la inquietud de la época en la que se sintió inclinado hacia mí.
—¿Cómo que «qué problema»? —le devolví lentamente la pregunta mientras me abotonaba la blusa.
—Yo quería seguir queriéndote para siempre.
Terminé de abrocharme todos los botones de la blusa y acerqué las medias a mis pies.—Pretendía estar contigo el resto de mi vida.
—¿Qué quieres que te diga? —subí con calma la cremallera de la falda.
—¿Por qué soy incapaz de amar?".

Palpitaciones:

"Estás hecho un ligón, ¿eh? Cuando me metía con él, Yukihiko siempre negaba con la cabeza. No es que esté hecho un ligón. Son ellas, que están tristes. Eso respondía".

"—Me gustas, Yukihiko.
—A mí también me has gustado siempre.
—No me refiero a eso.
—No puede ser —afirmó Yukihiko sin aflojar el brazo alrededor de mi hombro.
—¿Qué?
—Se ha terminado.
—¿Qué? —solté yo como una imbécil.
—Ya se ha terminado, ¿no? —dijo Yukihiko en un tono cálido.
—¿Se ha terminado? —repetí yo como una imbécil.
—Se ha terminado —repitió él".

"Las olas se acercaban, a veces con estruendo. La marea crecía y crecía. Mi corazón no paraba de palpitar en medio de la noche".

El reino de finales de verano:

"—¡Ah! —dijo Nishino.
Se había puesto un traje, impecable, que le daba un aire de dandi. Ajá, este hombre lleva una vida social interesante, me admiré yo. Esa admiración provocó que me abrazara a él medio desnuda. En el recibidor. La mañana del día siguiente.
—Me parece que la he perdido —dijo, apartando suavemente mi cuerpo.
—¿El qué? —pregunté yo.
—La llave.
—¿De dónde?
Nishino no contestó. Agachado, palpó el suelo de la entrada.
—De la casa de mi ex —dijo, después de haber buscado durante un rato.
—¿De tu ex? —repetí yo.
—Sí. O más bien de la mujer con la que estoy rompiendo en este momento.
—¿Con la que estás rompiendo en este momento? Resulta un poco confuso, ¿no? —susurré yo, y Nishino movió ligeramente la cabeza arriba y abajo. Mientras sacudía la cabeza, siguió buscando.
—Es que si rompemos, tendré que devolvérsela. Como mandan los cánones.
La expresión «como mandan los cánones» me dio una cierta idea de la «vida social» de Nishino.
—No te preocupes, yo te la busco. Es una llave normal, ¿no? De las de color plateado.
Nishino se levantó y, al tiempo que decía «lo dejo en tus manos», abrió la puerta a toda prisa y salió disparado por el pasillo".

"—Buenas noches —probé a decirle.
—Qué hay —contestó. ¿Cómo que «qué hay»? No me digas «qué hay», pensé, y se lo dije a la cara—. Entonces ¿qué debería decir? —me preguntó Nishino con un ligero tono de perplejidad.
—Lo normal sería que te molestara que una chica con la que solo te has acostado una vez se haya instalado en tu casa.
—Vale.
—¿Cómo que «vale»? No me digas «vale».
—Vale".

"—¡Pues haberlo dicho antes!
—¿Eh?
—La vida es más fácil cuando dices lo que piensas.
—Como tú".

"Una vez decides que alguien te gusta en su totalidad, no necesitas realizar juicios de valor, que si está bien o si está mal. Basta simplemente con que te guste".

"—Nishino —lo llamé.
—¿Qué, Rei?
—Te quiero. Te quería.
—¿Cómo? —Nishino abrió los ojos de par en par—. ¿Por qué usas el pasado?
—Porque ya no consigo quererte —le dije sinceramente. Si no es con sinceridad, no soy capaz de decir las cosas".

"Quiero huir, pero…, pensaba yo. Del mismo modo que cuando pensaba «quiero amar, pero…»".

"Casi se me caían las lágrimas. Quiero volver a amarte, Nishino. Estuve a punto de decírselo, pero no pude".

Tsutenkaku:

"A partir de entonces, Nishino empezó a pasarse por el piso de vez en cuando. Lo hacía sin previo aviso.
—¿No sabes que lo normal es llamar por teléfono o avisar de algún modo?
Cuando le dije eso, Subaru, que estaba a mi lado, afirmó:
—Detesto los placeres anunciados".

"Lo hicimos allí mismo, en el suelo. Nishino tenía los brazos duros. Duros y fuertes. Cuando terminamos, me sentí triste. ¿Por qué conmigo?, le pregunté. Porque yo a ti te gusto, Tama-chan, contestó él con voz triste. Este hombre está tan triste como yo, pensé".

Profundamente:

"—Qué pieza más bonita —Nishino miró el plato desde todos los ángulos.
—Fue una ganga.
—Es una lástima que la uses para dar de comer a Nau.
—Es que Nau es mi novio.
—¿Que es tu novio? —Nishino-kun se rio—. Entonces ¿qué soy yo para ti, Eriko?
—Supongo que un buen amigo".

"Empezaba a sentir algo por Nishino. En el momento menos pensado, me enamoraría de él. Pero no lo amaría. Jamás lo amaría. Yo misma lo había decidido".

Marimo:

"La vida es impredecible".

Las uvas:

"—¿Estás enfadada? —me preguntó Nishino. Porque yo me había quedado callada —. Supongo que la única diferente eres tú —prosiguió.
Eso de «tú eres la única diferente» está muy visto, pensé yo. Desde luego,
Nishino, pareces el típico timador que se casa con una persona para robarle el dinero.
—Hay algo en ti diferente de las demás que he conocido, Ai —sonriendo,
Nishino me dio un beso. Yo lo recibí con los ojos cerrados.
Si soy diferente de las demás, seguro que es porque no albergo ningún sentimiento amoroso hacia ti".

"¿Qué tiene de malo la locura?, dijo Kikumi al otro lado de la línea. El amor implica locura, en mayor o menor medida".

El termómetro de mercurio:

"—¿Tú no serás Nozomi Misono?
—Sí, soy yo, ¿y tú quién eres? —le pregunté incorporándome.
—Yo soy Yukihiko Nishino. Estoy en primero de Económicas.
—Ah —dije yo mirándolo fijamente. Llevaba el pelo, liso y tirando a castaño, bien corto. Vestía unos pantalones vaqueros con una camiseta blanca y encima una camisa vaquera de manga larga abrochada hasta el tercer botón.
No me sonaba de nada. Solo conocía a dos chicos de la facultad de Económicas y los dos estaban en tercero, como yo.
—No soy un tipo sospechoso —dijo Nishino con los ojos abiertos de par en par.
—Que tú mismo digas que no eres sospechoso te hace sospechoso —contesté yo riéndome, y Nishino también se rio".

"—Por saber —contestó él. Tenía los ojos abiertos de par en par. La misma expresión que cuando me hizo aquella pregunta la primera vez.
—¿Qué querías saber?
—Cómo se consigue amar a alguien.
—¿Cómo? —repliqué yo".

"—Enseguida se me sube a la cabeza —susurró Nishino y, al siguiente instante, aprovechando un descuido, me besó frente al lavabo sin vacilar, como si nos hubiéramos visto el día anterior—. Escapémonos juntos de aquí —dijo con un hilo de saliva colgándole de la comisura de los labios. Saliva líquida y transparente.
—Ni hablar —contesté.
—Pues entonces sé mi amante.
—Lo dices como si escaparnos juntos y ser amantes fueran antónimos, y no lo son.
—¿Tú crees? —dijo, y abrió los ojos como platos. Estuvo meditando un rato.
Pasé de aquel borracho y le di la espalda con intención de volver a mi asiento. En ese mismo instante, para mi sorpresa, Nishino se echó a llorar a lágrima viva".

"—Toma, te he traído esto —dijo, y sacó del bolsillo un objeto fino de color plateado que brillaba.
—¿Un termómetro?
Sobre la palma de su mano había un termómetro de mercurio metido en una de esas viejas carcasas con capuchón azul claro.
—Sí. Era de mi hermana.
—¿Eh? —Tragué saliva—. No puedo aceptarlo —dije automáticamente.
—Me imagino que te dará repelús, pero… —dijo Nishino, y se rio.
—Pues sí, me lo da —contesté sin reparo.
—Desde que mi hermana murió lo he usado yo —Nishino intentó justificarse de un modo un tanto extraño.
—Eso me produce todavía más repelús —dije yo, y él se rascó la cabeza.
—¿No lo quieres? Conserva el calor de mi piel.
—Otra vez tú y tu mundo".





Hiromi Kawakami

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