"Anoche tuve un sueño. ¿O debiera decir una pesadilla? Una pesadilla es algo que se eleva del subconsciente al consciente, plagado de sobresaltos y desazón, para castigar o asustarnos. Pero lo que me sucedió anoche fue un presentimiento frenético de felicidad. Si pienso en ello como en una pesadilla es porque, contrariamente a los sueños comunes, que se elevan y desaparecen en las sombras, éste era profundo y claro, y permanece todavía conmigo en lugar de desvanecerse".
"Por todo lo que ha pasado entre nosotros (directamente en nuestros años de infancia, y directa e indirectamente luego) no es, ni hermana ni ninguna de las otras cosas —consejera y sostén espiritual— como hubiera querido que yo y el mundo pensara que era. Para mí, Elisabeth es primeramente una mujer, el soleado y caluroso puerto hacia el cual gravita toda mí vida".
"El cementerio estaba tan luminoso y agradable que brilla poderosamente en mi sueño.
Cementerios —esos palacios sin techo, de pobres y ricos por igual, que sólo visitamos cuando estamos obligados, y nunca nos desagradan o desengañan— son realmente las habitaciones más duraderas y acogedoras que construimos para nosotros. Invierno o verano nos saludan con sinceros brazos abiertos: Bienvenido, viejo amigo. ¿Así que has venido a ver el lugar de tu última morada?".
"La causa de mi cólera de ayer por la tarde fue la inesperada sugestión de mi hermana, de que lo mejor para mí sería dejar este horrible lugar e ir a vivir con ella al Paraguay.
(Esto fue sólo unos días antes de su retorno a ese país para arreglar sus asuntos.)
Yo pensaba que no te gustaba Paraguay, le recordé.
No para mí, admitió.
Entonces, ¿por qué para mí?
Para ti significaría la resurrección.
¿Como Jesús?
Se encogió de hombros. Ya empiezas a proferir sacrilegios".
"He estado pensando en usted durante tres días. Le escribo con la esperanza de que, haciéndolo, desterraré por fin su imagen de mi mente, con el objeto de poder dedicarme a asuntos más agradables a mis ojos, y provechosos para mi alma".
"Hay gente —la mayor parte ateos profesionales— que atribuyen el origen de su escepticismo religioso al hecho de haber sido criados en hogares sobrecargados de dogma religioso. Para mí fue completamente diferente. Cualquiera fuese el celo religioso que ocupara mi hogar —y nunca estuvo ausente de él—, lo aceptaba con la misma naturalidad con que se acepta el aire que ha de respirarse para poder vivir.
Dios podría haber sido un miembro de nuestra familia, tan distante como el abuelo Oehler, aunque no tan festivo".
"Cuando pienso en mujeres, lo primero que imagino es su cabellera. La idea principal de femineidad es una tempestad de pelo —pelo negro, rojo, castaño, dorado— y siempre con una apasionada boquita en algún lugar tras el espejismo de la belleza".
"Adelántanse los pies espontáneamente. Ciérranse los dedos en los puños. Levántanse las manos y caen como pistones de una máquina. Yo ni ante el más violento deseo me levanto. Me veo yacer, como otro apéndice vermiforme, entre mis muslos. ¿Cuánto deberá herir el amor para causar una hemorragia?".
"La gente pelea por muchos motivos y pasiones, pero la única vez que peleé con un arma letal y derramé sangre fue con un amigo. Después dé toda la tinta que utilicé en dicho tema, no sé realmente qué quiero decir con «una buena pelea». Quizás si la gente peleara con violines en lugar de espadas y esgrimiera pianos contra el prójimo en lugar de obuses…".
"Una conversación de tres o más personas se convierte en una palestra de las cualidades personales, aunque rara vez determina nada más importante que cuál de los participantes tiene la voz más estridente. Una conversación entre dos personas constituye dos monólogos con series de interrupciones más o menos pacientes".
"Si hubiera cedido a las llamadas de mi naturaleza primaria que en todo hombre clama por paz en el statu quo, hubiera podido ser tanto músico como teólogo. Sin duda, habría llegado a ser una gran mediocridad en cualquiera de los casos. Mi elección final, la de convertirme en filósofo, fue realmente un acto de profunda cobardía. En primer lugar, tenía miedo de jamás alcanzar la grandeza de un Wagner; y, en segundo lugar, no admitía ser el segundo violín de nadie, ni siquiera de Dios".
"Haced la prueba; puedo recordar a casi todos mis primeros maestros de música y a ninguno de los que me enseñaron literatura por vez primera. ¿Esto significa que es más fácil enseñar música o que los oídos son más agradecidos que los ojos?".
"Me sentí como un fugitivo cuando abandoné Bonn. No lo comprendí entonces. No era un fugitivo de Bonn, sino de la vida".
"La muerte no me dará la victoria sobre la vida, pero mi confesión me dará cierta inmortalidad, pues me atreví a rasgar el velo del Santo de los Santos, y mostrará el espíritu desnudo con todas sus llagas pútridas. Al elevarme del sueño de la vida no estoy en condiciones de desafiar la realidad de la condena desde el otro lado de la tumba".
"A pesar de sus inclinaciones incestuosas, Elisabeth ha sido para mí un padre y una madre. Sin su estricta disciplina, mi genio se habría anulado en mi temprana juventud cuando me di cuenta por vez primera que Dios estaba muerto y que estamos atrapados en el «vacío» de un torbellino, un caos de vida sin sentido".
"El gran final del arte es sacudir la imaginación con la fuerza de un alma que no admite la derrota aun en medio de un mundo que se derrumba".
"El amor de una mujer es en verdad un bálsamo para el alma herida, pero el incesto es un jardín cerrado, una fuente sellada, donde las aguas de la vida se secan y las flores recién abiertas se marchitan con sólo tocarlas".
"Así me retraigo interiormente en mi desesperación, y sólo recuerdo los besos culpables de aquella que cerró toda salida a la vida de amor, condenándome a un odio hacia Dios, hacia el hombre y hacia mí mismo que consume totalmente, y se agrupa a mi alrededor como un sueño sin forma, atrapándome en el terror de mí mismo; el miedo de un hombre que ha sido ensombrecido por el amor que él ha matado…
Amémonos los unos a los otros en unidad de pensamiento. Las palabras suenan en mi cerebro como una campana, una campana de anhelos que oscila en una torre de Tautenburg. Amémonos los unos a los otros… amémonos…".
"Mientras otros escritores se han ocupado sólo de describir los amores de la gente, yo he diferido para el final este insignificante tema. Ahora esta faz personal de la vida ha tomado total posesión de mí; ni el arte, ni la ciencia, ni la filosofía, sino el amor, ha usurpado el panorama de mi tambaleante existencia. No hay otra cosa para hablar sino del amor que nos elude y que buscamos apasionadamente como al hundido continente de la Atlántida sumergido bajo el océano del odio del mundo.
Concentrado en sí mismo, sombrío y solitario, mi cerebro cesó de alcanzar la vida del arte o de las ideas, y sólo corre implacable hacia el amparo de sus brazos, entre el rugido de los vientos y los furiosos lazos de la existencia.
¡Oh, Lou, deja que me rinda a mis instintos de pasión y gloria! ¡ Ay, es demasiado tarde, demasiado tarde, tú te has ido y mañana ya estaré muerto!".
"El mundo no ha sido aniquilado, sino yo; la naturaleza rechaza las ideas, aun las más nobles, a favor de la simple existencia animal: la «vida» es su propia meta, y todos mis pensamientos son como una paja menuda en el viento del destino cósmico".
"Despojado de mi último velo de ilusión —el poder de las ideas—, contemplo con terror el «vacío», pero todavía me aferró a la existencia, pues el solo hecho de vivir es lo único que me resta en el destrozado panorama del intelecto".
"En ausencia de todo deseo queda todavía el deseo de vivir, aun cuando cada hálito es una agonía, y la muerte contiene la promesa de aliviar el dolor. La muerte está en nuestro poder, pero la vida nunca, y como la vida nos rechaza nos aferramos a ella con desesperada firmeza, como un niño que agarra una lámina de acero. Lucho por la vida ahora, como luché por ella en las entrañas de mi madre, con el mismo pánico ciego, ya que temo el solo pensamiento de la existencia, pero ansío todavía penetrar en la luz del día".
"Si la «vida» nos ultraja, en cierto modo nosotros hemos ultrajado a la «verdad»".
"Nuestros primeros errores yacen en nuestra espera y estamos emboscados para la ruina".
"Esto me dejó sin un amigo, y fui un ermitaño en mi soledad. Hasta que aparecieron las lagunas de la locura y sucedió esto: ¡Al gritar contra la locura de Dios, enloquecí yo mismo!".
"Todo se puede adquirir en la soledad, excepto la cordura".
"Un hombre solamente puede vivir mientras esté ebrio, ebrio de vino, de mujeres, de ideas o de pasión mesiánica. Y en mi sed dionisíaca me he intoxicado con todo, aun con la humanidad de los monos de Darwin y de los positivistas.
Pero aunque pruebe, no puedo hacerme budista y emborracharme hasta la muerte".
"La idea de hundirme en la nada me horroriza; como a Dostoyevski, el glacial horror a la eternidad me vence; dormir un billón de años y nunca más ver el alba que se eleva sobre las montañas…; nunca más…, nunca más.
Por eso los hombres necesitan el mito de Dios. Sólo somos un conglomerado de partículas, accidentales y sin sentido, y este hecho es terrible de soportar. De ahí que
Dios o el hombre sea quien toma Su lugar en nuestra fantasia…".
"La muerte no es jamás mejor que la vida, a pesar de Buda y de los santos. Yo que muero, sé que no hay nada más trágico que un hombre muerto, ya esté bajo tierra o camine como un cadáver viviente a través del mundo, sin fe en la vida o en el futuro…".
"La soledad de una solterona es algo completamente diferente. La solterona se ha alejado paulatinamente del sistema rector de la naturaleza. No ha roto ninguna conexión vital porque nunca tuvo alguna para comenzar".
"¡Quizás yo mismo no sea nada! Pero ¿qué sucederá en el mundo como consecuencia de haber vivido yo en él unos pocos años infelices?".
"Los primeros poemas sólo fueron plácidas notas sobre los acontecimientos domésticos. Un acontecimiento combina su propia música cuando se está en perfecta armonía con él".
"Nadie ha tratado nunca de hacer que una maquinaria bélica parezca bella. El más hermoso general de un país nunca tuvo mejor aspecto que el más rústico de sus herreros".
"Cuando se desarrolló la guerra de Troya a causa de ella, Helena no era más que una mujer. Las crónicas de esa guerra, que fueron escritas mucho tiempo después que finalizara, la elevaron a la categoría de diosa".
"El amor al bienestar y el amor al saber son las dos fuerzas que mueven la tierra, y lo que se da a uno debe quitársele siempre al otro".
"Voltaire era Francia que hacía una profunda y larga aspiración del aire inglés de libertad intelectual".
"Stendhal se preguntaba cómo hacía un francés para no pensar como todos los demás.
Si notara lo poco que un francés piensa, se sentiría seguramente muy decepcionado".
"Sólo se puede observar con asombro los pies de las estatuas griegas. Es difícil creer que con tales pies un pueblo puede haberse permitido aún la interferencia de las sandalias, o arriesgarse a caminar bajo un sol tan fuerte. Si nosotros tuviéramos esos pies, probablemente los hubiéramos arruinado curándolos".
"Entre todos los sueños del mundo moderno, el de los pacifistas es el más necio y tan cercano a la sinceridad como ella lo está del vicio. Ningún pueblo, excepto el de los judíos, trató de abstenerse de la conquista, y ninguna nación pudo mantenerse unida sin regar continuamente sus raíces con conquistas adicionales. Una nación que ha abandonado sus sueños de conquista, ha renunciado al sueño de vivir. Una nación pacifista es una nación que agoniza, si no está ya seguramente muerta".
"Para evitar que un animal continué por el sendero trazado por sus instintos naturales, es necesario por lo menos tirarle algo duro a la cabeza. Para obtener el mismo resultado con un hombre sólo se necesario conversar con él".
"En la mayoría de las comunidades civilizadas ha llegado a ser un crimen divulgar informes financieros equivocados que lleven a la gente a perder su dinero. Pero no hay una ciudad en el mundo en la que no se pueda tergiversar los hechos respecto a las costumbres e ideas de algunos de sus habitantes, hasta el punto de robarles el derecho a la existencia".
"Parecería, por lo tanto, que la ley pertenece a lo externo, al mundo infinito. Forma parte de una esfera de vida que no tiene fronteras, límites o cualidades; pues todas las fronteras son del infinito, todos los límites corresponden a cosas que no tienen fin, y todas las cualidades son de esencia absolutamente incomprensible".
"Una ley que tiene éxito y es necesaria en un ciclo de leyes, puede estar fuera de lugar y ser probablemente destructora en otro".
"La ley es una luz que en diferentes países atrae hacia sí especies diferentes de insectos ciegos".
"La identificación indiscriminada de las cosas a las cuales el lenguaje común le da el nombre de ley, era y sigue siendo una fuente de confusión. Cada vez que un jurista se desvía hacia la ciencia, abusa de la ley. Cada vez que un científico se convierte en legislador, cierra tras él la puerta de su laboratorio".
"El mayor mal de la ley civil es que su valor se estima por el valor de la palabra, y que la palabra ha llegado a ser la clave de su análisis y de su aplicabilidad. Se puede llamar a esto el espíritu «narcisista» de la ley, sólo que, en cualquiera de los casos, se ha perdido muy poco amor".
"En mi experiencia, lo que más me asombra es el modo inconsciente con que los hombres y las mujeres tienen por seguro que son los superiores naturales de la flora y de la fauna a su alrededor. ¿Qué sabemos, por ejemplo, de los animales, plantas y pájaros, que pueda justificar tal conclusión? En efecto, no tenemos mejor aspecto y algunas veces parecemos mucho peor. Una vez vi en el zoológico un animal con un rostro tan bello que tuve que pensar en San Francisco de Asís para compararlo en nobleza de fisonomía. Qué muestra extraordinaria de arrogancia, pensé cuando miraba la cara de la bestia, es suponer que lo que acontece detrás de esa frente peluda es de menor importancia que lo que sucede detrás de la de mí delgada piel".
"¿Cómo deberá ser el Superhombre? No es suficiente esperar de él que sólo sea capaz de sacar la lengua a los absurdos remanentes de un mundo muerto. Y es demasiado esperar de él que aprenda a gozar completamente de la vida en este planeta. Ya que jamás podremos sustraer de la vida del hombre la necesidad orgánica de decaer y morir".
"He encontrado en mi vida por lo menos cuatro personas que pensaban que haría un buen papel como centro de una religión. Tres de ellas eran mujeres. Esto me ha hecho desconfiar de la religión y también de las mujeres".
"He amado a Sócrates con un afecto que no sentí por ningún ser humano en la historia.
Le he perdonado aun su único gran pecado: la transformación de la razón en una fuerza tiránica".
"No hay felicidad en nada de lo que hacemos, excepto si lleva el sello de aprobación de la sociedad en que vivimos".
"Creo que lo que más me atrajo (al principio) de los escritos de Schopenhauer fueron su simplicidad y seriedad. ¡Qué alivio sentí después de la falta de pulcritud de Kant, la afectación de Fichte, la frialdad tiránica de Hegel! Schopenhauer, pensador tan grande como cualquiera de sus predecesores, no se avergonzaba de ser ante todo un escritor.
¿Cómo hizo Schopenhauer para llegar a conclusiones filosóficas tan cercanas a mí corazón, mediante experiencias personales tan diferentes de las mías? La única gran diferencia entre nosotros es que Schopenhauer, no comprendo cómo, pudo vivir en una paz envidiable a pesar de su desilusión".
"La angustia que acompaña a la pérdida de fe, puede constituir los dolores de alumbramiento del arte".
"Schopenhauer marcó una aguda línea entre él y Kant, cuando proclamó que el mundo era una idea suya y que la experiencia humana apenas entró en sus cálculos. Schopenhauer reabrió todas las puertas de la existencia cerradas por Kant, pero sólo extrajo observaciones amargas y sin esperanza de todo lo que vio. Me pregunto, ¿cómo puedo amar tanto en un mundo que él amó tan poco?".
"¿Por qué este permanente retorno sobre el tema de la salvación, como si nuestra vida en esta tierra no fuera más que un castigo constante?".
"Estamos condenados a la derrota en nuestras guerras, así como en nuestras filosofías".
"El hombre que ocupa el asiento frente a la puerta ante la cual debo pasar para cumplir mis diarias necesidades constitucionales, es bizco o lo soy yo. Uno de los dos haría bien en aprender a mantenerse alejado del camino del otro. ¿Y por qué me mira como si estuviera a punto de volar de un salto por la ventana, hacia la libertad?".
"Schumann y Schopenhauer son los dos polos de mí existencia. Ellos me han conducido a la admiración. Entre ellos me siento aplastado como entre las piedras del molino".
"Soy un hombre de genio. Por lo tanto, puedo permitirme sonreír o escupirle a usted".
"Los ricos dicen que el dinero no tiene verdadera importancia. No lo dan sólo de miedo a dañar, en aquellos a quienes pudieran darlo, el sentido de la apreciación de los valores. Personalmente, nunca quise dinero. Las únicas veces que pienso en él es cuando lo necesito".
"La soledad es lo que más me hace padecer aquí, aunque no es una sensación nueva para mí. Pero hay muchas clases de soledad. Existe la soledad de los lugares, la menos dañina de las soledades porque cuando se vive lejos de un lugar querido, nace la esperanza y el deseo de un futuro en el cual el espíritu humano puede felizmente confiar y trae consuelo. Existe también la soledad de una alta aspiración, la más bendita de las soledades, que involucra no sólo planes para sí mismo sino para la humanidad en general, y no necesita así cuidarse de las probables contrariedades que acarrea. Y por fin, está desgraciadamente la soledad que tiene una falta total de compensaciones, la soledad debida al fracaso del individuo para alcanzar un entendimiento común con el mundo. Ésta es la soledad más amarga de todas, la que corroe el corazón de mi existencia".
"Cada artista es la alegre fortuna de los pocos que lo entienden. El artista ha nacido para su público y su público ha nacido para él. A los ojos del cielo los dos son iguales".
"He estado enamorado de dos mujeres, quizás sólo de una, y estoy tan alejado de los ángeles como siempre".
"Una pelea entre filósofos debe tomarse tan en serio como una discusión filosófica entre dos albañiles".
"De súbito me miró con agudeza y clavó en mis ojos su peligrosa mirada.
¿Escribes algo aquí?, me preguntó.
He escrito bastante sobre el mundo, le dije. Deja que el mundo escriba ahora sobre mí".
"Brandes y Strindberg no son ahora los únicos que proclaman tu genio. Hay otros, muchos oíros. Hasta me han pedido que escriba mis impresiones sobre ti.
Me resultaba difícil creerlo.
¡A ti!
Sí, y me han ofrecido dinero también.
¡Pero no lo harás!
¿Por qué no?
No sabes nada de mí ni de mis ideas.
¿Quién puede saberlo mejor que tu propia hermana?
Sí, ¿y quién puede conocerme menos?".
"Aquellos que no traicionan a la «vida», la «vida» nunca los traiciona".
"He aprendido demasiado poco de demasiados maestros. La lectura de los clásicos y mis sueños con la garganta de Fraulein Raabe, me han aportado la única felicidad pura que pueda mencionar sin humillación".
"A medida que envejezco me fascinan más las ideas y me atrae menos la gente".
"No, el mundo no está descentrado, sino yo, su gran enamorado, el enamorado de lo natural, que nunca hice algo natural excepto si encontraba un acto artificial que pudiera reemplazarlo. Testimonio: no vivo, escribo".
"Mantengo la confianza en mi futuro hasta que recuerdo a Schopenhauer, con quien riño todas las mañanas y me reconcilio cada atardecer. A pesar de todos sus fallos era más perfecto, más puro, más inteligente de lo que yo seré jamás. Era aún más loco.
Excepto esto, puedo perdonarle casi todo".
"Un artista es un hombre que se adiestra como si fuera un dios, y, en cuanto a lo demás, se comporta como si su única oportunidad de obtener placer fuera la de actuar como un ser humano".
"En rigor, los individuos no tienen más valor por sí mismos que el que tienen cuando forman parte de las masas violentas. No son nada mientras viven, y son menos que nada después de muertos".
"No espero que ningún contemporáneo piense como yo, ni encuentre refugio en mi estilo particular de escribir y pensar. Pero, así como estoy seguro que cuando venga el médico me tomará el pulso y me sonreirá sin motivo con su acostumbrada idiotez, también lo estoy de que todos los sabios de hoy y de mañana tendrán este mismo fin: mi fin".
"¿Cómo te llevas con las personas de esta casa?, me preguntó Elisabeth el otro día.
Le contesté que me llevaba muy bien con los huéspedes, pero no sucedía lo mismo con los médicos, que eran un fastidio no sólo para mí, sino para el resto de los que la habitan.
Pero debes tener médicos, me dijo Elisabeth.
Así es. Es necesario tener médicos, escribanos y abogados, y Dios nos asista a todos".
"Si algún talento tengo es el de hacer enojar a la gente. Echo una lluvia de orina sobre el mundo, y en tales casos, el mundo nunca tarda en ofrecer reciprocidad".
"Si el mundo era tan malo como lo dejó Schopenhauer, yo, Federico Nietzsche, hice muy poco para mejorarlo".
"El arte no justifica el vivir, y ni siquiera se justifica a sí mismo. Ni el arte ni la vida reposan sobre la imprescindible necesidad de justificarse".
"Mis necesidades sexuales aumentan, no disminuyen. Solía pensar: Pronto, pronto esto terminará, y estaré en condiciones de ofrecer toda mi naturaleza apasionada a la filosofía. No sucede nada de eso, y ahora pienso que no sucederá nunca. La filosofía siempre será el segundo violín en las necesidades de mi naturaleza orgánica.
Es como morir en el fuego".
"La verdadera comprensión no está en el origen del átomo ni en las reglas de proporción, sino en aquello que casualmente estamos dirigiendo y nos parece bueno".
"Apiadarse de los demás es un deleite íntimo digno de un ogro. Apiadarnos de nosotros mismos es la más oprobiosa de la autodegradación. Si Dios realmente se apiada de nosotros, es que juega con dados cargados".
"Sabes, Fritz, que me muero, susurró.
Espero que no, tía Rosalía, dije fervientemente.
La esperanza no ayuda, Fritz. El hecho es que me estoy muriendo y apresurarás mí muerte si me haces examinar toda esta basura sobre lo que puede ser y no debe ser. Es importante reconocer que yo me muero y tú vas a continuar viviendo. ¿Nos entendemos?
Sí, tía Rosalía".
"Sí, para la felicidad; no para la verdad, se extiende a lo largo de la experiencia humana como el coro de una balada".
"Todo hombre nace prisionero del ancho, largo y profundidad de su conciencia. Así permanece hasta que descubre una cuarta dimensión, o, dicho en el lenguaje del populacho, hasta que compete la identidad de su propia alma. Probablemente la única manera de alcanzar la gracia es colocarse frente a un tren que se acerca rápidamente.
Si esto fuera así, la pólvora haría una contribución más importante que la filosofía para alcanzar la inmortalidad".
"Parecería que Dios ha creado todo en el mundo visible, excepto el color, mediante el cual el mundo se ha hecho visible. El hombre ha creado la buena educación. Pero, ¿para qué sirve esto si Dios no ha podido crear buenos hombres?".
"Sufrimos las angustias del hambre para tener la satisfacción ulterior de observar que seguimos siendo los mismos, deseamos más de lo que podemos tener o gozar, solamente para que se nos haga posible aceptar, aunque sea parte de lo que vemos, y de esta manera esperamos del cielo no haber desatinado nuestro pasado".
"La pasión es la identificación de la esperanza como vehículo hacia el futuro. La pasión es la única protección que tenemos contra la extraordinaria vanidad de nuestros deseos".
"El saber deriva primeramente del vivir. En segundo lugar de la investigación sobre las conclusiones a las que llegaron los que vivieron antes que nosotros. Una tenue mortaja es, finalmente, todo lo que nos llevamos a la tumba".
"La verdad es todavía esquiva. Sin embargo, ya no es una jovencita sino una vieja ramera a quien le faltan todos los dientes delanteros".
"La búsqueda de la verdad es todavía la forma de rebelión más grande y más sensata".
"La civilización es más que nada una lucha entre los diferentes estilos de ver el pasado".
"Los que no aman sabiamente, se desesperan del poder del amor".
"Elisabeth estaba destinada a entrelazar su vida con la mía, así como Byron estaba predestinado a combinar la suya con Augusta, su hermana mayor".
"Si los dioses no se precipitasen en torrentes de lluvia, ¿cómo habría aprendido el alma humana a estar triste?".
"El hombre que debe llevar estas notas a mí editor se está poniendo particularmente amistoso. Pero no sé si piensa que soy un filósofo o solamente un lunático. Esta mañana al encontrarme cerca de la ventana me preguntó qué buscaba en el mundo exterior.
No tiene más que seguir mí mirada, le dije. Si me ve mirando al cielo debe saber que lo que busco es un águila. Pero si mí contemplación es hacia la cantera allá abajo, es que busco un león.
¿Pero usted espera realmente poder ver un león en una calle de Jena?, preguntó.
Si usted tiene los ojos para verlo, ¿por qué no?, repliqué".
"Mí mejor conversación es conmigo mismo. Mis pensamientos nunca están más claros que cuando yo mismo los considero. Siento que toda mí reacción frente al mundo cambia en cuanto un nuevo saber salta a la escena…".
"Mis verdades absolutas son como cadáveres que se deshacen en polvo al ínfimo soplo del viento; bajo mí manto de Elias reptan las serpientes del orgullo y de la impostura".
"¿Por qué Lou no se entregó nunca completamente a mí? Porque su cuerpo le pertenecía; podía yo hacerlo mío en nuestra mutua necesidad de expresión erótica, pero siempre permanecía siendo suyo, ¡ su cuerpo y su alma!".
"Lo que perdemos, lo poseemos por siempre".
Friedrich Nietzsche
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