"Nos despertamos en medio de la oscuridad, sin saber nada de lo que sabíamos.
¿Dónde estamos, qué ocurre? Por un momento, no recordamos nada.
Ignoramos si somos niños o adultos, hombres o mujeres, culpables o inocentes.
¿Estas tinieblas son las de la noche o las de un calabozo?".
"Con más agudeza aún, ya que se trata del único equipaje que tenemos, sabemos lo siguiente: estamos vivos. Nunca lo estuvimos tanto: sólo estamos vivos. ¿En qué consiste la vida en esta fracción de segundo durante la cual tenemos el raro privilegio de carecer de identidad? En esto: tener miedo".
"Somos el bebé que conoce el lenguaje. Con una palabra podemos expresar este innombrable descubrimiento del propio nacimiento: nos sentimos propulsados hacia el terror de lo vivo.
Durante este lapso de pura angustia, ni siquiera recordamos que al salir de un sueño pueden producirse fenómenos semejantes. Nos levantamos, buscamos la puerta, nos sentimos perdidos, como en un hotel.
Luego, en un destello, los recuerdos se reintegran al cuerpo y nos devuelven lo que nos hace las veces de alma. Nos sentimos tranquilizados y decepcionados: así que somos eso, sólo eso".
"Por lo demás, las cosas no marchaban bien. La vida se había convertido en la muerte".
"Uno nunca es tan feliz como cuando encuentra el medio de perderse".
"El oído es un punto débil. A la ausencia de párpado hay que sumarle una deficiencia: uno siempre escucha lo que no desearía oír, pero no oye lo que necesita escuchar. Todo el mundo es duro de oído, incluso los que lo tienen finísimo. La música también tiene como función creer que domina el más desastroso de los sentidos".
"Lo que tenía que ocurrir ocurrió: atropellé a un anciano. Nada serio".
"Me encontré sin sexo y sin empleo: demasiadas amputaciones para un solo hombre".
"De noche, lo pillé delante del inmueble en el que iba a reunirse con su amante. Le agujereé la cabeza con dos balas en menos que canta un gallo. Fue entonces cuando se produjo el milagro".
"—A veces tengo la impresión de que no tienes a nadie con quien hablar —se lamentaba.
—Los clientes no son muy habladores, ¿sabes?".
"Las únicas chicas que inspiran un amor incurable son aquellas que han conservado la increíble complejidad de lo real. Existen en una proporción de una entre un millón".
"Algunos son bastante desafortunados a la hora de encontrar el amor de su vida, el escritor de su vida, el filósofo de su vida, etc. Sabemos en qué clase de viejos chochos no tardan en convertirse.
Me había ocurrido algo peor: había encontrado la música de mi vida".
"¿En la actualidad, qué es una relación humana? Mortifica por su pobreza. Cuando ves lo que hoy denominamos con el bonito nombre de «encuentro», se te cae el alma a los pies. Conocer a alguien debería constituir un acontecimiento.
Debería conmover tanto como cuando, después de cuarenta años de soledad, un ermitaño ve a un anacoreta en el horizonte de su desierto".
Amelie Nothomb
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