"Para mí, amor mío, lo eras todo. Por ti languidecía mi alma. Lo eras todo para mí: una isla verde en el mar, una fuente y un altar adornado de frutas y de flores maravillosas".
"Y de ahí mi suplicio, por cuanto sabía yo aquella mujer jamás me pertenecería y jamás me amaría, y que tal vez yo jamás me acercaría a ella".
"¡Oh, las hermosas jornadas de inefable felicidad en que uníamos nuestras bocas, en que era azul el cielo y grande la esperanza!".
"Desde un tiempo que yo no podía calcular, eso mujer que pasaba cerca de mi sin mirarme jamás, ¡vivía con mis pensamientos!".
"Seguramente lee en mi como en un libro".
"Con ella voy del cielo al infierno tan rápidamente como una onda hertziana".
"Bajo tus zapatos de satén, /bajo tus deliciosos pies de seda, /pongo mi gran alegría /mi genio y mi destino".
"No le contesté. ¿Qué habría podido decirle? ¿Que para mí no había vida más que junto a ella?
Mi corazón tumultoso me ahogaba".
"Es un secreto, ¡el secreto de su corazón!, como dicen las novelas... Es una novela, si. Y yo no soy personaje de su novela, ni intereso a su corazón".
"Paso los días guardando luto por mis últimas ilusiones y mi loco amor...
Esta última e insípida frase me exalta el corazón".
"Yo nunca había sido tan feliz. Estábamos sentados uno junto al otro. Una misma ternura nos tenía silenciosos, volaban mis pensamientos".
"Cada casa, como cada corazón, tiene su misterio".
"Y de ahí mi suplicio, por cuanto sabía yo aquella mujer jamás me pertenecería y jamás me amaría, y que tal vez yo jamás me acercaría a ella".
"¡Oh, las hermosas jornadas de inefable felicidad en que uníamos nuestras bocas, en que era azul el cielo y grande la esperanza!".
"Desde un tiempo que yo no podía calcular, eso mujer que pasaba cerca de mi sin mirarme jamás, ¡vivía con mis pensamientos!".
"Seguramente lee en mi como en un libro".
"Con ella voy del cielo al infierno tan rápidamente como una onda hertziana".
"Bajo tus zapatos de satén, /bajo tus deliciosos pies de seda, /pongo mi gran alegría /mi genio y mi destino".
"No le contesté. ¿Qué habría podido decirle? ¿Que para mí no había vida más que junto a ella?
Mi corazón tumultoso me ahogaba".
"Es un secreto, ¡el secreto de su corazón!, como dicen las novelas... Es una novela, si. Y yo no soy personaje de su novela, ni intereso a su corazón".
"Paso los días guardando luto por mis últimas ilusiones y mi loco amor...
Esta última e insípida frase me exalta el corazón".
"Yo nunca había sido tan feliz. Estábamos sentados uno junto al otro. Una misma ternura nos tenía silenciosos, volaban mis pensamientos".
"Cada casa, como cada corazón, tiene su misterio".
Gaston Leroux
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