martes, 1 de mayo de 2018

Citas: La biblioteca secreta - Haruki Murakami


"—Bienvenido, jovencito —dijo el anciano—. ¿Qué desea?
—Busco un libro —dije con voz insegura—. Pero parece que está usted ocupado, así que ya volveré otro día.
—¡No, no! Sí, sí, es evidente que estoy ocupado —dijo el anciano—. Pero en esto consiste precisamente mi trabajo. Así que ¿cuál es el libro que desea que le busque? Usted dirá.
«¡Qué manera tan rara de hablar!», pensé. La cara del anciano no era menos inquietante que sus palabras. De las orejas le brotaban largos pelos. La piel le colgaba del mentón como si fuera un globo reventado".

"—No se trata de saber o no saber —dijo el anciano—. Yo, a tu edad, solo con poder leer ya era feliz".

"—Bueno, bueno —dijo el anciano —. ¿No entras?
—¿Ahí?
—Exacto.
—Pero si está completamente a oscuras —protesté. Al otro lado de la puerta, las tinieblas eran tan negras como un agujero en el espacio".

"—Y si me aprendo de memoria los libros tal como me ha dicho ¿me dejarán salir dentro de un mes?
—No, lo dudo.
—Pues, entonces, ¿qué diablos pasará conmigo?
—Es un tema un poco delicado —dijo el hombre-oveja ladeando la cabeza.
—¡Por favor! Dime la verdad. Mi madre me está esperando, preocupada, en casa.
—Pues la verdad es que van a cortarte la cabeza con una sierra. Y después te sorberán los sesos".

"A las siete llamaron suavemente a la puerta. Con unos pequeños golpes.
—Sí —dije.
Se oyó girar la llave en la cerradura y entró una chica empujando un carrito.
Una chica tan hermosa que de solo mirarla, dolían los ojos".

"La chica se me acercó y posó una mano sobre la mía. Una mano pequeña, suave. Mi corazón estuvo a punto de desgarrarse, sin un sonido, en dos".

"La luna parecida a una cuchilla de afeitar arrojaba unos rayos de luz enigmáticos como un conjuro sobre la piel suave de la joven.
«Es una luna preciosa», repetía la joven. «La luna nueva cambiará nuestro destino».
—¡Ojalá fuera así! —decía yo".

"—¿Tienes alguna queja?
—Sí —dije—. ¿Y mi madre? ¿Y el estornino? ¿Se encontrarán bien? Estoy muy preocupado por ellos.
—La vida continúa —dijo el anciano con rostro malhumorado—. Todos y cada uno de nosotros pensamos en nosotros mismos. Todos y cada uno de nosotros seguimos viviendo. Incluida tu madre, incluido tu estornino. No hay cambios. El mundo sigue girando como si nada".




Haruki Murakami

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