domingo, 1 de septiembre de 2019

Citas: El amante - Marguerite Duras


"Un día, ya entrada en años, en el vestíbulo de un edificio público, un hombre se me acercó. Se dio a conocer y me dijo: "La conozco desde siempre. Todo el mundo dice que de joven era usted hermosa, me he acercado para decirle que en mi opinión la considero más hermosa ahora que en su juventud, su rostro de muchacha me gustaba mucho menos que el de ahora, devastado".

"Pienso con frecuencia en esta imagen que sólo yo sigo viendo y de la que nunca he hablado".

"Diré más, tengo quince años y medio. El paso de un transbordador por el Me-kong. La imagen persiste durante toda la travesía del río. 
Tengo quince años y medio, en ese país las estaciones no existen, vivimos en una estación única, cálida, monótona, nos hallamos en la larga zona cálida de la tierra, no hay primavera, no hay renovación".

"Para quitar de delante de mi madre el objeto de su amor, ese hijo, castigarla por quererle tanto, tan mal, y sobre todo para salvar a mi hermano pequeño, mi niño, de la vida llena de vida de ese hermano mayor plantada encima de la suya, de ese velo negro ocultando el día, de la ley por él representada, por él dictada, un ser humano, y que era una ley animal, y que a cada instante de cada día de la vida de ese hermano menor sembraba el miedo en esa vida, miedo que una vez alcanzó su corazón y lo mató".

"La historia de mi vida no existe. Eso no existe. Nunca hay centro. Ni camino, ni línea. Hay vastos pasajes donde se insinúa que alguien hubo, no es cierto, no hubo nadie".

"Sí, lo que decía, ya tarde en su vida, volvió a empezar".

"El tiembla. Al principio la mira como si esperara que hablara, pero no habla. 
Entonces, él tampoco se mueve, no la desnuda, dice que la ama con locura, lo dice muy quedo. Después se calla. Ella no le responde. Podría responder que no lo ama. No dice nada. De repente sabe, allí, en aquel momento, sabe que él no la conoce, que no la conocerá nunca, que no tiene los medios para conocer tanta perversidad. Ni de dar tantos y tantos rodeos para atraparla, nunca lo conseguirá. Es ella quien sabe. Sabe. A partir de su ignorancia respecto a él, de repente sabe: le gustaba ya en el transbordador. El le gusta, el asunto sólo dependía de ella".

"Los besos en el cuerpo hacen llorar. Diríase que consuelan".




Marguerite Duras 

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