Día de difuntos:
"CUANDO LLEGUÉ AL tanatorio, encontré a mi madre enlutada en las escaleras.
—Pero mamá, tú estás muerta.
—Tú también, mi niño.
Y nos abrazamos desconsolados".
La casa de reposo:
"LA MADRE SUPERIORA miró hacia el cielo como buscando una señal divina, y en sus ojos desvelados de oraciones reverberó cristalina una lágrima.
—¿Y dice usted que el viejo profesor se niega a ir a misa, hermana?
—Así es, reverenda. Y maldice y ofende a María Santísima.
—No importa, hermana. Llévelo entonces a dar un paseo por el huerto.
—Sí, reverenda.
—Hermana…
—¿Sí, reverenda?
—Que parezca un accidente".
Fernando Iwasaki
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