"Patrick sabía que lo encerrarían, pero siempre le decía que no pasaría nada. Que lo resistiría. Que resistiría cualquier cosa si ella prometía esperarlo".
"Los fantasmas, ahuyentados por la luz del día, volvían por sus fueros durante las horas de oscuridad".
"Los periodistas, mientras tanto, lo bombardeaban con toda clase de preguntas estúpidas:
—¿Qué se siente volver a casa?
—¿Dónde has escondido el dinero, Patrick?
—¿Quién es el fiambre del coche?".
"Y echaba de menos a su querida Eva. No podía soportar la idea de vivir separado de su piel suave, de su dulce sonrisa, de su carne esplendorosa y de su alma cálida. No podía vivir sin ella".
"—Tarde o temprano tendrás que contármelo.
Patrick seguía dándole la espalda.
—¿Contarte qué?
—Pues... ¿Qué te parece si empiezas con Pepper, por ejemplo?
—Muy bien. Yo no maté a Pepper.
—¿Quieres decir que lo mato otra persona?
—Que yo sepa, no.
—¿Se mato él?
—Que yo sepa, no.
—¿Estaba vivo cuando tú desapareciste?
—Creo que sí".
"—¿Dónde esta Clovis?
—En el cielo.
—Me refiero a su cuerpo.
—En mi cabaña, en un congelador.
—¡Por todos los santos, Patrick!".
"—Karl, todo el mundo quiere desaparecer. Antes o después, todo el mundo sueña con irse".
John Grisham
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