martes, 9 de enero de 2018

Citas: Siempre el mismo día - David Nicholls

"Supongo que lo importante es aportar algo dijo ella. Cambiar las cosas, vaya.
¿En qué sentido, el de «cambiar el mundo»?
No, todo el mundo no, sólo la pequeña parte que te rodea".

"Viajar suspiró ella. Qué previsible.
¿Qué tiene de malo viajar?
Dirás huir de la realidad".

"Cuarenta años, o por ahí. ¿Tú qué quieres ser a los cuarenta?
¿Cuarenta? Por lo visto a él también se le resistía el conceptoNi idea. ¿Puedo decir «rico»?
Muy, pero que muy superficial.
Bueno, pues «famoso». Le empezó a acariciar el cuello con los labios. Un poco morboso, todo esto, ¿no?
No, morboso no..., emocionante.
¡Emocionante!".

"Emma Morley, «apuesto» le parecía una palabra tonta, decimonónica, pero a decir verdad no había ninguna otra, salvo «bello», quizá".

"... ¿por qué dormimos juntos?
En la carne del muslo, caliente y blanda.
Yo contigo, que yo sepa, no he dormido. ¿O sí?
Bueno, depende. Se inclinó para darle un beso. Define los términos".

"Quería vivir de tal manera que si le hicieran una foto al azar,  fuera una foto atractiva. Todo tenía que quedar bien. Diversión. 
Tenía que haber mucha diversión, y no más tristeza de la estrictamente necesaria".

"Oye, hablando de padres, ¿los tuyos dónde están?
Aquí, en el piso de al lado.
Dexter dio un respingo.
¡Dios mío! ¿En serio?
Emma se rio.
No".

"Deberíamos dormir un poco.
¿Para qué? Mañana no tenemos nada. No hay que entregar nada, no hay que estudiar...
Sólo tenemos toda la vida por delante dijo ella".

"Ella no se sentía adulta. No estaba preparada, en ningún sentido. 
Era como si se hubiera disparado una alarma antincendios en plena noche, y ella estuviera en la calle, con la ropa en las manos. ¿Qué iba a hacer, si no estudiaba? ¿Cómo llenaría los días? No tenía ni idea.
El truco, se dijo, es ser valiente, audaz, y aportar algo; no exactamente cambiar el mundo, sino sólo la pequeña parte que te rodea".

"Claro que irse implicaba no volver a verla... Se preguntó si a ella le importaría. Supuso que sí. Solía importarles. Pero ¿le importaría a él? Había vivido cuatro años sin ella, y tan tranquilo. Hasta la noche anterior, creía que su nombre era Anna. Sin embargo, durante la fiesta no se había cansado de mirarla. ¿Por qué no se había fijado hasta entonces?".

"Pero a lo que iba, a su cara: la punta de la nariz, pequeña y bien formada, tenía un brillo un poco graso, y la frente unas cuantas manchas rojas, muy pequeñas, pero aparte de eso no se podía negar que su cara... pues que su cara era una maravilla".

"Viendo sus ojos cerrados, se dio cuenta de que no recordaba exactamente su color; sólo que eran grandes, brillantes y graciosos, como las dos arrugas que enmarcaban su ancha boca: profundos paréntesis que se marcaban aún más al sonreír, lo cual parecía hacer a menudo".

"¿Qué, Dex, a ti qué te parece?
¿El qué, Em?
Lo de nosotros dos. ¿Tú crees que es amor?
Se rio en voz baja, con la boca bien cerrada.
Haz el favor de dormirte.
Pues para de mirarme la nariz. Emma abrió los ojos, azules y verdes, brillantes y sagaces".

"Pero Dex...
¿Qué, Em?
¿Y si hoy no llueve?
¿Mmm?
¿Qué harás luego?
Decirle que tiene un compromiso.
Pues no gran cosa dijo él.
¿Hacemos algo, entonces? Juntos, digo.
Espera a que se duerma, y vete disimuladamente.
Ah, bueno... Vale, hacemos algo.
Emma dejó caer otra vez la cabeza en la almohada.
Un nuevo día murmuró.
Un nuevo día".

"Vivir en la ciudad de su universidad era como quedarse en una fiesta después de que se fuera todo el mundo".

"Les aguantó tristemente la puerta, como si les esperase un pelotón de fusilamiento. Emma escribió deprisa, antes de poder arrepentirse:

Te echo tanto de menos, Dex...

Un solo beso profundamente grabado en el papel azul claro para correo aéreo".

"Bueno, y Emma ¿qué?
Sólo es una amiga.
¿Ah, sí? Pues no estoy yo tan segura. De hecho, me parece que le gustas.
Les gusto a todas. Es mi desgracia".

"Sé buen chico, ¿vale?
Ya lo soy. Yo siempre soy buen chico.
Pero tampoco demasiado; vaya, que no te tomes lo de ser buen chico como una religión.
Tranquila".

"«Te encontraré, pienso mucho en ti, Dex y Em, Em y Dex...»".

"Tan raro sería devolvérselo? ¿Qué pasaría si lo hacía en ese momento? Tomar la iniciativa, quitarse las gafas, cogerle la cabeza mientras hablaba y besarle, besarle...".

"Igual están enamorados.
¿Y el amor tiene esta pinta, bocas mojadas y la falda arremangada?
A veces sí".

"Le Tomó la mano y anunció solemnemente:
Mira, Em, si a los cuarenta sigues soltera, me casaré contigo.
Ella le miró, sinceramente disgustada.
¿Eso ha sido una declaración, Dex?
Ahora no; algún día, si estamos los dos desesperados".

"–Resulta que considero que en la vida hay cosas más importantes que las «relaciones»".

"Y luego hay días en que te despiertas y todo es perfecto".

"Traigo noticias buenas y malas.
Venga dijo Emma, cerrando su cuaderno.
Pues mira, he encontrado un sitio fantástico, con vistas al mar y balcón, subiendo un poco por el pueblo; tienes tranquilidad para escribir, si quieres, y hasta hay un escritorio. Lo tienen libre para cinco días, y si queremos más, pues más.
¿Y lo malo?
Que sólo hay una cama.
Ah.
Ah.
Ya.
Lo siento".

"Cuando nos conocimos, en la universidad, antes de ser... colegas, vaya, estuve un poco enamorada de ti. Bueno, un poco no, perdidamente. Me duró muchísimo tiempo. Hasta escribía chorradas en verso.
(...)
Bueno, y ¿qué pasó?
Emma miró el fondo de la copa.
Pues que es de esas cosas que se curan con el tiempo, supongo, como un herpes.
No, en serio, ¿qué pasó?
Que te conocí. Tú me curaste de ti".

"Qué cara más pensativa dijo ella para romper el silencio. ¡Oye, no te estarás meando en el agua!
No...".

"Pues que te quería decir que lo siento. Lo que he dicho antes...
¿Cuándo?
En el restaurante, para hacerme el enrollado, o no sé qué.
No pasa nada. Estoy acostumbrada.
Y también que yo pensaba lo mismo. En esa época. Quiero decir, que me gustabas; «románticamente», quiero decir. No es que escribiera poemas, pero pensaba en ti; quiero decir, que pienso en ti, en los dos. Quiero decir, que me gustas".

"Protector, atento, Ian era como un hermano mayor que sabía de muchas cosas francamente curiosas, con la diferencia de que se notaba que quería acostarse con ella".

"Perdona, ¿profes de qué?
De carpe diem.
¿Carpe...?
¡Sí, hombre, aprovecha el día!".

"¿Estás enfadado?
Claro que no. Es que... darle un beso a una chica, y que se aparte porque tiene náuseas...
Ya te he dicho que sólo es por haber bebido. Me lo estoy pasando genial, de verdad. Sólo necesito recuperar el aliento".

"¿Quieres que te acompañe a la estación? dijo Ian, metiéndose la camiseta. O...
¿Qué?
También puedes quedarte aquí a dormir, para que se te pase. Los dos acurrucados, y ya está...
Acurrucados.
Sí, acurrucados, abrazados. O ni siquiera eso. Si quieres nos pasamos toda la noche tiesos de vergüenza".

"Es que necesito ver a alguien, Naomi, de verdad.
¡Pues llama a Emma!
Emma no está en casa. Y no me refiero a ese tipo de compañía. Ya me entiendes. La cuestión es que esta noche, como no toque a otro ser humano, creo que me moriré. En serio.
...
Sé que me escuchas. Te oigo respirar.
Vale.
¿Vale?
Llego en media hora. Para de beber. Espérame.
¿Naomi? ¿Te das cuenta, Naomi?
¿De qué?
¿Te das cuenta de que me estás salvando la vida?".

"Se le confunden las palabras, y no ve ninguna manera plausible de superarlo. No te vengas abajo, se dice; no es el sitio ni el momento. Aguanta".

"Los fines de semana, o antes de acostarse, si tenía fuerzas, Emma escribía".

"Le quiero, pensó ella; lo que pasa es que no estoy enamorada; y que tampoco le quiero. Me he esforzado en quererle, pero no puedo. Me estoy montando la vida con un hombre a quien no quiero, y no sé cómo arreglarlo".

"Su amistad era como un ramo mustio al que Emma se empecinaba en echar agua. ¿Por qué no dejar que se muriese, y punto? Era poco realista esperar que una amistad durase toda la vida".

"¡Ya, ya me lo imagino! Pero bueno... Ya sabes lo que dicen: «Los que pueden...».
Emma se quedó boquiabierta. Tranquila.
No, Dexter, no lo sé. Dímelo tú. ¿Qué dicen?
Ya me entiendes...
No, Dexter, en serio, dímelo.
No tiene importancia.
Dexter empezaba a poner cara de arrepentimiento.
Me gustaría saberlo. Acaba la frase. «Los que pueden...»
Suspiró, con la copa de vino en la mano, y habló sin entonación.
Los que pueden hacen y los que no enseñan...
Y los que enseñan te dicen que te vayas a la mierda escupió Emma".

"Lo has dicho tú mismo: la gente cambia. Es una tontería ponerse sentimentales. La vida sigue. Hay que buscarse a otros".

"Ya, pero no me refería a nosotros...
¿Por qué no?
Porque somos... nosotros. Somos Dex y Em. ¿No?
Emma se encogió de hombros.
Puede que hayamos evolucionado por caminos diferentes".

"Dexter, te quiero mucho. Tanto, pero tanto... Y probablemente siempre te quiera. Los labios de Emma le tocaron la mejilla. Lo que pasa es que ya no me gustas. Lo siento.

Y se fue; y Dexter se quedó en la calle, solo en aquella callejuela, sin saber qué hacer".

"Una vez que decides no preocuparte de esas cosas, de salir, las relaciones, el amor y todo eso, es como si quedaras libre para seguir viviendo la vida de verdad".

"Estoy comprometido.
Parpadeó una sola vez, muy lentamente.
¿Comprometido a qué?
A casarme. Con Sylvie.
Durante un momento, tal vez medio segundo, sus caras expresaron lo que sentían. Al momento siguiente, Emma era toda sonrisas, risas y brazos al cuello.
¡Es increíble, Dexter! ¡Felicidades!".

"Él torció el cuello para mirarla, y de repente había algo moviéndose entre ellos dos, algo vivo, que vibraba en el pecho de Dexter.
Emma puso una mano en el sitio.
¿Es tu corazón?
Es mi móvil".

"Pero ¿eres feliz?
¿Feliz? Creo que sí. ¿Y tú?
Un poco más. Tirando a feliz.
Tirando a feliz. Bueno, no está mal.
Es a lo máximo que podemos aspirar".

"Con dos giros, volvieron a la salida del laberinto, y a la fiesta. 
Justo cuando Emma iba a abrir la puerta de roble macizo, Dexter le tocó la mano.
Em...
¿Qué, Dex?
Quería tomarle la mano y volver al laberinto. Apagaría el teléfono, y se quedarían hasta el final de la fiesta, perdidos, hablando de todo lo ocurrido.
¿Otra vez amigos? acabó diciendo.
Otra vez amigos. Em le soltó la mano".

"¿Y qué, a usted qué le pasó?
La vida. Me pasó la vida. Le quita el sujetapapeles".

"Sylvie se inclina y roza con los labios la coronilla de Dexter. 
Después se agacha hacia la bañera y le da otro beso, más convincente, a su hija.
Buenas noches, cielo mío. Cuida a papá por mí...
Jasmine se enfurruña. Cuando su madre sale del cuarto de baño, pone cara de pánico. Dexter lo ve, y se ríe.
¿Adónde vas, mamá? susurra. ¡No me dejes con este idiota!".

"¿Y no me podías llamar por teléfono, antes de...?
¿Para qué, para pedirte permiso?
¡No, para ver cómo me lo tomaba!
Un momento, un momento. ¿Estás molesto porque no hemos examinado nuestros... sentimientos? ¿Estás molesto porque te parece que debería haberte... esperado?
No lo sé masculló él. ¡Puede ser!".

"Como me hagas perder el tiempo, Dexter...
Que no...
Lo digo en serio: como me des falsas esperanzas, o me falles, o me engañes a escondidas, te asesinaré. Juro por Dios que te comeré el corazón".

"¿Qué te pasa? preguntó él.
Nada. No, nada. Es que... Le miró. Es que creía que al final me había librado de ti.
No creo que puedas dijo él".

"Después Emma Mayhew se muere, y cuanto ha pensado y sentido se esfuma y desaparece para siempre".

"Me da igual. Si quieres irte, puedes. La vida nos junta y nos separa, y todo eso. Muy... ¿Cómo se dice? Agridulce".

"Deberíamos grabar nuestras iniciales propuso Dexter, poco convencido.
¿Como qué, «Dex + Em»?
«Para siempre.»".

"Aquí empieza todo. Empieza todo aquí, hoy.
Y se acabó".





David Nicholls

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