lunes, 17 de diciembre de 2018

Citas: Mi amigo el demonio - Carolyn Jess-Cooke


"La gente me mira extrañada cuando les digo que tengo un demonio.
—¿No querrás decir que tienes demonios? —me preguntan—. Como un problema con las drogas o el impulso de apuñalar a tu padre.
Yo les digo que no. Mi demonio se llama Ruen, mide alrededor de un metro sesenta centímetros de altura y lo que más le gusta es Mozart, el tenis de mesa y el pudin de pan y mantequilla".

"«Yo soy tu amigo, Alex».
Entonces todos mis miedos se esfumaron, porque lo que más deseaba en este mundo era tener un amigo".

"Creo que somos amigos. Sólo pensé que no era mi amigo cuando me pidió que hiciera algo. Quiere que haga una cosa muy mala.
Quiere que mate a alguien".

"«Si no le plantas cara, la vida te derriba»".

"A veces, cuando se enfada, Ruen se convierte en el Anciano. Si cuando me haga viejo me parezco a él, me suicidaré, lo digo en serio".

"Algo está ocurriendo abajo.
—¿Qué pasa? —le pregunto a Ruen—. ¿Por qué están hablando de mi madre?
Me mira y levanta una ceja, que parece una oruga.
—Mi querido muchacho, la Muerte acaba de llamar a vuestra puerta".

"—Yo también escribo.
—¿Escribes? —le pregunté—. ¿Historias? ¿Poemas? ¿Un diario?
Al tercer intento, sus ojos se iluminaron.
—Yo también. Creo que cuando escribes las cosas, las ves más claras —dije, mostrándole el cuaderno, aunque él seguía mirando hacia un rincón, inmerso en sus pensamientos".

"«El sarcasmo sólo consigue subrayar la impotencia de uno»".

"Me preguntó:
—¿Cómo es el amor?
Y yo le contesté:
—Tendrás que preguntárselo a una chica.
Pero entonces pensé en mamá y en lo mucho que la quiero, y dije:
—Harías cualquier cosa por la persona que amas.
Entonces me quedé mirándolo fijamente un buen rato y lo comprendí todo.
—Tú quieres a Anya —dije.
—Decididamente no —repuso él.
—Claro que sí —dije riéndome—. Te gusta".

"—Me gustaría contarte más cosas de Ruen, pero creo que tú pensarías que estoy loco y que Ruen sólo está en mi imaginación.
Anya parece sorprendida.
—¿Ruin vive en tu imaginación?
Niego con la cabeza, muy despacio.
—No estoy seguro de dónde vive. Seguramente en el infierno. Pero desde hace mucho tiempo suele vivir casi siempre conmigo.
—¿Desde cuándo, más o menos?
Me encojo de hombros.
—Desde que mi padre murió".

"Querido diario:
Un hombre entra en la consulta del médico con una zanahoria en la nariz, un pepino en una oreja y un plátano en la otra.
—¡Ayúdeme! —le dice al médico—. ¡No sé qué me pasa!
El doctor se queda mirándolo y responde:
—Está claro que usted no come bien".

"La abuela añadió un poco de azúcar al cazo y dijo:
—La memoria es muy extraña, Alex. A veces nos hace daño sin que nos demos cuenta".

"—Me presentaron a la directora de casting antes de que empezara la función —dijo, mientras nos
dirigíamos al bar, muy despacio—. Se llama Roz. Padece de sinusitis.
Alcé la vista y, por su cara, pensé que tía Bev tenía algo realmente importante que decirme.
—¿Sinusitis? ¿Qué es eso?
—Es una enfermedad horrible y asquerosa, como si te hubieran pegado puñetazos en la nariz sin parar durante una semana.
Me quedé horrorizado.
—¿Le diste puñetazos en la nariz a Roz?
—No —dijo, pulsando un botón cuadrado de color plateado que abrió automáticamente las puertas del bar—. Lo que pasa es que su enfermedad está dentro de mi especialidad".

"—¡Vaya! —le digo a Ruen—. ¡Es igual que en Terminator!
Me mira, confundido.
—Espera… ¿Tuviste que enfrentarte también a Satanás? —le pregunto, poniéndome en pie—. ¿Iba montado en un dragón y caían trozos de carbón ardiendo del cielo?
—¿De qué me estás hablando?
—¡De cómo has salvado a mi padre! —grito".

"—Mi querido muchacho, el amor es algo muy humano. Yo no sé nada sobre el amor —dice—. Y, si lo supiera, estaría muy, muy enfadado".

"—¿Qué haces? —grité.
Sin pérdida de tiempo, apretó su rostro contra el mío y dijo:
—Si no te sientas y te quedas quieto haré que tu corazón se pare y morirás.
Dejé de moverme y me senté en el suelo, tieso como un bacalao.
—Muy bien —dijo, sonriendo".

"Alguien me cogió los brazos y Michael gritó:
—¡Se ha ido!
Entonces no había nada salvo oscuridad".






Carolyn Jess-Cooke

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