"Habíamos visto amanecer muchas veces al regresar a casa tras largas noches de fiesta, que estirábamos hasta que se nos cerraban los ojos de sueño. Antes de esa en concreto, la vida parecía por fin de color de rosa, como si fuera nuestra, y nosotros suyos, y llenábamos cada segundo con algo nuevo, algo que nos pareciera importante".
"Nuestra vida entera había pegado un vuelco hacía un año. Antes del grupo, cada uno estaba perdido a su manera, pero entonces sucedió algo. Juntos molábamos, éramos fuertes, duros como una piedra y la hostia en patinete. Y creímos que Naomi también se sentía así, y que no volvería a tener la necesidad de huir".
"Y es que no se puede existir un día y desaparecer al siguiente. No tiene ningún sentido. Nadie se desvanece sin más, sin dejar rastro".
"Hoy, la vida sigue, como dice todo el mundo.
Hay que levantarse otra vez, ir a clase, volver a casa y pensar en gilipolleces como los exámenes, que están a la vuelta de la esquina. Solo nos queda «esperar, rezar y confiar», y un montón de patrañas que no paran de contarnos.
La vida sigue, pero eso es mentira, porque Naomi puso el tiempo en pausa la noche que desapareció".
"Separarnos significaría dejar atrás lo mejor que teníamos en nuestras vidas, y sería como olvidarla a ella para siempre".
"Antes de Mirror, Mirror, no sabía que tuviera ese superpoder, pero ahora sí, porque se lo dijimos. Y cuanto más se lo repetíamos, mejor tocaba.
Cuando tienes un superpoder así, no tienes por qué huir...".
"Me descubro contemplando sus ojos azules con una sonrisa, porque cuando toco la batería es el único momento en el que me permito demostrarle a una chica que me gusta sin querer morirme por ello. Ella me devuelve la sonrisa y, sin darme cuenta, se me escurren las baquetas de las manos y caen al suelo con un estruendo.
—Lo siento, bonita —dice Rose sin dedicarle una mirada siquiera—. Me temo que no va a funcionar, pero no ha estado mal.
Emily no reacciona, se limita a encogerse de hombros con mucha gentileza y me sonríe otra vez antes de irse.
—Me gustaba —digo—. ¿Puedo quedármela?
Rose me suelta un puñetazo en el bíceps, y el dolor me llega hasta el hombro. Tiene fuerza, la tía.
—¡Joder, Rose! ¡Cómo te pasas!
—Qué me voy a pasar... —niega con la cabeza—. Joder, Red, deja de pensar con la entrepierna.
No hemos organizado esto para que ligues con la primera guarra que entre por la puerta".
"—¿La han encontrado? —un susurro se escapa de mis labios, pero suena como si lo oyera desde un millón de años luz de distancia.
Él asiente, sin poder mirarnos a la cara.
—¿Está...? —Esta vez es Leo, con los ojos clavados en Smith, esperando recibir el hachazo.
—Está... —El señor Smith parece ahogarse un instante mientras niega con la cabeza.
Por fin nos mira, con lágrimas en los ojos, la boca torcida, y tardo un momento en darme cuenta de que...
... está sonriendo.
—Está viva —dice".
"El mundo se esfuma bajo mis pies. Durante un segundo recuerdo su cara, como la última vez que la vi, su sonrisa, el resplandor de sus ojos, y solo quiero estar con ella".
"Rose me suelta la mano y da dos pasos hacia él, tan rápido que creo que va a pegarle. Él levanta la cara poco a poco y le sostiene la mirada.
—¿Qué significa eso?
—Significa que hay muchas probabilidades de que no sobreviva.
De la alegría a la desesperación en un instante. Vuelvo a ver su cara, y me pregunto cómo es posible encontrar a alguien y perderlo en el mismo momento".
"Me pierdo un momento en el calor y la oscuridad del abrazo, cierro los ojos ante la amenaza de las lágrimas, con la firme determinación de no dejar que nadie vea el miedo que siento. Después, el momento se desintegra mientras nos separamos, y vuelvo a parpadear bajo las franjas de luz del techo".
"Rose se echó a reír y siguió sentada encima de su mesa, con las piernas cruzadas, columpiando las botas de manera que chocaban con la parte metálica con un pum, pum, pum.
Pero el señor Smith era listo. No trató de controlarla como cualquier otro profesor. Se limitó a ignorarla, cosa que la desinfló lo suficiente para que los demás se tranquilizaran un poco. Recuerdo que eso me gustó, y que pensé: «¿Ves? Si pasas de la persona que te gusta, al final se acaba enamorando de ti»".
"—¿Qué vamos a hacer? —nos preguntó Leo, echándonos un vistazo—. ¿Qué nos sabemos todos? —Me miró a mí, y casi me cago encima—. ¿Qué te sabes tú?
Parecía creer que no sabía nada, y durante un momento, yo también".
"Madre mía, por una parte estaba deseando que se inventara una estrofa sobre mí, pero al mismo tiempo no. Cuando me miró, tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas para seguir tocando.
Aplaudamos todos a Red.
Está un poquito tarumba,
vagando como zombi
recién salidode la tumba...
Bueno, no había dicho que fuera ninguna belleza, pero tampoco se había burlado de mi color de pelo ni de mi estatura, así que, por lo que a mí respectaba, era como una carta de amor".
"Nuestro silencio es agradable, mola que podamos venir aquí sin tener que decir nada, sabiendo que solo queremos estar juntos.
Eso es lo que nos ha dado este año, una razón de ser que antes no teníamos. Nuestra razón de ser somos nosotros".
"Hay momentos en los que tengo la cabeza tan llena de oscuridad que es como una niebla que me impide ver y sentir cosas buenas. Todo me duele, de fuera hacia dentro. Pero solo yo sufro, y solo es ahora. Quizá algún día le tocará a otra persona. Alguien a quien no conozca o que no me importe; alguien que mire por la ventana esperando a que amanezca mientras yo lleno el cielo con mis sueños".
"Me despierto unas horas más tarde sin aliento, y esta vez sí que me acuerdo. El agua oscura, espesa y helada me llena la nariz y la boca, entra en mis pulmones, y hay algo, algo frío y cruel, que me empuja hacia abajo, hasta las profundidades submarinas, y sé que no volveré a ver la superficie nunca más".
"Cuando me convierto en subnormal es cuando hay chicas delante.
¿Cómo se hacía eso de andar?
¿Qué podría decir que no fuese una estupidez? ¿Tengo gracia? ¿Doy pena? Esa es la clase de pensamientos que se suceden por mi cabeza cuando hay alguna que me gusta cerca, y tengo que recordarme hasta cómo se camina: «Ahí tienes los pies, idiota, uno va delante del otro»".
"Le sonrío, y en mi mente parezco uno de esos personajes de dibujos a los que les salen corazoncitos de los ojos.
—¿Qué? —Rose me mira con la cabeza ladeada cuando echamos a andar para entrar a clase—. ¿Qué pasa?
—Nada.
Me encanta su forma de vivir cada momento con los cinco sentidos, poniendo a prueba a todo el mundo, buscando pelea cada cinco minutos".
"Estamos acostumbrados a que nuestros amigos estén en línea el cincuenta por ciento del tiempo, tanto que a veces se nos olvida que hay un corazón que late al otro lado de la foto de perfil".
"Hablando de tatuajes, yo tengo tres, pero nadie lo sabe. Ni Rose, ni Leo, ni tan siquiera Nai.
Supongo que alguien los descubrirá en algún momento, con los gritos y el desagrado consiguientes, pero aún no ha sucedido. Es una de las ventajas de que tus padres pasen de ti.
Aunque soy demasiado joven para hacérmelos de forma legal, vi un tutorial de YouTube y me hice el primero sin ayuda de nadie, con tinta y una aguja caliente.
Fue en la planta del pie, debajo del arco. Me dolió un huevo y es muy cutre.
Se supone que es el símbolo del infinito, pero se parece más a un ocho chungo. No sé por qué me lo hice, pero me apetecía y disfruté del dolor. Ya estaba sufriendo mucho ese día, como si todo mi cuerpo fuera una herida, por dentro y por fuera. Quería desviar mi atención del peso que me oprimía el pecho como una piedra".
"Una mañana me desperté preguntándome si mi situación era buena o justa. Mi cuerpo había sufrido una transformación enorme, y a nadie le importaba una mierda, pero si me hacía un pirsin o me cortaba el pelo, estallaba la tercera guerra mundial. Entonces me dije: «¡A tomar por culo!». Si había algo que debía controlar en mi vida, era mi aspecto".
"Puede que fuera por el nuevo corte de pelo, pero no me pidieron el carné ni me echaron. Un tío gigantesco con una barba blanca que le llegaba hasta la cintura me fue pasando un libro de diseños tras otro mientras se limitaba a esperar. Entonces vi un tiburón martillo hecho con motivos tribales, y le pregunté qué significaba.
—Es un símbolo de fortaleza, el protector, el guerrero —me explicó—. La clase de persona que haría lo que fuera por sus seres queridos.
—Ese es el que quiero —dije mientras me ponía como un tomate al darme cuenta de que solo había un lugar donde nadie me lo iba a ver—. En el trasero".
"Volver a casa de Naomi fue como retornar al hogar, aunque estuviese incompleto, porque sabía que ella no estaría allí".
"—Por mucho miedo que tuviera, no iba a permitir que me derrotasen —me dijo con una sonrisa—. Y mírame ahora. Lo estoy petando".
"Ese mismo viernes, invitó a Jackie a salir con él, y se casaron tres meses después.
—No había ningún motivo para esperar —nos repetía Jackie, una y otra vez—. Porque cuando lo sabes, lo sabes".
"En mi casa, todo era digno y respetable, tradicional, frío y triste. En casa de Nai, el amor era algo constante, como el agua del grifo. En la mía... había que fijarse mucho para verlo, y tener seis años para sentirlo, o por lo menos imaginar que existió".
"Cuando llegamos, miré la ventana apagada de su habitación, y fue entonces cuando sentí el peso de la realidad.
Esa chica destrozada y hecha polvo del hospital y mi amiga Naomi eran la misma persona, y ya no podía seguir ignorándolo".
"La comida empieza a escasear al fin, y poco a poco vamos dejando de hablar y de comer. Se hace el silencio en la mesa, y todas las cosas de las que no hemos hablado desde que volvimos del hospital se extienden sobre nosotros como sombras".
"Rose lo mira mientras él apura la botella casi hasta el fondo.
Durante un instante temo que vaya a ponerse hecha un basilisco, pero no. La ira y la tristeza parecen ir borrándose de su cara, y se la ve distinta sin ellas. Casi fea, casi preciosa. No lo sé con seguridad, pero tampoco importa, porque soy incapaz de dejar de mirarla. Sigo contemplándola hasta que duele".
"Me arrodillo sobre la alfombra y abro el primer cajón. Aunque sé que la policía ya los ha revisado y habrá sacado todo y lo habrá vuelto a meter, sigo sintiéndome mal, como si estuviera fisgando. Si alguna persona, incluidos mis amigos, se pusiera a mirar entre mis cosas, sé con seguridad que se desatarían mis instintos más asesinos. Sería como si me abrieran la tapa de los sesos y leyeran todos mis pensamientos secretos. ¿Seguiría cayéndoles bien si lo supieran todo sobre mí, lo que pienso y lo que quiero? No lo tengo muy claro".
"—Tiene un montón de cosas —dice Leo mientras levanta un bote lleno de púas de guitarra de todos los colores, como un arcoíris de plástico.
Naomi se dedicaba a recogerlas en todos los conciertos a los que íbamos: se acercaba al escenario cuando acababan, esperaba a que todos se hubieran ido y se llevaba las hojas del repertorio, las púas y hasta las botellas de agua. Una vez le pregunté por qué lo hacía, ya que nunca pedía autógrafos ni vendía nada por eBay. Desde el momento en que lo recogía de la sala, no era más que basura.
—Aquí es donde está la vida —me dijo—, en las cosas que se quedan atrás.
—Nai, eso no tiene ningún sentido —le respondí.
—Pero mola como letra de canción, ¿verdad?".
"Naomi era la única persona a la que conocía que seguía escribiendo con boli y papel, siempre dejaba notas y apuntaba ideas en lo primero que pillaba, y las iba metiendo en una caja que tenía para leerlas después.
—¿Por qué eres tan analógica, tía? —le pregunté una vez.
—Porque hasta ahora nadie ha hackeado un trozo de papel —me dijo—. Por eso guardo mis secretos más oscuros aquí arriba —se señaló la frente—, o los escribo a mano, como en los viejos tiempos".
"De pronto lo veo muy claro: en algún lugar de este cuarto hay pedacitos suyos, breves pasajes y fragmentos de la chica que fue, sus huellas dactilares y su ADN, ocultos entre los bonitos bucles y espirales de su letra".
"Resulta difícil no animarse ante tanta vida y tantas posibilidades, como un enjambre de ideas".
"— (...) Oye, ¿qué te parece Maz Harrison? Es guapo, ¿no?
—¿El hermano mayor de Tina? —La miro—. Si tendrá veinticinco años.
—¿Y? —Rose me dedica su mirada de «¿Qué pasa?».
—Pues que tu madrastra te da asco por la diferencia de edad, pedazo de hipócrita —le recuerdo.
—Eso no tiene nada que ver. Pero vaya, que le gusto.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque me ha escrito por Facebook.
—¡Por Facebook! Eso demuestra lo viejo que es: usa Facebook".
"—Entonces es un capullo.
—Pero es que es muy mono. Y si conectas con alguien espiritualmente, románticamente, como un encuentro entre almas, ¿qué importa la edad?".
"Por eso, ninguno de los tres nos damos cuenta de que se ha acercado un coche patrulla hasta que salen de él dos policías, un hombre y una mujer.
—¿No tenéis nada mejor que hacer, chicos? —pregunta el hombre.
—¿Y a vosotros qué coño os importa? —dice Rose.
—Más le vale no hablar así, jovencita —la advierte él.
—¡A la mierda el patriarcado! —suelta ella.
—Venga, que viene con nosotros —dice él.
Y, entonces, Rose echa a correr. ¡Echa a correr!
Es lo más gracioso que he visto en mi vida, Rose corriendo y partiéndose de risa como una loca, mientras el poli la persigue y ella lo esquiva, cambiando de dirección y dando vueltas, y él se resbala y resopla detrás de ella, y la mujer, Leo y yo nos quedamos ahí con la boca abierta, intentando no reírnos, pero sin conseguirlo.
—Jamás olvidará esto —nos promete la mujer con una sonrisa—. Ya me encargaré yo de recordárselo.
Pero, entonces, Rose se resbala y cae de culo, y permanece ahí sentada riendo, hasta que él la ayuda a levantarse y la escolta hacia el coche, mientras ella alza el brazo en señal de victoria".
"Si no te escuchan, grita hasta que lo hagan".
"Recorro el rellano sin hacer ruido para verla, y tiene la carita tan dulce como el alma, y recuerdo cómo era tener siete años, ese momento de tu vida en el que aún no tienes ni idea de que a veces el mundo te odia sin ningún motivo".
"Seguimos hablando del repertorio, de qué canciones incluir y en qué orden, mientras ella continuaba desmaquillándose hasta que gastó todas las toallitas.
Cuando llegó la hora de tocar, tenía la tez limpia y lisa, con la piel color café, fresca y radiante, las mejillas un poco sonrosadas, los labios un poco más oscuros. Y sí, estaba preciosa. Durante un momento, incluso me dio vergüenza estar junto a ella".
"Pero la vida está en tu sonrisa.
La noto cuando me tocas...
la noto cuando me besas...".
"Vivo cuando tú estás conmigo.
La vida tiene sentido
cuando estás a mi lado".
"Estamos esperando a Rose en la puerta del instituto cuando por fin hace su aparición, sale del
Audi de Amanda como si fuera una estrella de cine: abrigo de piel falsa de leopardo hasta el suelo, el pelo enmarañado, gafas de sol, labios de color rosa intenso.
Leo y yo nos quedamos mirándola, y sé que mi expresión es idéntica a la suya: boca abierta, ojos como platos, moviendo despacio la cabeza de un lado a otro en una combinación perfecta entre «¿pero qué coño es esto?» y «Dios, me encanta»".
"Cojo el lápiz y me acerco una silla. No es uno de sus colores habituales, sino un rosa suave y brillante, más parecido a su tono natural. Me inclino hacia delante, y nuestras caras casi se tocan mientras recorro la silueta de sus labios, las curvas de su boca en forma de corazón, la húmeda carnosidad de su labio inferior, que se ondula bajo la presión de la punta del lápiz. Mientras la pinto, sin despegar los ojos de su boca, siento una opresión en el pecho y un burbujeo que asciende desde los dedos de mis pies para ir subiendo cada vez más, y soy incapaz de pensar en otra cosa que no sea cómo sería besarla, piel con piel, y me invade un deseo tan acuciante que no puedo seguir a su lado ni un minuto más sin ponerme en evidencia".
"Entonces me lleva la mano a su mejilla, y en ese momento desearía combustionar y desaparecer con una nube de humo y ceniza. Habría sido perfecto. En su lugar, me quedo inmóvil como un saco de carne y terminaciones nerviosas".
"—No le dije nada a nadie porque no podía. Creía que si lo enterraba, acabaría desapareciendo.
Martin se fue al final de curso, igual que sus amigos. Por eso, cada día me ponía una pieza nueva de armadura encima, ¿sabes? Una capa tras otra, hasta que volví a sentirme segura. Eso fue lo que decidí: convertirme en esta persona, la que soy ahora. Pero la verdad es que... a veces tengo mucho miedo. Todo parece normal, incluso las cosas van de puta madre, como esta noche contigo, y de repente me asalta una sensación de... de terror. Entonces me dan ganas de ponerme a gritar y de salir corriendo para esconderme, pero no hay nada de lo que huir, ni ningún lugar donde esconderse. Todo lo que me da miedo está en mi cabeza. Y lo único que quiero es que desaparezca".
"La gente la considera una persona presumida y segura de sí misma, que quiere llamar la atención y estar en el centro de las miradas, que la vean y la escuchen.
Pero lo cierto es que Rose busca la luz porque le da miedo la oscuridad.
Quiere que la gente la mire porque le da miedo estar sola.
Quiere gustar porque a veces se odia a sí misma.
Y por eso no puedo enamorarme jamás de ella".
"—Pero ¿qué narices les pasa? —digo en cuanto sale de la sala de ensayo—. ¿Es que no se dan cuenta de que todo se va un poco más a la mierda cada vez nos separamos?
—Yo he venido. —Leckraj levanta la mano como si estuviera en clase.
—Ya, bueno, pues no te muevas. Voy a ver si los encuentro.
—¡Red! —me llama cuando me acerco a la puerta.
—¿Qué?
—¿Puedo comerme un dónut?".
"A veces hay que olvidar lo que otros esperan de ti, ser quien quieres ser y hacer lo que quieres hacer, porque el amor verdadero es algo demasiado extraordinario para perdérselo".
"—¿Estás bien, Red? —me pregunta.
Le recojo la mitad del pelo en un moño redondo y le coloco uno de los pasadores para mantenerlo.
—Claro que sí —le digo—. ¿Por qué lo preguntas?
—Porque tienes cara triste y de cansancio.
Entonces me detengo un momento y miro a mi hermana, con la mitad de su pelo rebelde formando una pelota a un lado de la cabeza, y la otra mitad surgiendo del otro lado como una bola de fuego.—Pues claro, pequeña. Soy adolescente, es mi trabajo. Cuando vuelva del instituto, te enseñaré a tener una crisis existencial".
"El tiempo parece ralentizarse y, entonces, se detiene. Solo soy capaz de ver el reflejo de las luces en sus profundos ojos azules, el vello de sus suaves mejillas, cómo se curva su labio superior al hablar, y la cicatriz que tiene en la comisura izquierda de la boca. Siento que todo lo que ha ocurrido en mi vida y en el universo, desde el inicio de los tiempos, estaba diseñado para culminar en este momento perfecto y precioso.
No necesito oír lo que me ha ocultado, porque lo sé. Ha ocurrido lo impensable: Rose siente algo por mí.
¡Ella también me quiere!
Mientras me acerco a Rose, todo parece un sueño; coloco la mano sobre su cintura y me inclino hacia ella y la beso con la seguridad de que el destino me guía. Sin embargo, en el preciso momento en que nuestros labios se rozan, veo que sus ojos se abren, sus hombros se tensan y noto cómo se echa hacia atrás; aun así, mis labios se juntan con los suyos, y durante una fracción de segundo, beso a la chica a la que amo, y vivo un momento de felicidad perfecta".
"Cuando terminamos de montar el equipo, la sala estaba vacía. No había luz, solo un par de bombillas en el techo que se bamboleaban. Daba igual, era nuestra puesta de largo. Y sonábamos de puta madre. La pista seguía desierta, pero no nos dimos ni cuenta.
Solo nos fijábamos los unos en los otros. Nuestras miradas se cruzaban, golpeábamos el suelo con los pies, nos balanceábamos y movíamos los labios. Aunque nunca había tenido relaciones sexuales, me costaba creer que el sexo pudiera ser mejor que eso: cuatro personas tan conectadas que conocían el ritmo al que latía el corazón de los demás".
"Mi único error ha sido mostrar mis sentimientos.
He revelado mi amor, anhelo y deseo.
Y no tiene nada de malo. Ser quien eres no es malo".
"—A mí no me importa de dónde viene la gente, ni de qué color es su piel, ni cuánto dinero tiene, ni si les gustan los chicos o las chicas... Ninguna de esas mierdas. ¿Por qué no podemos ser personas sin más?
—Porque la gente es gilipollas —afirma Leo—. Y dicen que el mundo es un lugar cada vez mejor y más justo, pero qué va. Y seguirá sin serlo bastante tiempo.
Así que lo único que podemos hacer es cuidar de nosotros mismos, Red. Y no hay más".
"Solo queríamos bailar.
Ya se habían acabado las clases, hacía calor y éramos libres. No teníamos la obligación de hacer nada, ni de ir a ningún sitio. Podíamos ser nosotros mismos. Y nos sentíamos tan bien que queríamos salir, desmadrarnos y bailar".
"Yo no bebí, pero me sentía borracha, me reía a carcajadas, abrazaba a mis amigos y les decía lo mucho que los quería. Esa noche las declaraciones de amor salían de nuestros labios al final de cada frase".
"El local estaba lleno hasta la bandera, con gente de todo tipo, raza y orientación sexual. A nadie le importaba cómo eran los demás, solo la música, y nos sumergimos en el ritmo.
Piel con piel, caderas, culos, mi cuerpo, su cuerpo, los de ellas, todos moviéndonos como una feliz masa sudorosa. Mientras bailábamos, se hizo de noche; Rose fue la primera en aburrirse y nos arrastró a la calle. Yo podría haberme quedado hasta el amanecer, me encantaba perderme entre los cuerpos".
"—Es muy raro que este año el curso acabe en julio —comentó Nai—. No parece un final, sino un principio más bien.
—Mejor, porque no quiero que esto que tenemos acabe nunca —dijo Rose—. Somos lo mejor de este mundo.
—Exacto —añadí—. ¡Los cuatro, juntos siempre!
—Sí —aceptó Leo—. Escribirán sobre esto en la revista NME, es justo cuando estamos a punto de hacernos famosos. Nosotros nunca nos separaremos. Eso seguro.
El hecho de que Naomi no dijera nada, que simplemente se tumbara en la hierba con su vestido amarillo, mirando la luna y sonriendo de oreja a oreja, no parecía significar nada en absoluto. Era solo Nai.
Sin embargo, al día siguiente desapareció, y todo empezó a desmoronarse.
Solo ahora, cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de que se estaba despidiendo".
"Noto la presencia de algo que no debería estar ahí, pero no sabría decir qué; empieza a girar a la izquierda y a la derecha, hasta que no sé si estoy de pie o tumbada. Me da igual, no tengo miedo.
Solo quiero cerrar los ojos y dejar que el mundo se mueva detrás de mis párpados hasta que pare de sentir".
"Enciendo la linterna de mi móvil para no pisar el vómito.
—Hostia, qué asco —dice Ash, que me está siguiendo—. Y pensar que quería besarte...
—¿Qué? —¿He oído bien o me lo he imaginado?
—¿Qué?
Me aguanta la mirada mientras yo intento averiguar qué ha dicho, cuando, de repente, se me enciende una bombilla.
—Ah, sí. Me acabo de acordar...".
"—Te echo de menos, papá —le confieso.
Y no me refiero solo a él, sino a la idea que me hice de él en mi cabeza antes de darme cuenta de que era una persona normal, como todas las demás.
—Yo también —dice él.
Nos quedamos así durante un par de minutos y, cuando nos separamos, siento que vuelvo a saber quién es, pero de una forma distinta, que puede llegar a gustarme".
"Todo parece haberse desmadrado, y me resulta casi
imposible imaginar que la vida pueda volver a la normalidad.
«Para. Abre los ojos y siente los latidos de tu corazón, nota el dolor de tu cara y recuerda que estás viva.»".
"Me derrumbo en la cama, sin la menor idea de qué hacer ahora.
Fuera, el cielo se ha teñido de gris y reina un ambiente invernal. Un día entero sin nada que hacer excepto dormir parece una tortura".
"¿Cómo puedes seguir adelante después de enterarte de algo tan brutal y devastador?
¿Qué haces para sobrevivir los siguientes segundos? ¿Cómo consigues que el mundo siga teniendo sentido?".
"Me dijiste que siempre brillaría el sol,
me dijiste que siempre estarías conmigo.
Tú me convertiste en creyente
y después me encerraste.
Me encerraste".
"Me dices que debo sonreír, incluso cuando sangro.
Dices que quieres ver mis dientes,
que el dolor que me infliges es una señal de amor,
pero no hay amor en ninguna parte, solo dolor".
"Y es que lo normal es lo que tú decidas que lo sea".
"—Sí... Mira, voy a decirte algo, puede que te inquiete un poco, y solo quiero que sepas que si te pasa, que está bien, que estoy acostumbrada a esa reacción, y que no cambiará nuestra amistad de ningún modo, porque reprimiré mis emociones y fingiré que no existen, pero lo que... lo que quiero decirte es...
—Red.
Ash se levanta y se acerca a sentarse a mi lado.
—¿Sí?
Me preparo para lo peor.
—¿Sabes lo que deberías hacer? —me pregunta Ash con una leve sonrisa en los labios.
—¿Qué? —pregunto con un susurro.
—Deberías callarte y besarme de una vez".
Cara Delevingne