"En el momento en que entraba en el vivero, le sonó el teléfono.
—Hoy todo el mundo se ha levantado temprano —contestó mientras aparcaba.
—¿Cuántas veces tengo que decirte que yo no soy todo el mundo? —refunfuñó Angela.
—Todo el mundo es todo el mundo. Si se dice así, es por algo.
—Si se dice así, es porque ellos se pasan el tiempo haciendo cosas estúpidas mientras nosotros (que no somos todo el mundo) nos reímos de ellos y así nos sentimos superiores".
"—¿Por qué estás levantada?
—Las gallinas. Por qué va a ser.
—Claro. Las gallinas son la causa de todo; cualquier día mandarán ellas".
"Aplicó el pulpejo del pulgar derecho a una de las espinas de la rosa (este, junto con «corona de», era uno de los dos pretendidos chistes que la gente hacía a expensas de su apellido, sin provocar más risas que las del propio chistoso) y apretó despacio, pero con firmeza. La espina le atravesó la piel y, en la prontitud de la gota de sangre que brotaba, Adam vio… … todo un mundo, fugaz como un jadeo, de árboles y verdor, de agua y montes, de una figura que lo seguía en la oscuridad, de errores cometidos, de pérdida, de pesar…".
"—La muerte no es el fin —dice en voz alta".
"Durante cuarenta y cinco minutos o una hora, incluso una hora y media, el mundo era suyo y él, el único habitante. Bienaventurada, maravillosa, casi sagrada soledad".
"—¿Te encuentras bien, muchacho? —El viejo que se había fabricado su propia bici lo había alcanzado.
Adam se quitó un auricular.
—Mal de amores, nada más.
—¿Me permites un consejo? —El hombre no se detuvo, siguió pedaleando despacio—. Whisky. A litros".
"—¿De veras me amas? —le había preguntado Enzo, un momento antes de besarse, con una sonrisa medio incrédula, medio intrigada, en aquel rostro suyo tan hermoso.
¿Y por qué no? Era muchísimo más fácil ser objeto de amor que tener que llevar a cabo la complicada tarea de amar".
"Es ella quien da un paso hacia él, tomando la mano que el hombre le ofrece y estrechándola con las suyas. Él boquea, asombrado por el contacto físico. Ahora ella puede olerle: un toque de piel sin lavar, pobreza, extrema soledad".
"Cuando eras tan guapo, todo el mundo suponía que podías comerte el mundo, tanto es así que nadie se molestaba realmente en enseñarte cómo hacer las cosas. De todas las maldiciones, la belleza física era sin duda la mejor que podía tocarte; pero no dejaba de ser una maldición".
"—Sería más sencillo si subieras a la camioneta.
—Marty…
—Voy a ser padre.
Adam pestañeó. Lo mismo hicieron el caballo y la cabra que siempre lo acompañaba. Era una frase tan incongruente que Adam la malinterpretó.
—¿Te conviertes al catolicismo?
Marty casi se sobresaltó; luego hizo un gesto de impaciencia.
—No me refiero a esa clase de padre —dijo".
"—Se llama Felice —dijo, sonriendo para sí—. Quiere decir «feliz».
—Ah —repuso Adam con cara de póquer—, entonces se acabaron los problemas. ¿De qué signo es?".
"—¿Y qué quieres de mí? —le preguntó Adam—, ¿que te dé la enhorabuena? Pues ya la tienes. Aunque solo haya visto una foto de ella y me haya enterado de su existencia hace unos treinta segundos, me alegro por vosotros".
"Tal vez el amor lo volvía a uno imbécil.
O la soledad".
"—Entras aquí —dijo su jefe, pasando por alto la pregunta—, luciendo ese culito carnoso que tienes, meneándolo delante de mis narices como una cerda en celo, incitándome a que te meta mano…
—¿Estás quedándote conmigo…?
—¡Y encima esto! —Le pasó algo raro en la voz, y Adam tardó un momento en darse cuenta de que Wade intentaba reírse—. Has malinterpretado adrede una conversación de trabajo para hacer que parezca… —Se enjugó con un dedo el sudor del bigote— qué sé yo.
Como si estuviera tirándote los tejos, o algo.
—Wade, te veo la erección.
—¡No seas guarro! —La mano de Wade voló a su entrepierna—. Y ahora intentarás colarme que unas cuantas bromas, que ha habido siempre entre nosotros, te inducen de alguna manera a pensar que yo…
—Como me reduzcas las horas de trabajo, hablo con recursos humanos.
La cara de Wade se endureció de pronto, fue como si una cámara se hubiera acercado a un nido de avispas.
—Demasiado tarde, vaquero. Estás despedido".
"—Yo creo que habríamos ligado y nos habríamos casado y habríamos engendrado hijos de estatura media. Para divorciarnos un tiempo después al darte tú cuenta de que eras gay.
—¿Yo siempre soy gay?
—En todos los universos posibles.
—Vale, lo pillo. ¿Y tú siempre eres bajita?
—Salvo en los universos en los que soy Beyoncé.
—Bueno, en ciertos universos, todos somos Beyoncé".
"—(...)Nunca pierdas la oportunidad de besar a alguien. No hay cosa de la que uno se arrepienta más".
"—Nada tan grave como para no enamorarme de ti —dijo Linus.
Adam se pasó la lengua por los labios para sentir el ligero sabor a café que Linus le dejaba siempre.
—Yo también te quiero —dijo".
"—Linus…
—Ah, y tampoco elegimos las personas a las que queremos. No es culpa nuestra si se comportan como capullos integrales".
"—¿Cómo lo haces?
—¿El qué?
—Concentrarte en dos cosas a la vez.
Linus se inclinó torpemente para besarle en los labios.
—Solo estoy concentrado en una, Adam".
"—Te quiero —dijo Adam. Se lo dijo a Linus.
Linus le guiñó el ojo con gesto travieso.
—Decirlo en pleno acto sexual no cuenta. —Pero entonces reparó en las lágrimas en los ojos de Adam y, con dulzura, se las enjugó—. ¿Adam?
—No me dejes sin haberme amado —repuso Adam y, abrumado de vergüenza, lloró un poco más".
"Su padre le miró ahora a los ojos.
—¿Sabes lo mucho que rezamos por ti, Adam?, ¿por tu curación?
—Yo no necesito curarme.
—Todos lo necesitamos.
—No necesito esa clase de curación. Ni yo ni nadie. En serio, papá,
¿sabes en qué año vivimos?
—Que los tiempos estén desquiciados no significa que yo tenga que seguir la corriente".
"—No te muevas, por favor.
Angela le pellizcó un brazo. Con suavidad.
—Ni siquiera con todo el océano de por medio y en otro continente.
—Ni siquiera —concedió él.
—Ni siquiera hasta el fin del mundo".
"—Deseo quererte —añadió—. Si me dejas".
"—Aquí abandoné el lago —dice.
—Lo sé, mi reina.
—Aquí es donde empiezo a morir.
—Solo una parte de ti".
Patrick Ness
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