"—¡Por favor! —rogó Neil, como el crío de cinco años que era—. Tendré cuidado. Cindy sonrió a su hermano pequeño. —Tú no sabes lo que significa esa palabra. Neil frunció el ceño. —¿Qué palabra? —Cuidado, tonto". "Le hubiera gustado que su padre estuviese vivo para acompañarlos en sus paseos. Sí, que estuviese vivo". "El océano es una dama, amable con todas las personas. Pero si olvidas su terrible humor, sus aguas frías, las montañas que forman sus olas, entonces puedes caer en una tumba de heladas sombras, donde de alimento a los peces servirás. El océano es una princesa amable y hermosa. Pero si te aventuras en las profundidades, en los dominios de las sombras Entonces te despertarás en una tumba horrorosa, donde de alimento a los tiburones servirás". "—¡Neil! —gritó Cindy. El viento continuaba aullando y el gritó de la niña se perdió en la inmensidad del cruel mar. Nadie la oyó. Nadie acudió en su ayuda". "—No es que piense que sea verdad… —En este pueblo no conviene pensar demasiado —replicó Sally—. A veces tienes que confiar en la intuición". "—¿Cómo hemos pasado de hablar de Fantasville a mi vida privada? —¿Qué vida privada? —objetó Sally—. Tú no tienes vida privada. No tienes novia… —Sólo tengo doce años —argumento Adam. No me hace falta ninguna novia. —Es verdad —suspiró Sally.— Espera a tener dieciocho. Deja que la vida pase de largo. Desperdicia tus mejores años". "—Genial. Ríndete antes de intentarlo". "Watch tenía razón era muy guapa. Tenía el pelo largo y rubio: casi le llegaba a la cintura. Los ojos eran grandes y azules. A Adam le recordaron el color del cielo cuando amanece". "—Parece estar muy triste. Watch asintió. —Igual que una flor que ha sido pisoteada. —Sí, como una hermosa rosa se marchita —añadió Adam, al que de repente le entró la vena poética". "—¡Un momento! —protestó Sally—. ¿No se estarán enamorando de ella? —El amor es solo una emoción que solo conozco por mis lecturas —dijo Watch. —Es la primera vez que la veo —dijo Adam.— ¿Cómo voy a estar enamorado? —Ya ves, tú me gustaste desde el primer momento en que te vi —señalo Sally". "Estaba a punto de dar el primer paso cuando una mano e tocó el brazo. Era Cindy. Su rostro mostraba preocupación. Por segunda vez en ese día encontró sus ojos azules, muy bellos, tanto como su brillante pelo rubio iluminado por el sol". "—Hola, ¿hay alguien aquí? Sólo le contestó el eco de su voz: Hola ¿hay alguien aquí?… aquí… aquí… Cada repetición era más estridente que la anterior más fantasmal. … Aquí… aquí… aquí … De hecho, sonaba como si un fantasma le respondiera. Y no e estaba dando la bienvenida a su morada; no era un fantasma amistoso. Vete de aquí. Vete de aquí. Adam sintió un escalofrío. Vete de aquí. Vete de aquí". "—¿Y qué haremos si aparece un tiburón? —soltó Adam. —Rezar —intervino Sally. —Ir hacia el fondo —la contradijo Watch.— Y rezar". "—¡Pero qué dices! —gritó Sally—. Se suponía que debías cuidar de Adam. —Lo siento —dijo Watch. —¡Lo sientes! —exclamó Sally—. ¡Acabas de dejar morir al chico de mi vida! —La vida es muy larga —contestó Watch.— Con el tiempo, podrías conocer a otro que te gustara". "—Los fantasmas a veces son una compañía agradable —dijo Watch.— Recuerda a Casper. Era un tío muy majo. —Casper era un quejica —dijo Sally.— Siempre se estaba lamentando de estar muerto. Tendría que haber vivido un par de semanas en Fantasville y ver por lo que nosotros estamos pasando. Ya verías que pronto dejaba de quejarse". "—No te sueltes —gritó Cindy. —Esta chica sabe dar consejos —dijo Sally sarcásticamente". "—¿Te están atacando? —preguntó Sally. —No tranquila. No me pasa nada —dijo Adam. —No le pasa nada —le dijo Sally a los otros.— Se ha meado en los pantalones, pero no le pasa nada".
"Si quería buscar malos presagios, el hecho de haber dejado en casa dos cadáveres sin enterrar era peor suerte que cruzarse con un funeral". "Cercano ya a los cuarenta años, sintió que le invadía un calor juvenil, y permaneció en pie sobre la mesa contemplando largamente el altar". "—¿Y es por eso que tiene animales? —Con los animales es diferente. He de tener a mi alrededor algo vivo y dinámico". "—¿Otro pájaro? —se lamentaba la criada. —Tendrías que estar contenta. No es un precio demasiado alto por hacerme feliz cuatro o cinco días". "Como si no conviniera que los otros vieran el cadáver, lo sacó y, sin decírselo a la criada, lo tiró al cubo de la basura. «Una horrible especie de asesinato», pensó". "—Si ha de hacer tales distinciones, ¿por qué vive con pájaros y animales? Hay un buen objeto para sustituirles llamado ser humano".
"La familia de la casa verde tenía tres o cuatro alondras. Probablemente se habían deshecho de una que no quería cantar. El impulso piadoso le abandonó con rapidez; no tenía objeto quedarse con un pájaro que había sido desechado como si fuera basura". "El amor hacia pájaros y animales se convierte en una búsqueda de los superiores, y de este modo la crueldad echa raíces". "En su soledad, llegó a su arbitraria conclusión: no le gustaba la gente". "Maridos y esposas, padres e hijos, hermanos y hermanas: los vínculos no se rompían con facilidad ni siquiera con la persona menos satisfactoria. Había que resignarse a vivir con ellos. Y todo el mundo poseía lo que se llama un ego". "—¿Es cierto que se pierde la capacidad de sentir cuando estás en este negocio? —Suele ocurrir, pero si encuentras a un hombre que te guste… y no puedes llamarlo negocio cuando tienes dos o tres hombres fijos". "La fresca dulzura del nacimiento de una nueva vida invadió su ser, y sintió el deseo de salir a pasear". "Un hombre se siente atraído hacia una mujer parecida a su madre, ama a una mujer que se parezca a su primera novia y desea casarse con una mujer que sea como su difunta esposa. ¿Acaso no es lo mismo con los pájaros y animales?". "—Pero puedo salvarlos, si quiero. —Sería mejor dejarles morir. —¿Ah, sí? Sintió una repentina pérdida de fuerzas, como si fuera a desmayarse. Subió a su despacho y, después de colocar la jaula al sol, ante la ventana, contempló morir a los reyezuelos con mirada ausente". "Un hombre joven estaba maquillando a Chikako. En el rostro blanco e inmóvil, totalmente entregado al hombre, los ojos estaban cerrados, el mentón algo levantado; los labios, las cejas y las pestañas aún no habían sido pintados. Era el rostro de una muñeca sin vida, un rostro muerto". "—Dicen que pataleas contra la falda. Átame muy fuerte las piernas. Al atar sus piernas con un cordel fino, se sorprendió de nuevo ante su belleza. Pensó: «Dirán que he muerto con una mujer hermosa»". "En el fondo de su corazón sabía que ocurriera lo que ocurriese, debía conservar a esta mujer".
"—Tal vez se parezca a un anillo de perdida, pero no me importa. Lo llevo, y cuando me lo quito es como si estuviera abandonando a mi madre". "Probablemente no me estaba asegurando de la presencia del brazo sino de mi propia felicidad". "Y en la redondez del brazo yo podía sentir sus piernas mientras caminaba. Las movería grácilmente, como un pájaro pequeño o una mariposa trasladándose de flor en flor. Habría la misma melodía sutil en la punta de su lengua cuando besara". "Mi corazón desbocado me causaba vértigo, y sabía que tendría la mano caliente. Quería que el calor permaneciera así, pues era el calor de la propia muchacha. Y la fresca sensación que había en mi mano me comunicaba el placer del brazo. Era como sus pechos, aún no tocados por un hombre". "En una noche así podía haber ángeles y fantasmas por la calle, protegiendo a las mujeres". "Como no soy zurdo, tuve cierta dificultad en abrir la puerta. Cuanto más lo intentaba, más temblaba mi mano, como si estuviera dominada por el terror que sigue a un crimen. Algo estaría esperándome dentro de la habitación, una habitación donde vivía solo; ¿y no era la soledad una presencia?". "—¿Tienes miedo de algo? —Pareció decir el brazo—. ¿Hay algo aquí dentro? —¿Crees que puede haberlo? —Percibo cierto olor. —¿Olor? Debe ser el tuyo. ¿No ves rastros de mi sombra allí arriba, en la oscuridad? Mira con atención. Quizá mi sombra esperara mi regreso". "—De modo que aquí es donde pasaremos la noche. Estaré muy quieto. —¿Ah, sí? —Permaneceré a tu lado y no a tu lado". "Cada día y cada noche las energías de la muchacha se dedicaban a dar brillo a esta belleza trágica. Penetraba mi soledad. Tal vez mi soledad, mi anhelo, la transformaba en rocío". "Era natural que por esta razón yo deseara aún más tocar las yemas de sus dedos, pero me contuve. Mi soledad me contuvo. Era una mujer en cuyo cuerpo no se podía esperar que quedasen muchos lugares sensibles". "—¿Puedo? —Por favor. Oí el permiso concedido y me pregunté si lo aceptaría. —Dilo otra vez. Di «por favor». —Por favor, por favor. Me acordé. Era como la voz de una mujer que había decidido entregarse a mí, no tan hermosa como la muchacha que me había prestado el brazo. Tal vez existía algo extraño en ella. —Por favor —me había dicho, mirándome. Yo puse los dedos sobre sus párpados y los cerré. Su voz temblaba—. «Jesús lloró. Entonces dijeron los judíos: “¡Mirad cuánto la amaba!”»". "Aunque creo comprender lo que siente una mujer cuando se entrega a un hombre, sigue habiendo en el acto algo inexplicable. ¿Qué es para ella? ¿Por qué ha de desearlo, por qué ha de tomar la iniciativa? Jamás pude aceptar realmente la entrega, aun sabiendo que el cuerpo de toda mujer está hecho para ella". "—Vámonos a la cama. Nosotros también. Daba la impresión de que nadie más en el mundo estaba levantado. Estar levantado era el terror". "Los dedos entrelazados con los míos bajo la manta adquirieron más calor; y el hecho de que no se hubieran calentado a mi propia temperatura me comunicó la más serena de las sensaciones". "En la muñeca de la muchacha había un pulso delicado. Reposaba sobre mi corazón, de forma que los dos pulsos sonaban uno contra otro. El suyo era al principio un poco más lento que el mío, y al poco rato coincidieron". "Con una exclamación de alarma lo recogí y apreté con fuerza contra mi pecho. Lo abracé como se abraza a un niño pequeño a quien la vida está abandonando. Llevé los dedos a mis labios".
Mister: ´´Sí embocás uno, paseo al perro durante una semana seguida...´´. Vivían juntos. Y tenían un perro. El perro , en realidad, era del otro". "Rafael comentó —cuando el Uruguayo preparaba la picada en la cocina— que el perro reaccionaría igual, lo llamaron por el nombre que lo llamasen. ´´Candome´´... Y el perro venía. ´´Quiniela´´... Y el perro venía. ´´Boca junior´´... Y el perro venía. ´´Primero de Mayo´´... Y el perro venía". "—Uruguayo, ¿puede venir a atender las mesas el próximo sábado al club, que hay asado y después baile? —le preguntó uno de la comisión directiva un domingo por la tarde en la tribuna, durante el transcurso de un partido. —No, me parece que no voy a poder. —¿Por?... —¡Y quién va a pasear al perro!". "Yo no decido nada... para mí va ser más difícil... todo habrá terminado en unos minutos para vos... yo quedo acá, tengo que seguir... con mis pensamientos... y mis recuerdos... y mi pena...". "Las palabras son sólo un eco. Innecesario. Cuando son eco. Y cuando no son eco de algo, tampoco sirven de nada". Miss Perkins: "Tenemos suficiente para alejarnos de este enjambre de seres que nada comprenden y nada aportan, de esta jungla irremisible, y tomar una casa en el campo, tú y yo solos, y disfrutar nuestros últimos años respirando aire puro y en contacto con las cosas bellas de la naturaleza". "No somos eternos, Max. Yo me miro en el espejo todas las mañanas y debo reconocer las huellas del tiempo... Y lo mismo ocurre contigo; no es ninguna novedad que estás perdiendo la vista gradualmente...". LSD: "—El último par de medias nacionales —me dijo súbitamente serio una noche que se quedó a dormir en el bulín—. No me queda mucho: el jetra gris, un pullover, algún lengue. Cuando hayamos gastado todo y repuesto todo por algo made acá, probablemente también habremos cambiado de alma sin habernos dado cuenta". "Yo no soy de los que viven de segunda para poder morir de primera". "La encontró tirada una madrugada en el zaguán vecino. Catorce años. A las dos semanas estaba entregado. Pero loco de la vida. Hablaba de ella en plena calle a grito pelado y largaba risotadas incalificables, y la gente lo miraba y él decía qué carajo me importa si yo soy feliz". Uncle Sam: "Tenía ese extraño poder para de pronto aislarse, estuviera, donde estuviese y lo rodeara quien lo rodease, y que a pesar de estar aparentemente allí yo sabía que se encontraba a una distancia enorme". "—Voy a presentarme —dijo Cacho. Breve, seco,económico. —¿Como voluntario? —¡Qué como voluntario! Voy porque me citaron. —Hay un convenio que firmó Sarmiento, por el cual... —Déjalo a Sarmiento tranquilo. Voy porque debo ir. —¡Vos estás loco!". Gil: "—Además... está la carta. —¿Qué carta? —No sé que carta. ¡Ese es el problema!". James Bond: "—Vos sí que sos pipiolo del año del coro!.... (Sé que como traductor no me las podría rebuscar en la vida. Pero era más o menos como sonaba. O lo que venía a significar)". Weekend: "Cuanto mayor es el poder que un hombre alcanza, tanto mayor es su miedo. Frase. Ni mejor ni peor que las otras. Como la cerveza. Ni mejor ni peor". 42: "—La vida es una sola, muchachos —repetía Beto—. Y está acá para disfrutarla y sacarle el jugo. Y si no la gozas ahora que sos joven, mejor encerrate en un convento o en un escobería. ¡Ser feliz, esa es la única filosofía!". "—¿Qué pasó? —¡Era un macho! —¿Qué...? —Era un macho, flaco... ¡un macho! —No... —Viéndolo ahí desnudo en mi cama, todavía con el corpiño puesto la pintura corrida, mirándome asustado... ¡pensé que iba a vomitarle encima! —¿Dijo algo? —"No hagas caso de esa porquería... es un ratoncito sin importancia..." Ratoncito. ¡Era un gato! Le llegaba hasta la rodilla!".
"Y en los ahoras y en los puede ser lo llaman vida si no tiene herrumbre yo manejo el deseo con mis riendas". (Paréntesis) "Lo mejor es abrir el corazón y llenar el paréntesis con sueños". (Paréntesis) "Los pájaros escapan como amores y como amores vuelven a encontrarnos son sencillos como las soledades y repetidos como los insomnios". (Paréntesis) "Por ahora el paréntesis prosigue abierto y taciturno como un túnel". (Paréntesis) "O logramos soñar / sólo esperamos que alguien nos sueñe sin puñales". (El después) "De todos modos preparamos la boca por si vuela un beso y si no vuela siempre queda uno que emerge del olvido". (El después) "Aunque está hecho de blanduras el amor es un esqueleto con vértebras / tuétanos / huesitos que permanecen mientras el resto inútil como siempre se va haciendo ceniza". (El después) "Todo está ahí / quiero decir el mundo mundo que cabe en un espejo roto". (Corazón de trapo) "Sí / la patria está allá como está aquí allá diseminada en pedacitos aquí pidiendo que la conservemos en todos los centímetros que somo a". (Pies de patria) "El dolor es un precio / no sabemos el costo inalcanzable de la sabiduría pensamos y pensamos duramente y una pasión extraña nos invade cada vez más tenaz pero más triste". (Resumen) "Resumiendo no somos los que somos ni menos los que fuimos tenemos un desorden en el alma pero vale la pena sostenerla con las manos / los ojos / la memoria tratemos por lo menos de engañarnos como si el buen amor fuera la vida". (Resumen) "Y la felicidad tal vez consista en eso en creer que creemos lo increíble". (Mentiras piadosas) "Mi abecedario de los sentimientos sabe posarse en mis queridos nombres me siento cómodo entre tantas hojas con adverbios que son revelaciones sílabas que me piden un socorro adjetivos que parecen juguetes". (Libros) "Quiero quedarme en medio de los libros en ellos he aprendido a dar mis pasos a convivir con mañas y soplidos vitales a comprender lo que crearon otros y a ser por fin este poco que soy". (Libros) "los años pesan dentro de los ojos dentro de los oídos y del tiempo pesan porque no saben de esta nada y esperan lo que nadie va a brindarles". (Hartura) "La esperanza desnuda es un engaño hay que vestirla con presentimientos con el dolor tranquilo de los hombres y cierta desazón de las muchachas". (Hartura) "A veces dejo de pensar / y pienso casi enseguida porque no soporto sin previo aviso / repentinamente quedarme sin palabras y vacío". (Hartura) "siempre hay un más allá que nos espera en esta madrugada y en la próxima". (Madrugada) "La madrugada es un amanecer el alba en que el futuro nos recibe con lo que merecemos o quién sabe con qué". (Madrugada) "El valor pasa por el corazón y éste le contagia desafíos que asumen el coraje del silencio en donde por lo menos se respira". (Valores) "Desde el anochecer a la alborada de la malevolencia hasta el amor me quedo en el amor por si las moscas". (Tentaciones) "Los jóvenes emigran con su olvido con sus ganas de todo / deshilachadamente cuando llegan allá todo es asombro pero tres días después todo es rutina". (Los que se fueron) "Los jóvenes emigran pero a veces les viene un dolor en el pecho que se llama nostalgia cuando reciben cartas de aquel barrio lejano tienen listo un secante para chupar las [lágrimas". (Los que se fueron) "El pobre mundo seguirá rodando lejos de nuestros párpados caídos habrá hurtos abusos fechorías o sea el espantoso ritmo de las cosas". (Cerrar los ojos) "Con la misericordia no se juega porque en el corazón es donde nace y luego / en un milagro con amores salta de hueco en hueco y no se cansa". (Crepúsculo) "Sabemos que el crepúsculo es efímero siempre hay una noche que lo mata ah pero mientras tanto disfrutemos del manso resplandor de su agonía". (Crepúsculo) "Avanzamos metidos en lo nuestro tu secreto que es mío mi secreto que es tuyo". (Lo nuestro) "Todo lo compartimos en el sueño oscuro con oscuro cuerpo a cuerpo a veces son ternuras del espíritu abrazos con candado". (Lo nuestro) "no sé dónde termina (si termina) y mientras tanto el corazón me quema". (Laberinto) "Hace una semana que estoy de luto se me murió una idea en el papel". (Luto) "Transito en el olvido / sin perdones y el olvido también está de luto". (Luto) "Los olvidos se juntan y acumulan recordaciones / dones / añoranzas que estaban en el pozo de la amnesia ya nunca volverán / son los desdenes que miran desde lejos de infinito a infinito somos sus prisioneros". (Olvidos completos) "La guitarra llegó como un consuelo algo distinto a una carta de amor a un himno de patria a una invención gratuita a un estudio imborrable a un corazón que late". (La guitarra) "Es incómodo sentirse vacío después de haber gozado de algunas plenitudes la pobre vida pasa a ser un hueco y uno tiende a esconderse en un rincón". (Añoranzas) "Pero el misterio es también olvido todo pasa en la noche todo pasa pero yo sé que existo por ahora". (Existir) "Lo que duele un desastre no se olvida la memoria lo guarda bajo llave". (Catástrofe) "Las cicatrices son como dibujos que describen un poco nuestra vida son un secreto que no se revela porque el dolor esconde su tristeza". (Catástrofe) "Cuando la poesía abre sus puertas es como si cambiáramos de mundo". (Cuando la poesía) "Vivir es transitar la oscuridad con ojos que se cierran o se abren lo oscuro por las dudas nos abraza y se convierte en nuestro nuevo hogar". (Como un toldo)
"La desesperación es como un puente que va uniendo el ayer con el mañana todo se extiende / los desesperados sufren lloran se engañan se estremecen". (Desesperación) "La memoria es un lago de recuerdos que a veces nos asedia nos inunda flotan allí pedacitos de suerte que nos miran se asombran nos vigilan". (Peldaños) "Quiero encerrarme en mi insignificancia en la cueva de mi único ser yo minúsculo el breve solo en el universo rodeado del todo o de la nada". (Solo en el universo) "Lo curioso es que cuando me miro en sus ojos es como si me enfrentara con mi alma". (Estaba allí)
Concavidades y convexidades: "Más tarde siempre le recorría las manos pensando en todas sus posibilidades, su boca no pedía besos era todo un reto conseguir". La sorpresa: "Esperaba tras la puerta en absoluto silencio. Ella tenía que llegar. Él iba a sorprenderla. Diez años juntos, era el momento". "Pero Ana no estaba sola. Juan tras la puerta lo vio todo. Apretando con la mano la caja del anillo, esperó y esperó". El sentido de la vida: "No encontraba sentido a la vida, se encontraba semirespirando, semiexistiendo en el vacío inseguro de lo que no es". "Su situación era la de un trapecista que intentaba no caer de la delgada línea algunas veces quebradiza". "No se quería mucho, sabía que no era importante y que los años acabarían corrompiendo lo que consideraba ya podrido. De esta forma desechaba su existencia sin saber muy bien qué hacer con ella". "Siempre supo que las cosas forzadas no eran reales". Noche de bar: "Por un segundo vi unos ojos de un marrón intenso, dueños de un fresco brillar. Y pensó: tengo qué saber quién es". Despedidas vitales: "Mirar por mí, ser por un momento vital, la protagonista de mi respirar. Y en este nuevo mundo no hay sitio para las cosas que no quiero, no hay sitio para ti". Sara y Alberto: "Alberto buscó a otra para poder volver a dormir. Sara encontró a alguien con el que empezar a vivir". Los zafiros: "El tiempo siempre pasa, incluso cuando no nos damos cuenta". Nuestra muerte: "No quedaban libros, no quedaban palabras, no quedaban sonidos, no quedaban miradas, entre tú y yo tan sólo quedaba un mundo, un universo que nos separa alejándonos el del otro". Vaciar el armario: "No se fiaba de su memoria, la memoria está hecha de imagen y niebla. Todo empieza como imagen, pero acaba en niebla". Crónica de la muerte de un corazón: "Cuando te vi por última vez me di cuenta que tras de ti se fue mi existencia. Supe que eras mi vida y mi agonía, mi luz y mi tormento". "Al cabo del tiempo me levanté y me dije a todo pulmón: —No te puedes alimentar de amor, porque él te consume. Una vez sanada la herida, todo acabó". Después de ti: "Cuando te fuiste decidí amputarme el corazón y todavía me sangran las heridas". Margaritas muertas: "Esperó tanto de la vida y esta le dio tan poco que se sentía muerta, acabada". "Ahora era como un saco triste y sin ganas, infructuosa como las yermas margaritas que había dibujado, unas que jamás vivirán".
Esperanza, Primavera eterna Rita Hayworth y la redención de Shawhank: "Así que se fue acumulando el odio hasta ser suficiente para impulsarme a hacer lo que hice. Si tuviera otra oportunidad no volvería a hacerlo, pero no estoy seguro de que eso signifique que estoy rehabilitado". "Le dije: «Bobby, tienes que estar loco para querer tener una colección de monedas en un hotel de piedra lleno de ladrones». Me miró, sonrió y dijo: «Estarán bien seguras, no te preocupes». Y tenía razón". "Pero no lo hago sólo por dinero. ¿Para qué me sirve el dinero? Jamás tendré un Cadillac ni iré a Jamaica a pasar dos semanas en febrero. Lo hago por lo mismo que un buen carnicero te vende sólo carne fresca; tengo una reputación y quiero conservarla". "Las dos únicas cosas que me niego a conseguirle a la gente son armas y drogas duras. No ayudaré a nadie que quiera suicidarse o matar a alguien. Ya tengo en la cabeza asesinato suficiente para toda la vida". "La mayoría de los presidiarios son gente de mala ralea, no son buenos, ni para ellos ni para nadie, y en realidad lo peor que pudo pasarles, ya para empezar, fue que su madre los trajera al mundo".
"Era el tipo de individuo que si hubiera decidido suicidarse no habría dejado ninguna nota, pero sí todos sus asuntos en orden". "Pero explicó su historia como una grabadora, como diciéndole al jurado: «Las cosas son así. Pueden creerme o no». No le creyeron". "Pero aun así… la memoria es algo extraordinariamente subjetivo". "—Y le concedió usted el divorcio de la forma más rápida que se le ocurrió, ¿verdad? La divorció con un revólver del treinta y ocho envuelto en paños de cocina, ¿verdad?". "—¿Se molestaría usted mucho, señor Dufresne, si le dijera que no me parece usted en absoluto una persona que encaje en la tipología del suicida? —No —contestó Andy—. Pero no me parece usted una persona demasiado sensible y dudo muchísimo que, si me sintiera impulsado al suicidio, fuera a explicarle a usted mi problema". "Te conceden la vida, te permiten vivir, y eso es precisamente lo que te impiden, lo que te quitan o te quitan al menos todo cuanto en la vida merece la pena". "—Sí, claro. Comprendo. No tienespor qué preocuparte. —Nunca me preocupo —dije—. En un sitio como éste no ganas ningún beneficio por preocuparte". "Pese a todos los problemas que tenía, seguía adelante con su vida. Hay miles de personas que no lo hacen, o no quieren o no pueden; y además muchas de esas personas no están en la cárcel". "Si esto fuera un cuento de hadas, diría que Andy libró una gran batalla hasta conseguir que le dejaran en paz. Me gustaría poder decirlo; pero no puedo. La cárcel no es un paraíso de color de rosa". "—Ahora me bajaré la cremallera, caballero, y tú tomarás lo que voy a darte para que te lo tragues. Y cuando hayas terminado de tragar lo mío, entonces tragarás lo de Rooster. Me parece que le has partido la nariz y creo que debe recibir alguna compensación. —Te advierto que si me metes algo en la boca, sea lo que sea, te quedarás sin ello. Ernie me contó que Bogs miró a Andy como si estuviera loco". "Vive y deja vivir". "Cuando estás en una olla a presión aprendes a vivir y a dejar vivir, pues de lo contrario alguien puede hacerte una boca nueva encima de la nuez. Aprendes a ser tolerante". "El juramento de un asesino convicto tal vez no tenga mucho valor, pero puedes creer esto: yo no miento". "Hay una lamentable escasez de objetos bellos en el mundo, y lo más lamentable de todo es que la mayoría de las personas no parecen darse cuenta siquiera de ello". "En la cárcel el tiempo transcurre lentamente; hay veces que hasta jurarías que se para, que no pasa; pero pasa". "Tommy le preguntó un par de veces a Andy: «¿Qué hace un tipo tan inteligente como tú en la cárcel?», pregunta que es tosco equivalente de aquello de: «¿Qué hace una chica tan guapa como tú en un sitio como éste?». Pero Andy no era el indicado para decírselo; se limitó a sonreír y procuró cambiar de tema". "—Pero ¿cómo puede ser usted tan obtuso? —dijo Andy, en voz tan baja que Chester casi no le oyó. Pero oyó con toda claridad al director: —¿Cómo? ¿Qué es lo que me ha llamado? —¡Obtuso! —gritó Andy—. ¿O es premeditado?". "—Cuando salga de aquí —dijo Andy al fin—, iré a donde siempre haga calor.—Hablaba con tanta seguridad y calma que cualquiera hubiera creído que sólo le quedaba un mes o así para salir de Shawshank—. ¿Sabes adónde iré, Red? —Ni idea. —Zihuatanejo —lo dijo pronunciando la palabra con una lentitud musical—. Allá abajo, en México. Es un pequeño lugar que queda a unos treinta kilómetros de Playa Azul. Unos ciento sesenta kilómetros al noroeste de Acapulco, en la costa del Pacífico. ¿Sabes lo que dicen los mexicanos del Pacífico? Le dije que no lo sabía. —Dicen que no tiene memoria. Y precisamente por eso, Red, quiero acabar allí mis días. En un lugar cálido y sin memoria". "—¿No te congelaron los bienes? —Estaba acusado de asesinato, Red, no muerto". "—Diablos, ni siquiera tengo un título de bachiller. —Ya lo sé —dijo—. Pero no es una hoja de papel lo que hace a un hombre. Ni la cárcel lo que le deshace". "El escribir agitó más recuerdos de los que yo creía tener. Escribir sobre uno mismo se parece muchísimo a hundir una vara en el agua clara de un río y remover el légamo del fondo". "Tengo la esperanza de que el Pacífico sea tan azul como en mis sueños. Tengo esperanza". Verano de corrupción Alumno aventajado:
"Al padre de Todd le gustaba decir: «Un buen afeitado ilumina la mañana»". "Pero, tal como había observado aquel individuo, Todd era un chico norteamericano y como a tal le habían enseñado que la perseverancia es una virtud". "—Me llamo Denker —dijo el viejo —. No Du-Zander o eso que dices tú. Parece que no puedes leer. Qué lástima. Buenos días. La puerta empezó de nuevo a cerrarse. Todd habló con presteza en el hueco, menor cada vez: —Bergen-Belsen, de enero de 1943 a junio de 1943. Auschwitz, junio de 1943 a junio de 1944, Unterkommandant. Patin…". "A pesar de todo, Todd sintió un chispazo de duda. ¿No estaría equivocado? ¿Habría cometido algún error? Creía que no, pero aquello no era un deber escolar. Aquello era la vida real". "No lo había imaginado así. Pero todo saldría bien. Las cosas se centrarían. Claro que lo harían. Siempre lo hacían". "El falso hogar estaba recubierto de falsos ladrillos".
"—No sé de qué hablas —dijo Dussander. Sobre la televisión había un paquete de Kool sin filtro—. ¿Un cigarrillo? —preguntó, y sonrió. Su sonrisa era horrorosa. —No. Los cigarrillos producen cáncer. Mi padre fumaba y lo dejó. Hizo una cura de desintoxicación. —Claro. —Dussander sacó una cerilla de madera del bolsillo de la bata y la encendió con indiferencia en la caja de plástico del aparato de televisión".
"—Mis padres no creen en las zurras. El castigo corporal causa más problemas de los que soluciona. —Los ojos de Todd centellearon súbitamente—". "—En realidad, me apasiona todo eso de los campos de concentración. —Te… apasiona… Dussander le miraba fijamente, rascándose la barbilla y produciendo un lentísimo sonido de lija. —Apasiona. Ya sabe. Me fascina. Me interesa". "«Llega de repente —había canturreado Bugs Anderson—. Ves algo por vez primera y sabes de inmediato que has encontrado TU GRAN INTERÉS. Es como una llave girando en una cerradura. O como enamorarse por vez primera". "—¿Se enteró? —Claro. Mi papá piensa que los niños deben conocer la vida lo antes posible… lo malo igual que lo bueno. Así estarán preparados para ella. Dice que la vida es un tigre que has de coger por el rabo y que si ignoras la clase de animal que es, te devorará". "—Claro que no. Quiero decir… todas sus fotografías de mi álbum de recortes eran por lo menos de hace treinta años. Quiero decir… estamos en 1974. —¿Tienes un… álbum de recortes?". "Creo que una persona puede hacer cualquier cosa, si se empeña". "Era una copia de la hoja de búsqueda israelí de Kurt Dussander. Con ella en la mano, Dussander pensó en los muertos que no descansan en paz y que se niegan a permanecer enterrados". "La mala suerte atrae a la mala suerte, chico, y la una sigue a la otra como perros a una perra en celo". "¿De qué se trata? ¿Por qué vienes aquí a molestar a un pobre viejo? Puede que, como dices tú, yo fuera nazi en otros tiempos. Hasta puede que incluso fuera SS. Pero ahora soy sólo viejo, y para conseguir hacer de vientre tengo que ponerme un supositorio...". "—Eres un monstruo —dijo al fin, suavemente. Todd inspiró profundamente con la boca cerrada. —Según todos los libros que leí para mi monografía, el monstruo es usted, señor Dussander. No yo. Usted les mandaba a los hornos, no yo". "Las ideas políticas de Dussander no le interesaban mucho más que sus valores y acciones". "Yo solía despertarme y pensar: El trabajo ha de continuar. Sólo así no habrá pruebas de lo que hicimos aquí, o tan pocas, que el mundo, que no desea creerlo, no tenga que hacerlo. Solía pensar: Si vamos a sobrevivir, el trabajo ha de continuar". "—Los uniformes eran de papel —dijo al fin, casi irritado—. Cuando un prisionero moría, el uniforme se recogía si aún podía servir. A veces, un uniforme de papel podía servir para cuarenta prisioneros". "Y, tal como le gustaba decir a Richard, para un niño el mundo era un gran laboratorio. Hay que dejarles investigar y curiosear". "Todd le sonrió. Y, sorprendentemente (y, desde luego, no porque deseara hacerlo), Dussander se sorprendió devolviéndole la sonrisa". "—Será mejor que baje las persianas —dijo confidencialmente. El recelo se pintó de inmediato en el rostro de Dussander. —¿Eh? ¿Por qué? —Bueno… nunca se sabe quién puede estar mirando —dijo Todd, sonriendo—. ¿No es así como se las arregló usted todos estos años? ¿Viendo a quienes podían verle antes de que ellos le vieran a usted?". "El anciano que vivía en decorosa pobreza había desaparecido. Aquél era Dussander. Pero en seguida el temor dejó paso a una hormigueante sensación de poder". "—Está bajo control, maldita sea — murmuró Todd, y luego tensó el muslo lo suficiente para formar un nudo muscular. No estaba bien lo de hablar solo… los locos hablaban solos. Había cogido la costumbre de hacerlo en las últimas seis semanas o así y parecía incapaz de evitarlo. Se había dado cuenta de que algunas personas le miraban de forma extraña por ello". "Hablar solo estaba mal, sí, de acuerdo, pero… —Los sueños tampoco están bien — susurró. Esta vez ni siquiera se oyó". "Estaba sometido a una gran tensión y la gente que está bajo tensión suele hacer cosas raras. Se palpan los testículos a través de los bolsillos de los pantalones, castañetean los dientes…". "Siguió pensando, en silencio. Había estado tan solo… nadie sabría nunca hasta qué punto había estado solo. Algunas veces, había llegado a considerar seriamente el suicidio". "Suponía que él y el chico eran repugnantes, alimentándose el uno del otro de aquella forma, devorándose mutuamente". "—¿Cree que le enviarían a uno de los campos? —preguntó Dick—. ¿A su amigo Hessler? —Hassler —corrigió amablemente Dussander. Adoptó una expresión grave —. A muchos los mandaban a los campos. Los campos… serán la vergüenza del pueblo alemán durante mil años. Son el verdadero legado de Hitler". "—Perfectamente. Pero recuerda que ya he oído muchas de esas historias antes. —¡Todd! —dijo Monica—. ¡Eso no es…! —El chico sólo dice la verdad —dijo Dussander—. Un privilegio de los chicos al que los adultos a menudo han de renunciar". "Lloviznaba y él mantenía el paraguas sobre ambos. Y aun así, su artritis seguía tranquila, dormitando. Era asombroso. —Eres como mi artritis —dijo. —¿Qué? —dijo Todd, alzando la cabeza. —Ni tú ni ella tenéis mucho que decir esta noche". "Dussander pensó que ahora sabía lo que estaba esperando su artritis: estaba esperando que volviera a estar solo. Entonces aparecería de nuevo". "Era cierto que antes de la inesperada llegada del chico el verano pasado hacía mucho tiempo que no tenía pesadillas, pero ahora creía que había llegado a un acuerdo de cobarde con su pasado. Se había obligado a renunciar a una parte de sí mismo. Ahora lo había recuperado". "—Gatito, gatito —llamaba Dussander, y una sonrisa invadió su rostro, una sonrisa agradable, una sonrisa tranquila, la sonrisa de todos los viejos que de una u otra forma han recorrido los crueles caminos de la vida y han llegado hasta un lugar seguro, relativamente ilesos y con cierta cordura al menos". "El gato dejó de aullar y empezó a gritar. Parecía… sí, parecían los gritos de un niñito. Un niñito que soportara dolores fortísimos". "—Querido chico —dijo Dussander, adoptando un aire de paciencia infinita—. Llevo los últimos cinco minutos oyéndote lloriquear y gimotear, y todos tus gimoteos y lamentaciones llevan a la conclusión de que tienes problemas. Pueden descubrirte. Puedes verte en una situación realmente difícil. —Viendo que al fin el chico estaba pendiente de sus palabras, tomó pensativamente un sorbo de bourbon—". "—Supongo que le colgarían —susurró Todd, apretando los puños y bajando la vista hacia ellos—. Fui un loco por mezclarme con usted, en primer lugar. —Sin duda —dijo Dussander, y sonrió; una sonrisa casi imperceptible—. Pero ya lo has hecho. Tenemos que vivir en el presente, chico, no en el pasado…". "Al principio, el chico habría podido hacerse creer; pero ahora el chico estaba destrozado, estaba realmente hecho trizas como una chaqueta que ha llegado realmente al límite de su utilidad". "Y lo peor de todo es el dolor. Dolor, querido chico. No tienes ni la menor idea del infierno por el que están pasando tus padres". "Cuando Todd le miró (sólo un instante antes de bajar la vista y sacar el texto de álgebra de la cartera) Dussander vio el asesinato pintado en los ojos del chico. No asesinato imaginario; asesinato literal. Hacía muchos años que no veía aquella mirada turbia y ardiente, pero era algo que no se olvida nunca". "Tengo que protegerme, pensó, un tanto desconcertado. Uno subestima el propio riesgo". "No era una sonrisa luminosa; era una sonrisa sombría. No era una sonrisa alegre, ni confiada. Era una sonrisa que decía sencillamente: Ya veis lo que pasa, chicos". "—Y si no les encuentran ustedes un hogar adecuado en esos sesenta días, ¿los matan? —Los ponemos a dormir, sí. —Los ponen a… Perdone usted, mi inglés… —Es una ordenanza municipal —dijo Dave—.No podemos dejar que haya jaurías de perros corriendo por las calles. —Les pegan un tiro. —No, les damos gas. Es muy humano. No sienten nada. —Claro —dijo el señor Denker—. Estoy seguro de que no sienten nada". "—Dick, además, tiene pesadillas. —¿Pesadillas? —murmuró él. —Sí, le he oído gemir en sueños dos o tres veces cuando bajo al cuarto de baño por la noche. No quise despertarle. Es una tontería, pero mi abuela solía decir que si despiertas a una persona cuando tiene una pesadilla, puede volverse loca". "—Tu abuela la polaca, ¿no? —Sí, la polaca, la polaca. ¡Vaya un modo de hablar!". "Y, en su caso concreto, seguramente también de mi padre. «No te toques de noche, Todd, o te saldrá pelo en las manos y te quedarás ciego y perderás la memoria y si insistes se te secará y se te caerá. Ten cuidado, Todd…»". "—¿Qué? —preguntó, un poco irritado. —¿No crees que…?, oh, bueno, es igual. Duérmete. —No, venga. Acaba. Me he despertado otra vez. ¿Si no creo qué? —Ese anciano. El señor Denker. ¿No te parece que Todd le está dedicando demasiado tiempo? Tal vez él… oh, no sé… tal vez se dedique a contarle a Todd demasiadas historias. —Los auténticos y terribles horrores —dijo Dick—. El día en que la fábrica de automóviles de Essen quebró —soltó una risilla". "—¿Sabes lo que me dijo? ¿Mi viejo? Que siempre había tenido miedo de envejecer: de asustarse, sufrir y estar solo. De tener que ir al hospital y no ser capaz de valerse por sí mismo. De morir. Me dijo que después del ataque no había vuelto a estar asustado. Dijo que creía que podía morir bien. «¿Quieres decir morir feliz, papá?», «No —me dijo—, no creo que nadie muera feliz, Dickie.» Siempre me llamaba Dickie, aún me llama Dickie, y ésa es otra de las cosas que creo que nunca me gustará. Me dijo que no creía que nadie pueda morir feliz, pero que uno puede morir bien. Y eso me impresionó". "«Le mataré y todo terminará», susurró en la oscuridad; la lluvia canturreaba en el árbol de su ventana y el semen se iba secando sobre su vientre. El susurro hizo que todo cobrara realidad". "—¿Por qué no se va a la mierda de una vez? —estalló Todd. —Querido chico —dijo Dussander, sirviéndose más bourbon y empezando otra vez a reírse—. Estamos los dos hasta el cuello de mierda, ¿o es que acaso no te das cuenta?". "Dussander tenía la boca abierta. Tenía la cara amarillenta. Sus grandes manos colgaban fláccidas sobre los brazos de la mecedora. Parecía muerto. Sintió una oleada de alivio cuando el viejo se estremeció, parpadeó y, por último, se irguió". "No puedo impedirte que te vayas, como no puedo impedir el ser un poco más viejo cada día". "—En el fondo no me agradas. Y nada en el mundo podría hacer que te tuviera simpatía. Impusiste tu presencia. Eres un invitado de piedra en mi casa. Me has hecho abrir criptas que mejor hubieran quedado cerradas porque he descubierto que algunos de los cadáveres estaban enterrados vivos, y que algunos de ellos aún respiran". "Podía sentir la piel cada vez más caliente. Pensó: No lloraré". "Recordaba el ardor y la desesperación de las lágrimas". "Tuvo la impresión de que el mundo se oscurecía. No gritaré. No me desmayaré. Se obligó a recobrarse". "»Pero arruinaría tu vida. Hay archivos… y la gente habla. Oh, sí, la gente siempre habla. Un escándalo tan jugoso no se dejaría marchitar; se le embotella, como el vino. Y, con los años, tu culpabilidad crecería contigo. Y tu silencio se iría haciendo cada vez más grave". "Todd sintió que su cerebro era de cristal transparente y que todas las cosas brillaban en su interior con grandes letras". "—Te he observado muchas veces y he calculado las posibilidades. Te conozco y conozco bastante bien tu carácter (no, no del todo, porque un ser humano nunca puede saber todo lo que hay en el corazón de otro ser humano), pero sé muy poco de lo que haces y a quién ves fuera de esta casa". "Me resulta muy extraño, ¿sabes?… cuanto más viejo se hace uno, menos tiene que perder en cuestiones de vida y muerte… y, sin embargo, uno se vuelve más moderado con la edad". "Dussander se encogió de hombros. —Habrá agua, si ésa es la voluntad de Dios, y la encontraremos, si ésa es la voluntad de Dios, y la beberemos, si ésa es la voluntad de Dios. No está en nuestras manos cambiar los acontecimientos". "Estaba a salvo. Se acabó. Pero no se había acabado". "Uno tenía que abrirse paso en el mundo; y para salir adelante, para triunfar, tenías que conseguirlo por tus propios medios". "En la hora punta, cuando los ocho carriles de la autopista estaban atestados, podría elegir un lugar en aquella pendiente y… bueno… fácilmente podría… ¿Qué? ¿Suicidarse? ¿Destruir todo aquello por lo que había trabajado durante los últimos cuatro años? Vamos, ¿qué? No, señor; no, señora; de eso, nada. Digamos que era una broma. Claro que lo era… pero el impulso persistía". "Un poco de ejercicio le sentaba bien a un anciano. Un poco de ejercicio hacía que uno se sintiera joven". "Estaba asustado casi hasta el punto de ponerse a gimotear. La muerte le había rozado con el borde de su manto. Todavía podría volver a buscarle. Pero no estaba dispuesto a morirse allí abajo. No si podía evitarlo". "—.¡Creí que me había dicho que le había dado un ataque al corazón! —¡La sangre no es mía! —susurró Dussander". "—¡Dussander! —gritó Todd. Sentía un intenso sabor picante en la boca: sabor de adrenalina, sangre ardiente latiendo y miedo—. ¡No se atreva a morírseme ahora, cabrón de mierda!". "Cuatro minutos. Cuatro minutos para hacer lo que quedara por hacer. Cuatro minutos para recordar lo que había olvidado". "—Lydia —le dijo, y volvió a humedecerse los labios. —¿Qué, cariño? —Durante muchos años, he sospechado algo. Ahora ya estoy seguro. —¡Pobrecito mío, Morris! ¿Qué? —Dios no existe, Lydia, Dios no existe —dijo Morris, y se desmayó". "Cosas peores, sí, cosas peores que caer de una escalera y romperse la espalda y que te lleven a un hospital metropolitano limpio y aséptico y te den un valium que borra todos los problemas". "También los crematorios eran peores; los hornos crematorios, que impregnaban el aire del constante olor dulzón de los judíos ardiendo como antorchas invisibles. Los rostros sobrecogidos por el terror de viejos amigos y parientes, caras que se fundían igual que velas goteantes, rostros que parecían desaparecer delante de tus propios ojos: delgados, más delgados, delgadísimos. Y luego, un día no estaban ya, ya se habían ido. ¿Adónde? ¿Adónde se va la llama de la antorcha cuando la apaga el viento frío? ¿Al cielo? ¿Al infierno? Luces en la oscuridad. Candelas al viento". "—Perdona —le dijo, como excusándose. Tenía el cuerpo escayolado y estaba atado a un sistema de cables y poleas—. Me llamo Morris Heisel. Me he roto la columna. —Eso es bastante malo —dijo Todd con seriedad. —¡Huy, bastante malo, dice! Este chico tiene el don de quitar importancia a las cosas". "—No es necesario —dijo Morris—. No hay por qué contestar un comentario descortés. No me conoces de nada. No tiene ningún sentido que te agobie con mis problemas. —«Ningún hombre es una isla completa en sí» —empezó a decir Todd, y Morris se echó a reír". "Recorrió su vientre un dolor intenso; se quedó un rato en el suelo hecho un ovillo, los labios abiertos y tensos en un grito silencioso. El dolor era espantoso, pero borró al fin el incesante desfile de sus pensamientos. Por el momento, al menos". "—Los problemas siempre tienen solución —replicó vagamente Denker, y puso a continuación la televisión con el mando de control remoto". "Las lágrimas empezaron a fluir ahora más abundantes… lágrimas de cólera y espanto, lágrimas cálidas, abrasadoras. Tembló y esperó ansiosamente que llegara la mañana; y la mañana tardó siglos en llegar". "Su padre acabó de cocinar, apagó el gas y se acercó a la mesa. —Poco apetito hoy, ¿eh, Toddito? Vuelve a llamarme así otra vez y te clavo el cuchillo en medio de esa maldita cara… «papito». —No mucho, desde luego". "Todd no había sentido nada de lo que se decía que había que sentir en un momento como aquél. Besarla en los labios era como besar hígado tibio, pero crudo. Sentir la lengua de ella en su boca le hacía pensar sólo en qué tipo de gérmenes le estaría transmitiendo, y hubo momentos en que creyó que podía oler sus empastes: un olor desagradable como a cromo. Y sus pechos eran bolsas de carne. Nada más". "Suponía que aquello era lo que acaba haciendo siempre la gente que se aburre en todos los hoteles de la cadena Holiday de todo el mundo: buscar a algún amigo o pariente olvidado para llamarle por teléfono". "—¿Me recuerda usted? —¿Tendría que recordarle? —La voz de Bowden tenía un tono cauto y Ed sonrió". "Qué forma de hablar, pensó Dussander, ya soñoliento. Los americanos tenían una habilidad especial para el lenguaje: hacían juegos maravillosos con el idioma". "Nunca se es demasiado cuidadoso, chico, como diría el propio Dussander".