jueves, 8 de noviembre de 2018

Citas: El fin de Alice - A.M. Homes


"Alice, os digo su nombre suavemente, y os sugiero que si lo  sostenéis con tanto cuidado como yo, apretado fuerte contra el corazón, quizá al final llegaréis a entender lo confuso que puede ser el latido de dos corazones tan similares, y el que uno de ellos, finalmente, tuviera que detenerse".

"Y, para ser sincero, no recibo mucho correo de chicas. Inmediatamente les contesto con una breve nota introductoria: «Muy interesante. Por favor, envíame una foto tuya que me ayude a comprender mejor».
Ella contesta con una nota suya: «A la mierda las fotos. ¿Qué eres, un pervertido?».
Otra vez me han pillado. Me han devuelto a la humildad, a mi sitio".

"—¿Sabes? —dice su madre, comenzando la segunda frase de su parlamento con la misma muletilla.
—¿Por qué dices sabes cuando está claro que no lo sé? —pregunta la hija".

"Cárcel. Entre timbrazos. Estoy perdido en recuerdos".

"¿No te da miedo escribirle? ¿No te preocupa que haga algo raro en el papel, que implante algo dentro, que lo impregne, que lo llene de eso que le hace ser como es? Yo no me atrevería a tocarlo, tendría que ponerme guantes de goma y abrir el sobre con un cuchillo de carne. ¿Y le dejan escribir a quien quiera? ¿No ponen en el sobre: «Precaución, incluye demencia»?".

"Ellas no tienen idea de lo importantes que son para nosotros, no advierten el poder que les otorgamos, no se dan cuenta de que con un gesto tan pequeño se meten en nuestra vida".

"—¿Qué hora es? —le pregunto cuando ya se aleja.
—Tiempo pasado —dice, y sigue su camino".

"Dos guardas nuevos charlan en el pasillo; da la impresión de que cada semana hay carceleros nuevos, recién contratados, ninguno dura mucho.
—Llevé a mi hijo al zoo de mascotas —dice uno.
—Chist —dice el otro—, no hables de eso aquí, se hacen una paja con lo que decimos".

"Es tan fácil espiar cuando nadie piensa que tú miras".

"—¿Cómo te llamas? —le pregunta. Hasta ahora su nombre no ha tenido importancia, e incluso ahora sólo presta un título a la cosa.
(...)
En situaciones como ésta, cuando por fin tienes el nombre, tienes también el corazón, el alma".

"Henry me ve trabajando y se ríe.
—Un escritor asiduo —dice—. ¿Ficción o no? ¿Memorias? ¿Salgo yo?
—Tachado —digo".

"Ella llega, no dice hola, sino ¿estás listo?
Hola es una palabra que va acompañada de rubor, un arrebol de timidez. No es absolutamente necesaria, y como tal se suprime".

"—Tienes rojo en la nariz —dice—. Una gota de rosa en la mejilla.
Sonríe, se ríe y me lame la sangre de la cara.
—El sabor de la vida —digo".

"Amor. Sólo me ha venido ahora, en este momento. Amor. Estoy enamorado. No se lo digas a ella. No se lo digas a nadie. Te lo digo a ti, solamente a ti. Nunca se lo digas a ellos, o sólo en última instancia. Es la clase de cosa, la cosa exactamente, que uno no quiere que sepan. Se aprovechan. Admitirlo es reconocer que uno es débil, vulnerable, fácil de herir".

"¿Qué le gusta de las chicas?, escribe.
Sus secretos".

"Sé quién eres y sé lo que hiciste.
Una pausa. Un silencio. No sé muy bien qué responder. Vuelvo a leerlo. Sé quién eres y sé lo que hiciste".

"¿Qué hace que un hombre se convierta en hombre convertido en asesino? Es la historia que has estado esperando. ¿Qué hace que un hombre se convierta en hombre convertido en asesino? Una chica".

"—¿Has querido a alguien más?
—Sólo a ti".

"—¿Te parezco atractiva? —pregunta.
—Sin ninguna duda.
—¿Me deseas?
—Sin descanso.
—¿Qué parte de mí es la que más te gusta?
—La totalidad.
—¿Mis pechos?
Apunta con sus capullos hacia mí y lo único que se me ocurre pensar es en esas flores que salpican agua al ojo de un idiota. Instintivamente me escabullo.
—No —digo.
—¿Pero no tengo unos pechos bonitos?
—Tu pregunta era qué parte me gusta más.
Asiente.
—Tu sonrisa oculta".

"—Te quiero —dice él—. No te lo he dicho porque creí que te daría asco.
—Todos amamos algo alguna vez —dice ella, en su primer intento de ser filosófica—. Por ahí se empieza".





A.M. Homes

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