"En consecuencia, sin consultarme, le ha dado un nuevo nombre: el parque de las cataratas del Niágara. Según creo, esto es bastante autoritario. Y ya hay un cartel que dice:
NO PISAR EL CÉSPED
Mi vida no es tan feliz como antes".
"Después de todos estos años, veo que estaba errado acerca de Eva al comienzo; es mejor vivir fuera del jardín con ella que dentro sin ella".
"¡Bendita la castaña que nos unió y me enseñó a conocer la bondad de su corazón y la dulzura de su espíritu!".
"Un instinto me dice que la vigilancia eterna es el precio de la supremacía. (Creo que esta frase está muy bien para alguien tan joven como yo)".
"Creo que es un hombre. Nunca había visto a un hombre, pero se parecía a uno, y estoy segura de que eso es lo que es. Descubro que siento más curiosidad por él que por cualquier otro reptil".
"¡Qué felices puede hacernos algo pequeño cuando sentimos que nos lo hemos ganado!".
"Jueves
Mi primera pena. Ayer, él me evitó y pareció desear que no le hablara. Yo no podía creerlo, y hasta pensé que era un error, pues me encanta estar con él, y me encanta oírlo hablar, de modo que ¿cómo puede ser que haya sido tan descortés conmigo cuando yo no había hecho nada? Pero al final parecía cierto, de modo que me alejé y me senté sola en el lugar donde lo vi por primera vez la mañana en que fuimos hechos, cuando yo no sabía lo que él era y me resultaba indiferente; pero ahora era unlugar triste, y cada pequeña cosa me hablaba de él, y mi corazón estaba contrito".
"No entendía bien por qué, pues era un sentimiento nuevo; no lo había experimentado antes y todo era un misterio que yo no podía descifrar".
"Él habla muy poco. Quizá sea porque no es inteligente, y lo sabe y desea ocultarlo. Es una lástima que se sienta así, pues la inteligencia no significa nada; lo valioso se encuentra en el corazón. Me gustaría poder hacerle entender que un corazón bueno y amoroso es una riqueza, y que con eso basta, y que sin ello el intelecto es pobreza".
"En ese caso, creo que disfrutaría mirándola; mejor dicho, estoy seguro, pues me doy cuenta de que es una criatura notablemente atractiva —ágil, esbelta, estilizada, fresca, bien formada, diestra, graciosa—; y una vez, cuando ella estaba de pie, blanca como el mármol, bañada por el sol en un peñasco, con su joven cabeza inclinada hacia atrás y su mano dando sombra a sus ojos, mientras observaba el vuelo de un pájaro en el cielo, reconocí que era bella".
"Martes, miércoles, jueves y hoy: sigo sin verlo. Es mucho tiempo sola; con todo, es mejor estar sola que no ser bienvenida".
"Es mejor comprobar las cosas mediante experimentos reales; así uno sabe, mientras que si uno depende de adivinar, suponer y conjeturar, nunca alcanza el saber".
"Uno no puede descubrir algunas cosas, pero nunca sabrá que no puede adivinando y suponiendo: no, hay que ser paciente y continuar experimentando hasta que se descubre que no es posible descubrir. Y es encantador lograrlo de esa manera, el mundo se vuelve tan interesante. Si no hubiera nada que descubrir, sería aburrido".
"Cuando miro hacia atrás, el jardín me parece un sueño. Era bello, insuperablemente bello, encantadoramente bello; ahora está perdido, y no volveré a verlo".
"Si me pregunto por qué lo amo, encuentro que no lo sé, y en realidad no me importa; de modo que supongo que este tipo de amor no es un producto del razonamiento ni de las estadísticas, como el amor por los reptiles y los animales".
"Entonces, ¿por qué lo amo? Simplemente porque él es masculino, creo.
En el fondo es bueno, y lo quiero por eso, pero podría amarlo si no lo fuera. Aunque me maltratara, lo seguiría amando. Lo sé. Es una cuestión de sexo, creo".
"De modo que pienso que es como dije al principio: que esta clase de amor no es producto de razonamientos ni estadísticas. Sólo llega —nadie sabe de dónde— y no puede explicarse. Tampoco es necesario que lo haga".
"Pero si uno de los dos tiene que partir primero, ruego que sea yo, pues él es fuerte, yo soy débil, y no soy tan necesaria para él como él lo es para mí; la vida sin él no sería vida: ¿cómo podría soportarla?".
"En la tumba de Eva
Adán:
«Dondequiera que ella estuviese, allí estaba el Edén»".
Mark Twain
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