"Estoy convencido de que las decisiones que se toman con el corazón en la mano siempre son las correctas. Y el tiempo demostrará que a los títulos prácticos lanzarme tras los impulsos de mi corazón será… ¡Un error!".
"Todas las desastrosas circunstancias que esperaban para caérseme encima, lejos de aniquilarme, fueron las que me dieron las alas para ser libre".
"De tanto insistir, una y otra vez, en el mismo error, al final llega un día en que alcanzas a mirar en retrospectiva y concluyes que el conjunto de equívocos forma un enorme puzle donde todo encaja".
"La única explicación que se me ocurre es que hay algunas situaciones en que las tripas, la intuición, o como quiera llamársele, toma mucho mejores decisiones que la cabeza. Sobre todo cuando se trata de asuntos que marcarán el curso del resto de tu vida".
"Esos rarísimos momentos en que te encuentras ante la posibilidad de tomar el camino peligroso y te fuerzan a hacerte la pregunta, más bien retórica, esa de: «¿Y qué pasaría sí…?»" .
"Lo que ha quedado no es el recuerdo de una experiencia, sino apenas la extraordinaria sensación que experimentaste al vivirla".
"―Hay algo que tienes que entender ―le explica―, es que en la guerra no puedes prever dónde caerán las bombas, el mundo no funciona así, hermanito, las fábricas se incendian, los aviones se caen, los barcos se hunden y, cuando eso pasa, es mejor que olvides los planes y empieces a improvisar" .
"Porque, más allá de nuestros cuerpos a la deriva, hay un mundo lleno de escalones, pasamanos, tarimas, barreras, vallas, muretes y puertas giratorias esperando a que tropieces para hacerte despertar".
"Ella baila conmigo y lo que hacemos ya no es bailar sino soñar juntos un muy lento sueño que se baila, y acaso nuestro baile es el único sueño que se puede soñar estando de pie, porque sabes que hay allí, a un milímetro de distancia, el aliento y el perfume de la piel de otro cuerpo de ensueño para sostenerte, y las palabras ya no pueden atraparte porque, en la lengua no oficial en que hablan los cuerpos, no hay lugar para ambigüedades, no hay medias tintas; los cuerpos son como los locos, que no pueden evitar decir siempre la verdad".
"―Por más que lo intento nunca doy con quien sea capaz de valorar todo lo que yo tengo aquí dentro…".
"Y basta el roce de esa caricia compasiva que le hago en la cabeza para que su cuerpo mengüe cerrándose sobre sí mismo y sus brazos repten sobre mí.
―Por favor abrázame, abrázame fuerte y no me sueltes…".
"―He conocido a otra chica ―confiesa―. ¡Y qué chica! Sí, tío estoy enamorado, es del Líbano ¿Sabes? Se llama Nahila y me tiene totalmente colado… ¡Te digo que no! Mira, esta vez va en serio, no puedo estar ni un momento sin pensar en ella, y ni siquiera lo sabe ―titubea―, es que no se lo he dicho aún…".
"―¿A qué esperas?… anda, ¡sigue!
―Tú misma acabas de describir lo que es el arte ―explico en enojoso tono didáctico―: un artista es quien toma elementos dispares de la realidad y los dispone todos juntos para formar algo nuevo, algo distinto; algo bello ―declamo―".
"Dentro de cincuenta o sesenta años a nadie le importará qué era lo que se esperaba de mí, tan solo verán al amargado viejo de mierda en que me he convertido a fuerza de haberle dado la espalda a lo que me pedía el corazón" .
"Y mi voz, más ingenua que nunca, celebra: «lo he logrado, lo que estuve buscando todos estos años, lo he conseguido, el diploma… Sí, lo tengo en mis manos ahora mismo.
¡Te lo juro! Y ¿sabes qué? Es de papel grueso, hay que decirlo, de buena calidad, tiene un sello, un par de firmas, en fin, un papel no más grande que un periódico abierto, es un papel. ¿Entiendes lo que quiero decir?» me digo: «¡es solo un puto pedazo de papel!»
«¿Qué dices?» contesta la parte espectadora que hay en mí.
Y a ella le pregunto:
«Y ahora que lo he conseguido: ¿qué hago? ¿Me mato?»
«Pues haces lo que hace todo el mundo. ¡Celebra! Y mañana, pues te buscas una nueva meta que perseguir y ya está.»".
"—Por eso estoy en la calle, ¿sabes? —le dice—. Para no perderme estas cosas. Aquí en la calle es que ves la vida. La ves pasar con lo bueno y lo malo, lo ves todo. No hay más que eso".
"—La gente anda siempre con prisas —dice—, pasa por la calle y no mira a nadie… a lo mejor porque está pendiente de si le cierran las tiendas o porque tiene que ir al médico… No prestan atención porque tienen algo que hacer, quiero decir, algo importante, una cosa que tienen que hacer en ese momento, y a lo mejor, cuando van de camino, justo se cruzan con alguien que valdría la pena conocer… quiero decir, con la persona perfecta".
"Lo bueno de vivir en un mundo donde la mayoría de las opciones que se te ofrecen conducen al desastre, consiste en que cuentas con la plena libertad de hacer lo que te plazca, de decir lo que se te ocurra, de ir al lugar del mundo que te dé la gana, y de vivir de la forma que se te cante, que nada importante se gana, nada se pierde" .
"Y nos miramos durante un instante, dos segundos, tres meses, un minuto, no sé cuánto tiempo, el suficiente para darme cuenta de que la deseo de una manera desesperada y otra vez me siento enfermo" .
"Si el destino no me la trae de vuelta entonces no me va a quedar más opción que ir tras ella".
"Tengo con ella un par de asuntos que arreglar. Aquel beso suyo fue… ¿cómo explicarlo? Pues como recoger la invitación a una partida de ajedrez por correspondencia" .
"Alguien que, con apenas una mirada, sea capaz de abrazarte el alma hasta las lágrimas".
"«¡Lo siento!, ¡lo siento!». Tanto lo repite que me da pena el pobre hombre, me dan ganas de dejarle algo, de darle las gracias, darle ánimos, darle dinero, no sé…".
"—Todo tiene arreglo en esta vida —promete—" .
"«Volveré a buscarla para estar a su lado para siempre, volveré a ella como un hombre nuevo. Ya se lo explicaré algún día y lo entenderá, estoy seguro», pienso, y como ya no puedo aguantarlo más se lo digo todo".
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